10 de Octubre – La esposa del depuesto presidente de Honduras Manuel Zelaya, Xiomara Castro, denunció este sábado un aumento de la presión militar que ejerce el gobierno de facto de Roberto Micheletti contra la embajada de Brasil, donde se refugia su marido.
«A raíz de la salida de la misión de cancilleres de la OEA el jueves empezaron a reprimir más, no dejan entrar ropa, la comida la revisan más minuciosamente, actúan de una forma que busca atemorizar», dijo a la AFP, al referirse al cerco militar y policial que rodea la sede diplomática.
Castro, quien acompaña a Zelaya en la embajada junto a medio centenar de personas -familiares, colaboradores y periodistas- reiteró la denuncia de su esposo sobre un aumento del «hostigamiento» con la instalación de rampas desde donde francotiradores apuntan contra el edificio.
«Es una forma de represión sicológica, tienen un elevador mecánico, ven todo lo que hay en la embajada, vimos francotiradores, tratan de amedrentar, atemorizarnos. Después de 105 días, donde vemos todo tipo de represión, es parte de la rutina, pero lógicamente uno siempre tiene temor», comentó Castro.
Felipe Paz, uno de los que dejó la legación diplomática este sábado, comentó a la AFP que «las condiciones son difíciles, la represión sicológica e intimidación de los militares todos los días, pero seguimos firmes».
«Los militares que están sitiando la embajada se colocan frente al muro, cargan sus armas, como a las dos o tres de la mañana como para amenazarnos con que están listos para asaltar», aseguró Paz, un administrador de empresas de 29 años y miembro del frente de resistencia contra el golpe.
Zelaya, derrocado mediante un golpe de Estado el 28 de junio y enviado por los militares al exilio, se refugió en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde que ingresó en secreto el 21 de septiembre.
Una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) instaló esta semana un diálogo entre representantes de Micheletti y Zelaya, pero aún no logran un acuerdo en el punto central de la agenda, la restitución de Zelaya, que exige tanto el mandatario derrocado como la comunidad internacional.