Europa Press


La investigación oficial sobre las circunstancias que llevaron a Reino Unido a implicarse en la guerra en Irak en 2003 comenzó este martes con el inicio de las audiencias públicas por las que pasarán entre otros testigos importantes el ex primer ministro Tony Blair.

El informe final sobre la investigación, que abarca el periodo entre 2001 y 2009, no se espera que se conozca antes de las elecciones generales de la próxima primavera.

El equipo investigador, compuesto por cinco miembros y encabezado por el ex funcionario Sir John Chilcot, fue designado el pasado mes de junio por el primer ministro, Gordon Brown, con el fin de aclarar las razones que llevaron a Londres a participar en la invasión de Irak junto con Estados Unidos.

Al inicio de la primera audiencia, Chilcot quiso dejar claro que la investigación será imparcial y crítica con quien tenga que serlo si los resultados así lo determinan. «Queremos facilitar un entendimiento claro de los varios elementos centrales de la implicación de Reino Unido en Irak y cómo evolucionaron en el tiempo», explicó.

«Estamos comprometidos, y los británicos pueden esperarlo de nosotros, a garantizar que será (una investigación) rigurosa, imparcial, objetiva y justa», aseguró. El objetivo de la investigación, añadió, es «establecer» qué ocurrió en Irak, «evaluar qué salió bien y qué no y, crucialmente, por qué» con el fin de que se puedan sacar lecciones.

«No estamos en un tribunal o en una investigación judicial o en una investigación legal, y nuestro proceso reflejará esa diferencia», prometió Chilcot, que insistió en que «nadie está siendo juzgado, nosotros no podemos determinar la culpabilidad o la inocencia» puesto que «sólo un tribunal puede hacerlo». No obstante, se comprometió a que «una vez tengamos nuestro informe final, no nos asustaremos de hacer críticas donde estén garantizadas».

Por otra parte, en cuanto a los testigos aclaró que «si un testigo no se siente cómodo de responder las preguntas debido a un temor genuino de autoincriminación de un delito criminal», el equipo investigador podría «considerar si, para garantizar la mayor apertura y coordinación posible», se autoriza que «las pruebas suministradas a la investigación no se usen en procedimientos penales contra ellos».

Asimismo, indicó que algunas de las audiencias se realizarán a puerta cerrada con el fin de que no salgan a la luz cuestiones que «de ser dadas a conocer en público afectarían al interés público, o cuando haya otras razones genuinas para que un testigo tenga dificultades para ser franco en público».

La sesión de hoy está destinada a analizar la política exterior británica hacia Irak antes de la guerra. El primero en comparecer fue Sir Peter Ricketts, quien fue el presidente del Comité Conjunto de Inteligencia –que supervisa al MI5, MI6 y GCHQ– de 2000 a 2001. También está previsto que comparezca ex altos cargos del Ministerio de Defensa y del Foreign Office.

Mañana miércoles, el comité investigador escuchará a antiguo personal del Foreign Offices que hablará sobre las denuncias de que el régimen de Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva, uno de los argumentos que se emplearon para justificar el inicio de la ofensiva en Irak.