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La presidenta argentina, Cristina Kirchner, anunció el jueves la extensión de la asignación familiar por hijo menor de 18 años a desempleados o subocupados, que por su condición laboral no accedían a ese beneficio, que pasará a tener carácter universal.

La norma establecida por decreto otorgará a partir de noviembre una suma de 180 pesos (47 dólares) mensuales por hijo a familias de condición precaria, con un impacto total anual de 9.965 millones de pesos (2.600 millones de dólares), dijo la mandataria en un acto en la Casa Rosada (Gobierno).

«La asignación será para hijos de desocupados y sectores de la economía informal que perciban menos del salario mínimo», afirmó la mandataria, frente a ministros de su gabinete, sindicalistas y gobernadores.

 

El otorgamiento del beneficio quedará subordinado a que los niños cumplan con la asistencia escolar, vacunación y controles sanitarios; se otorgará hasta a cinco hijos por familia, y tendrá control de una comisión bicameral del Congreso.

El ministro de Economía, Amado Boudou, señaló que «esta contribución equipara a todos, porque universaliza un sistema que existe para los empleados en la economía formal», al referirse a los trabajadores que gozan del beneficio a través de un descuento que se realiza en el impuesto a las ganancias.

La asignación universal por hijo venía siendo un unánime reclamo de la oposición en el combate a la pobreza, que en Argentina afecta a 4,4 millones de personas, entre pobres e indigentes, según cuestionados datos oficiales del primer semestre.