Prensa Latina (PL)


Otros ocho soldados estadounidenses murieron hoy durante varios ataques con bombas de la insurgencia afgana en el conflictivo territorio sureño, con lo cual suman 833 los fallecidos de esa nacionalidad desde su invasión en octubre del 2001.

Esas pérdidas de vida elevan también a 54 la cifra de militares de Estados Unidos caídos en octubre del 2009, el mes más mortífero en los ocho años de ocupación de Afganistán.

De acuerdo con portavoces de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), bajo comando de la OTAN, ocho soldados estadounidenses y un civil afgano perecieron hoy en múltiples ataques con bombas en el sur de Afganistán.

Según esa versión, varios soldados resultaron heridos además en esos ataques, aunque omiten mayores detalles de los sucesos.

El hecho ocurre a menos de 24 horas de que 14 soldados perdieran la vida y otros 31 resultaran heridos en incidentes de tres helicópteros en las provincias sureñas de Badghis y Helmand.

Esta representó la más cruenta acción desde el 28 de junio del 2005, cuando 16 soldados que viajaban en un helicóptero MH-47 Chinook de las fuerzas especiales fallecieron derribado por los antigubernamentales.

A principios de mes, los rebeldes dieron muerte a ocho soldados estadounidenses en un ataque a dos puestos aislados en la aldea oriental de Kamdesch, cerca de Paquistán.

Un total de 445 soldados ocupantes, 277 de ellos estadounidenses, murieron desde enero último en Afganistán, según un recuento de la página Web www.icasualties.org.

El año 2009 es el más trágico desde la invasión de Estados Unidos y Gran Bretaña el 7 de octubre del 2001. En 2008, las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN perdieron 294 hombres.

Otras fuentes comunicaron que al menos seis policías afganos murieron en varios enfrentamientos con los rebeldes en las provincias de Zabul y Ghazni.

Mientras, un portavoz de los antigubernamentales, Qari Muhammad Yousaf Ahmadi, se atribuyó la responsabilidad del ataque y elevó a 18 el número de policías fallecidos.

Ahmadi aseguró a medios informativos vía telefónica que el tiroteo no causó víctimas insurgentes y que sus hombres destruyeron tres vehículos todoterreno y capturaron armas y motocicletas de los agentes muertos.