Continua voracidad de la industria farmacéutica transnacional
Por Jonathan D. Rockoff y Peter Loftus
En medio de la creciente preocupación sobre la amenaza de una epidemia de influenza, tres grandes compañías farmacéuticas anunciaron ayer adquisiciones que les dan derechos sobre nuevas vacunas contra la gripe. Se trata de una apuesta por uno de los segmentos más prometedores, pero arriesgados, de la industria.

La ola de transacciones refleja la convicción entre los ejecutivos de las farmacéuticas de que las vacunas contra una variedad de males, por mucho tiempo un sector descuidado de la industria, se convertirá en una fuente cada vez más importante de crecimiento. Los laboratorios necesitan encontrar nuevos generadores de ingresos para reemplazar medicinas exitosas que enfrentan el vencimiento de sus patentes en Estados Unidos.

Las ventas de vacunas están creciendo a una mayor velocidad que las ventas de otras medicinas recetadas y son en gran parte inmunes a la competencia de los medicamentos genéricos que les está costando a las farmacéuticas miles de millones de dólares en ingresos.

Fuente de ingresos

Además, las agencias gubernamentales de varios países son los principales compradores de vacunas como parte de su esfuerzo por mantener una reserva importante de medicinas para proteger al público en caso de una epidemia de gripe. «Si tiene una vacuna nueva para un nuevo tipo de meningitis o gripe porcina (H1N1) que claramente es un asunto de salud pública, la voluntad de pagar va a ser mayor», dice Murray Aitken, vicepresidente de ideas de salud de la consultora IMS Health.

En uno de los acuerdos, Johnson & Johnson compró por 302 millones de euros (US$443 millones) una participación de 18% en la firma holandesa de biotecnología Crucell NV con la intención de desarrollar vacunas en conjunto. Por otro lado, Abbott Laboratories confirmó que adquirirá la filial del conglomerado belga Solvay SA por 4.500 millones de euros en un acuerdo que incluye el negocio de producción de vacunas. Y por último, Merck & Co. (que fuera de EE.UU. se conoce como MSD) reveló que obtuvo de la australiana CSL Ltd. los derechos para EE.UU. de una vacuna contra la influenza. No dio a conocer los detalles financieros del pacto.

Hace unos meses, Pfizer Inc. acordó la compra de Wyeth, una de las pocas farmacéuticas conocida por su experiencia en vacunas.

Los precios bajos, los altos costos de producción y los temores a ser demandadas en los tribunales llevaron a la mayoría de las farmacéuticas a abandonar el negocio de las vacunas en los años 80 y 90.

Pero ahora, los grandes fabricantes de medicamentos han regresado al segmento, gracias a un aumento de los precios y al desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar la producción.

Gardasil, la vacuna de MSD contra el papiloma humano, cuesta en EE.UU. US$130 por dosis, y Prevnar, la vacuna de Wyeth contra el neumococo, cuesta cerca de US$84 por dosis.

Se espera que las vacunas generen US$21.500 millones en ventas para 2012, de acuerdo con Sanofi-Aventis SA, uno de los líderes en la fabricación de vacunas.

Las vacunas son especialmente atractivas para las farmacéuticas que tienen en la mira a Brasil, China y otros mercados emergentes.

Los gobiernos están buscando vacunas para proteger a su población ante una potencial epidemia de gripe.

Por su parte, las empresas dicen que la relación que establecen con la venta de vacunas, aunque lo hagan a precios bajos, puede beneficiar las ventas de sus otros productos.