Chimusito Zambrano

¿De verdad creen ustedes que a un dictador, que a un golpista, que a un fascista y terrorista como el gorila “goriletti” se le pueda rendir pleitesía, reunién-dose con él, disque negociando con él, disque firmando acuerdos con él, disque rogándole para que reciba a los representantes de la OEA, disque aceptando una comisión bilateral de diálogo, disque pidiéndole que entregue el gobierno, ilegal, vulgar y delincuencialmente arrebatado al Presidente Zelaya. ¡Sincera-mente el mundo al revés o la ingenuidad rayando en estupidez!.

Lo que hasta ahora se ha hecho, por la vía disque “diplomática” para resolver el problema en Honduras, es la negación y el absurdo más triste que le puede pasar a cualquiera de nuestras nacientes repúblicas. ¡Qué diplomático se puede ser con un asesino, con un golpista, con un fascista que no entiende nada de diplomacia, ni de ley ni de respeto porque aparte de ser lo que es(un golpista y fascista), le están pagando desde más allá del Caribe por su crimen de lesa pa-tria!.

En esta ingenuidad o estupidez cayó la ONU, cayó la OEA, cayó el ALBA, cayó Zelaya, cayó Insulza, cayó Oscar Arias (me parece que es pitiyanqui y como tal lo usaron), cayeron la mayoría de los líderes de la izquierda latino americana y de otros países del mundo. Sólo Estados Unidos estuvo claro al respecto: ¡Sí queremos sacar a Zelaya del poder porque no deseamos otro gobierno comu-nista en las Américas!.

Yo aquí sí soy radical de raíz, valga la redundancia. Dice un refrán muy popu-lar que “quien a hierro mata no puede morir a sombrerazos”, para significar que en el caso concreto, el delincuente político “goriletti” junto con sus otros “gorilas” sacaron al Presidente Constitucional de Honduras a fuerza de bayo-netazos y tanques, violando todas las leyes hondureñas y tratados internacionales y por tanto a estos fascistas y golpistas hay que aplicarles la misma medicina, es decir hay que sacarlos a plomo limpio del Palacio Gubernamental de Tegucigalpa, vivos o muertos, una decisión que se debió haber tomado des-de el mismo comienzo del conflicto. Inmediatamente después del golpe y ante el mensaje claro y descarado de estos malandros politiqueros de burlarse del pueblo hondureño y de todo el mundo para quedarse en el poder, debió haber-se conformado inmediatamente una fuerza militar múltiple de comando de la ONU parar sacar a plomo limpio a estos delincuentes del palacio de Tegucigalpa. ¿O es que también había que pedirle permiso a Estados Unidos para ello?. Si así fuere, ¡Ay, que Dios nos agarre confesados!.

Ojala que esta experiencia sirva de algo, porque el imperio siempre buscará y encontrará fácilmente a sus lacayos y sicarios políticos para defender sus asquerosos intereses. Entonces, en el supuesto negado de que esto llegare a suceder de nuevo a cualquiera de nuestros países, no seamos ingenuos y nunca olvidemos que “quien a hierro mata no puede morir a sombrerazos”.

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