David Brooks / La Jornada


Miles de religiosos, sindicalistas, maestros, estudiantes, pacifistas, veteranos de guerra y solidarios internacionales se manifestaron este fin de semana en Georgia, frente a las rejas del Fuerte Benning, en la movilización anual para exigir el cierre de la Escuela de las Américas, donde Estados Unidos ha capacitado a militares latinoamericanos involucrados en algunas de las peores violaciones de derechos humanos en el hemisferio, incluido el golpe de Estado en Honduras.

Unos cuatro activistas fueron arrestados por ingresar a la base militar, mientras una marcha realizada hoy, en la que se recordó a miles de víctimas de los egresados de la institución militar estadunidense, fue la culminación de todo un fin de semana de actividades que incluyeron vigilias, foros, un concierto de las Indigo Girls y presentaciones de defensores de derechos humanos de varios países latinoamericanos.

La organización School of Americas Watch (SOAW), fundada y encabezada por el sacerdote Roy Bourgeois, se ha dedicado desde 1990 a promover la clausura de la originalmente llamada Escuela de las Américas (SOA), actualmente rebautizada como Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica WHINSEC (por sus siglas en inglés), centro de capacitación para militares, civiles y policías latinoamericanos con sede en el Fuerte Benning.

Dictadores egresados

Los críticos la llaman «Escuela de asesinos». Afirman que militares egresados de ahí han estado involucrados en golpes de Estado, tortura, desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos en muchos países de la región. De hecho, señalan que dictadores como Hugo Bánzer, de Bolivia, y Efraín Ríos Montt, de Guatemala, egresaron de la escuela, así como los militares responsables de la matanza de El Mozote y el asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero en El Salvador, al igual que otros crímenes en Colombia y México, entre otros.

En esta ocasión, SOAW dedicó las acciones de este fin de semana en conmemoración del 20 aniversario del asesinato de los seis padres jesuitas en El Salvador, cometido en parte por egresados de esta escuela. Pero el enfoque también fue sobre las bases militares colombianas que serán usadas por Estados Unidos, y sobre Honduras, donde se señaló que los líderes del golpe militar, el general Romero Vásquez, jefe del estado mayor, y el general Luis Prince Suazo, jefe de la fuerza aérea, son egresados de esta escuela. Por ello, una de las invitadas a la movilización de este fin de semana es Bertha Oliva, fundadora del Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos en Honduras.

«Los temas del golpe en Honduras y el de las bases militares en Colombia (donde militares estadunidenses usarán siete bases en ese país conforme a un nuevo acuerdo) pusieron en tiempo presente el asunto de esta escuela» y su papel en la política estadunidense hacia América Latina, comentó Lisa Sullivan, una de las coordinadoras de SOAW, en entrevista telefónica con La Jornada, desde Georgia. «La militarización de la política estadunidense en América Latina cobró mayor relevancia con los casos de Honduras y Colombia.» Por ello fue tan contundente la participación en la movilización de figuras como Oliva, de colombianos y venezolanos que juntos advirtieron de los efectos nocivos del acuerdo sobre las bases en Colombia para sus pueblos, afirmó Sullivan.

La escuela, que incluso cambió de nombre en parte por las intensas campañas en su contra, insiste en que su función es la profesionalización de militares latinoamericanos para la consolidación de la democracia y el pleno respeto a los derechos humanos.

Según el coronel Félix Santiago, comandante de WHINSEC, “la diversidad de nuestro cuerpo de estudiantes –cerca de mil al año– respalda nuestros esfuerzos de ir en la dirección correcta para enfrentar los futuros desafíos y consolidar la democracia en esta región. Nuestro compromiso total con los derechos humanos está entretejido dentro del programa de WHINSEC”. En su presentación en el sitio de Internet del instituto, afirma que “nuestro lema, ‘Libertad, Paz y Fraternidad’, nos conlleva a que juntos marquemos la diferencia en la región”.

Más de 61 mil militares e integrantes de otras fuerzas de seguridad latinoamericanos han sido capacitados en la escuela desde su fundación, hace 63 años. La primera sede fue en Panamá, y la escuela fue trasladada al Fuerte Benning a mediados de los 80.

Pero SOAW denuncia que «cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a huir por soldados y oficiales entrenados en esa escuela. Los egresados de la SOA persiguen a los educadores, organizadores de sindicatos, trabajadores religiosos, líderes estudiantiles, y a los pobres y campesinos que luchan por los derechos de los damnificados».

Por ello, SOAW y su creciente red de apoyo no cesan en su campaña de acción directa no violenta, cabildeo y educación para clausurar la escuela, como parte de su objetivo de impulsar un cambio a fondo en la política exterior de Washington.

SOAW ha logrado –a través de una creciente red de apoyo en el país y el hemisferio– que cada vez más legisladores estadunidenses promuevan iniciativas para cerrar la escuela, o por lo menos obligarla a rendir más cuentas. A la vez, triunfaron en sus esfuerzos de convencer a Uruguay, Argentina y Bolivia de dejar de enviar militares a estudiar allí.

México y SOA

SOAW informa que cada vez hay más militares mexicanos adiestrados en la escuela, y de hecho hubo un gran cambio después del levantamiento zapatista. En los primeros 49 años de la escuela, México sólo envió 766 militares, pero a partir de 1996 el número se incrementó (33 en 1997; mil 177 en 1998, cerca de 700 en 1999). Afirma que por lo menos 18 oficiales de alto rango involucrados en acciones contra civiles en Chiapas, Guerrero y Oaxaca son egresados de la escuela, incluido Juan López Ortiz, quien estuvo al mando de tropas en la matanza en Ocosingo, en 1994.

Por otro lado, citan al rotativo Brownsville Herald, el cual afirma que, según documentos de la Secretaría de Defensa Nacional, más de 30 ex soldados forman parte de Los Zetas, y que un tercio de los desertores del batallón especializado al cual pertenecían fueron adiestrados en la Escuela de las Américas.

Hoy se anunció que SOAW y su fundador han sido formalmente nominados para el premio Nobel de la Paz. Lo informó el Comité de Amigos (AFSC), organización cuákera galardonada con ese premio anteriormente. Fueron nominados por su constante “testimonio no violento contra los desapariciones, tortura y asesinato de cientos de miles de civiles por personal militar adiestrado por los militares estadunidenses… en la Escuela de las Américas”.