Junto con Eurodad y Global Network, que representan más de 100 organizaciones de Europa, Solidar describió en un informe los perjuicios sufridos por El Salvador, Etiopía y Letonia a causa de las condiciones que el FMI les impuso al concederles créditos de emergencia.
Mientras, el estadounidense Centro para la Investigación Económica y Política (CEPR, por sus siglas en inglés) estimó que 31 de 41 naciones analizadas por sus expertos resultaron perjudicadas por los acuerdos que alcanzaron con el Fondo.
Los términos de los préstamos del FMI acumulan «errores políticos» que deben ser corregidos, según el codirector del Centro, Mark Weisbrot.
«Más de un decenio después de que la crisis económica asiática dejara en evidencia grandes errores políticos del FMI, la institución está cometiendo otros similares en muchos países», según Weisbrot.
Estos informes amplían una gran lista de críticas emitidas por organizaciones no gubernamentales y centros académicos a los préstamos del Fondo y a las medidas de austeridad estatal que, con frecuencia, incluyen como condiciones.
«Hay un doble discurso. Las naciones ricas dicen: ‘Estamos en crisis y debemos gastar más, aumentar el déficit y estimular la economía.’ Pero el FMI les dice lo contrario a las naciones más pobres: que aumenten las tasas de interés y recorten los gastos», dijo a IPS Neil Watkins, director ejecutivo de la organización Jubilee USA.
«Eso significa que los gastos en salud, educación y otros rubros sociales sufrirán el impacto, y que si aumentan las tasas de interés, las empresas no tendrán crédito», agregó. «¿Por qué el FMI brinda ayuda a través de créditos, si lo que necesitan los países pobres es alivio de deudas y donaciones?»
La Asamblea Anual conjunta del FMI y el Banco Mundial comenzó este martes y concluirá este miércoles en Estambul. El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, consideró al abrir la conferencia que la situación económica del planeta es «muy precaria» y que la crisis «no terminó».
La reunión estuvo rodeada de medidas de seguridad que no alcanzaron para impedir las protestas en la ciudad turca. Un activista de 55 años murió en los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes, que concluyeron con un centenar de detenidos.
La recesión mundial sumó nuevas presiones a la economía de las naciones que tratan de cumplir con los términos crediticios del FMI, advirtió Reuter.
«Esta crisis demostró que el crecimiento económico mundial se basa sobre cimientos podridos. La recuperación debe construirse sobre cimientos sólidos. El FMI debe usar el enorme aumento de sus recursos financieros permitiendo a los países apoyar el trabajo decente, reducir la inequidad y erradicar la pobreza», evaluó.
El FMI, que reúne a 186 países, está en proceso de transformaciones. El Grupo de los 20 (G-20), en el que revistan países ricos y economías emergentes, anunció que asumiría el papel de planificación e iniciativa económica mundial antes desempeñado por el Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos.
La cumbre del G-20 celebrada el mes pasado en Pittsburg, Estados Unidos, resolvió dotar al FMI de 750.000 millones de dólares adicionales para que asista a países de bajo y mediano ingreso. Pero, hasta ahora, no hubo signos de cambio, según activistas europeos.
El secretario del Tesoro (ministro de Hacienda) de Estados Unidos, Timothy Geithner, dijo en la conferencia del FMI en Estambul que su gobierno «está firmemente comprometido con un enfoque multilateralista en la asignación de ayuda al desarrollo.»
Washington «trabajará para asegurarse de que los bancos multilaterales de desarrollo tengan recursos y políticas adecuadas y buenas prácticas de gobernanza, para que estén en buena posición de satisfacer actuales y futuras necesidades de desarrollo», añadió.
De todos modos, Reuter indicó que «hasta ahora, el FMI ha seguido imponiendo condiciones inapropiadas y procíclicas a muchos» países receptores de crédito. «Eso puede exacerbar innecesariamente los problemas económicos en varias naciones», alertó.
En ese mismo sentido, el CEPR sostuvo que la política fiscal del FMI hacia el mundo en desarrollo debería cambiar para alentar un crecimiento estable y a largo plazo, más que concentrarse en facilitar fondos operativos de corto plazo a los estados.
Los términos de los créditos del FMI no toman en cuenta la dura debacle fiscal global constatada en 2007 y que ya era previsible en 2002.
«El Fondo apoya los estímulos fiscales y políticas expansivas de los países ricos, pero tiene una actitud muy diferente hacia los países de bajo y mediano ingreso», consideró Weisbrot.
Strauss-Kahn pronosticó en Estambul que el crecimiento económico mundial ascendería a un saludable 3,1 por ciento el año próximo. Pero, a pesar de la mejoría, estimó que no se trata de un crecimiento robusto y que las naciones de bajo ingreso continuarán acusando duros golpes.
Por su parte, el Banco Mundial calculó que el flujo de capital privado al mundo en desarrollo cayó de 1,2 billones de dólares en 2007 a 707.000 millones en 2008. Al cabo del presente año, la debacle será peor, a apenas 363.000 millones de dólares, pronosticó la institución.
La nueva «línea de crédito flexible» –es decir, sin condiciones– del FMI, que sería un buen paso hacia políticas expansivas en naciones de bajo ingreso, sólo ha estado disponible para las de medianos ingresos, como Colombia, México y Polonia, acotó el CEPR.
«El próximo paso debería ser la eliminación de condiciones dañinas usuales en otras líneas de crédito del FMI», indica el informe de la institución especializada estadounidense.
El Fondo posee uno de los mayores y más avanzados centros de investigación económica del mundo, por lo que cuenta con toda la información necesaria para formular predicciones adecuadas, según el estudio.
«El FMI debió ser más cuidadoso en sus proyecciones y haber anticipado una severa caída que podría tener serias consecuencias en los países de bajo y mediano ingreso», agrega el informe del CEPR.
Además de sufrir la merma de ingresos, muchas naciones siguen aquejadas por el aumento en 2008 de los precios de productos básicos, en especial el petróleo, según el estudio. Mientras, el FMI no ajustó los términos de sus créditos a este encarecimiento, añade.
Luego de acordar esos préstamos, el Fondo revisó los términos en 26 casos: constató que había sobrestimado el producto interno bruto de 11 países en tres puntos porcentuales, un error de gran calibre. En tres de esas 11 naciones, la sobrestimación fue de siete puntos, indicó el CEPR.
Como consecuencia, el servicio de la deuda de algunos de esos países es muy elevado, lo cual, sumado a las severas condiciones de austeridad impuestas por los préstamos, puede ocasionar disturbios sociales.
A Rumania, que pidió recientemente prestados 20.000 millones de euros al FMI y otras instituciones, se le exigió recortar gastos para equilibrar sus cuentas fiscales. El gobierno debió reducir salarios y programas, lo que originó protestas y conflictos.
Los disturbios en Haití, Hungría, Letonia y Congo llevaron al FMI a aliviar los términos de los créditos concedidos.
«Es hora de que el FMI reexamine los criterios, presunciones y análisis económicos que aplica para prescribir políticas macroeconómicas en el mundo en desarrollo», concluyó el CEPR.