El derrumbamiento de las torres gemelas es uno de los grandes enigmas, todavía sin resolver porque existen varias hipótesis. Unas dicen que fue un auto-atentado para justificar la invasión a Afganistán e Irak, e imponer la doctrina de “la guerra preventiva y la lucha contra el terrorismo”, que le ha costado a la nación norteamericana hasta ahora más de 4.500 muertos en Irak y 1.500 en Afganistán y más de 30 mil heridos. Otra hipótesis apunta a que los servicios de inteligencia norteamericanos conocían de antemano los intentos que se hacían para atacar algunos puntos claves del gobierno norteamericano, pero no hicieron nada para evitar la agresión.
Para varios analistas el único favorecido con este atentado fue el gobierno de George W. Bush quien consiguió su segunda reelección con un discurso fomentando el miedo al terrorismo que caló en el pueblo estadounidense y en el mundo, “cambiando el fantasma del comunismo por el del terrorismo”, acogido unánimemente por todos los países lacayos del imperialismo que al unísono repitieron en coro la nueva consigna.