
“Mi caso es uno de los primeros en el que se empezó a implementar la obligatoriedad por medio de la justicia de que te extraigan una muestra de ADN”. En 1993 le llegó al oficial Tetzlaff, su apropiador, una citación de Abuelas de Plaza de Mayo en la que exigían que en ese entonces María Sol, como solía llamarse, debía someterse a una extracción de sangre. Ella lo hizo, a pesar de su negativa, segura de que nada cambiaría.
Pero como en aquel momento los mecanismos tecnológicos que determinaban la compatibilidad del grupo sanguíneo no eran tan avanzados, sumado a las innumerables trabas burocráticas que ponían desde el entorno de Tetzlaff, pasaron nueve años hasta que descubrieron que efectivamente María Sol era Victoria Montenegro.
Cuestión de Estado. “Negarse es una decisión propia, yo también me negué y es normal que pase. Es por eso que tiene que estar la intervención del Estado porque es el que alguna vez nos separó de nuestros padres”, reflexiona convencida de que la nueva ley de “ADN compulsivo” que se tratará este miércoles en el Congreso es un gran avance en materia de derechos humanos para nuestro país. “Es increíble, es algo por lo que Abuelas viene luchando hace 32 años y que al fin el Estado se haga cargo de esto es algo que lo estábamos esperando hace mucho. Es la primera vez que un gobierno hace lo que tiene que hacer”. Son cuatrocientos chicos apropiados. Pero hasta ahora sólo 98 recuperaron su identidad.
Victoria cree necesario aclarar que no cualquier persona de alrededor de 30 años es sospechoso de ser hijo de desaparecidos, “obviamente que se juntan muchas pruebas, no es que es al boleo. Hay un equipo de investigación fabuloso y lo que está pasando ahora es que hay archivados muchísimos casos que por decisión del juez, ‘apriete’ mediante, quedan en la nada y que estamos seguros de que son ciertos. Si ahora con la nueva ley esto va a ser constitucional, listo, agarran un cepillo, una media o algo y descubren la verdad sin pasar por todas las idas y vueltas que son lo peor”.
Polémica “Ahora se piensa que todo lo que hace el gobierno es para perjudicar a Clarín, ¡pero por Dios! ¡esto es otra cosa!”, interrumpe indignada. “Para nosotros, los hijos de Ernestina Herrera de Noble son dos más de los cuatrocientos. A las Abuelas no les importa que sea la de Noble, de Juan Pérez, o que sea un pibe que está en la esquina fumando paco. Acá no es Kirchner versus Noble, nada que ver, decir eso es una vergüenza por todo el trabajo de las Abuelas”, dispara luego de que Elisa Carrió tildara al proyecto de ley de “fascista y vergonzante”. “Esta mujer no entiende nada. Yo me acuerdo de Carrió hace unos años, cuando todavía creo que tenía un poco de cordura, dijo que ella quería ser hija de una madre de Plaza de Mayo porque las admiraba por su lucha, entonces que ahora piense y diga esto, es una barbaridad, le falla”, concluye.
Los años siguen pasando y las mujeres de pañuelo blanco se van poniendo mayores. Vicky, acongojada, cuenta que todos los días se entera del fallecimiento de otra abuela que, por cierto, son las de todos. Chiche Marino, que ronda los ochenta, escribió una vez: “no puedo permitir morirme sin encontrar a mi nieta”.
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-64463-Lo-que-dijo-Carrio-es-una-barbaridad.html