Zelaya indicó que los militares que se encuentran en el exterior del recinto diplomático mantienen en funcionamiento altavoces con música estridente durante toda la noche con el fin de impedirle el sueño a él y a sus partidarios.
Desde que regresó a la capital hondureña el pasado 21 de septiembre, Manuel Zelaya y el grupo que lo acompaña no han abandonado la sede diplomática brasileña en ningún momento.
Para el presidente legítimo de Honduras, debe ser el Congreso quien disponga su restitución y le autorice a concluir el mandato para el que fue elegido, que acabaría en enero de 2010.
‘Por otro lado, Zelaya apuntó que el fracaso en la resolución de esta crisis política mostraría la debilidad de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de Naciones Unidas’, reseña BBC.