De acuerdo con Prensa Latina, Camacho subrayó que esa posición responde a la falta de lineamientos del Poder Legislativo, de mayoría opositora.
Lamentó que sea Paraguay el último de los cuatros países que integran el mecanismo subregional (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) en decidir si Venezuela entra o no.
Explicó que parte de la culpa por ser los últimos en ese debate lo tiene el Ejecutivo que retiró a mediados de este año el pedido de ingreso por considerar que no era el momento adecuado.
‘Se perdió la oportunidad de tomar una iniciativa propia en materia de relaciones exteriores. Me hubiera gustado que el país fuera uno de los primeros en definir una línea’, añadió.
Destacó que el pedido al Congreso para analizar el tema probablemente sea en marzo, al regreso del receso parlamentario.
‘La última sesión de este año será mañana jueves’, acotó.
El asesor jurídico de la Presidencia manifestó su deseo de que se apruebe el ingreso de Venezuela al Mercosur y lamentó que la mayoría de los legisladores ya haya asumido una postura de rechazo.
Este martes, el senado brasileño ratificó el tratado de adhesión de Venezuela al bloque con 35 votos a favor y 27 en contra.
El tratado que los miembros del Mercosur firmaron en Caracas el 4 de junio de 2006 hasta ahora sólo había sido aprobado por los parlamentos argentino y uruguayo.
Después de la aceptación de Brasil, la decisión definitiva queda en manos del Congreso paraguayo, de mayoría opositora.
Según datos del Congreso de Brasil, el ingreso de Venezuela – la tercera economía de Suramérica – convertirá al Mercosur en un bloque con 250 millones de habitantes, 76% del Producto Interno Bruto suramericano y un comercio de 300 mil millones de dólares.
Venezuela es el principal abastecedor de gasóleo de Paraguay y las autoridades de ambos países negocian más acuerdos, entre ellos la refinanciación de una deuda de poco más de 300 millones de dólares de la petrolera estatal paraguaya con Petróleos de Venezuela.