TeleSUR

Decenas de civiles fueron asesinados este viernes tras un ataque aéreo de la OTAN contra la insurgencia talibán, que provocó el estallido de dos camiones cisternas repletos de combustibles en la provincia de Kunduz (sur de Afganistán).

Entre 50 y 60 personas han muerto en un hecho que será investigado por organismos internacionales debido a las denuncias de la población local que afirmal que el ataque ha causado decenas de víctimas civiles.

Según el gobernador de la provincia, Mphammad Umar, el bombardeo de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) dirigida por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ocurrió en la región de Ali Abad, cuando los rebeldes permitían que los lugareños obtuvieran combustible de dos camiones cisternas que habían hurtado horas antes.

El gobernador había informado en un primer momento de la muerte de 90 personas -la mitad, civiles-, pero más tarde rectificó y fijó la cifra de víctimas mortales entre 50 y 60, la mayoría insurgentes.

Ese balance se aproxima al difundido por el ministerio de Defensa de Alemania, cuyas tropas están presentes en Kunduz (norte) y que informó de la muerte de al menos 50 rebeldes en el bombardeo pero descartó «presumiblemente» las víctimas civiles, por boca de un portavoz.

La versión alemana no concuerda con la de varios testigos citados por la agencia de noticias afgana AIP, que denunciaron que el ataque registrado en la zona de Shna Tapa, del distrito de Alí Abadla dio muerte a decenas de personas, entre ellas mujeres y niños.

Por su parte, el vocero de los insurgentes, Zabihullah Mujahid, precisó a la cadena televisiva Al Yazeera que varios civiles se abastecían de combustible de uno de los camiones cuando ocurrió el ataque y estimó en 90 las víctimas fatales, ninguna de la insurgencia.

Asimismo confirmó el secuestro de los vehículos, pero aclaró que sólo uno había sido atacado, pues el otro resultó abandonado luego que se atascó en el fango.

Estadísticas de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama) muestran que en el primer semestre del año perdieron la vida unos mil 13 civiles, víctimas del conflicto, lo cual supone un aumento del 24 por ciento respecto al mismo período del 2008. Al menos 595 personas cayeron asesinadas por las fuerzas insurgentes y 310 a causa de ataques de las tropas regulares e internacionales, sin que fuera posible determinar una responsabilidad por el resto de los fallecimientos.

Uno de los mayores puntos de fricción entre la milicia internacional y las autoridades afganas es la muerte de civiles por considerarse inaceptables. El jefe de las tropas internacionales en el país, el general Stanley McChrystal, había apostado esta semana por revisar la estrategia en Afganistán y dar prioridad a la protección de la población civil. McChrystal, entregó este lunes a sus superiores de la OTAN y del mando conjunto central de EE.UU. un documento de «evaluación estratégica» para afrontar la «seria» situación en el país.

ONU y UE condenan ataque

Varios gobiernos europeos expresaron este viernes su preocupación por la muerte de civiles en un bombardeo de las tropas internacionales lideradas por la OTAN en el norte de Afganistán.

«Todas las víctimas civiles son lamentables», dijo el ministro de Asuntos Exteriores sueco y de turno de la UE, Carl Bildt, a su llegada al Consejo informal de ministros de Asuntos Exteriores de la UE que se celebra este viernes y sábado en Estocolmo.

Por su parte, La ONU pidió una profunda investigación sobre el bombardeo y plantea «examinar qué fue lo que pasó y por qué se lanzó un ataque aéreo en circunstancias difíciles para determinar que no hay civiles en el lugar», añadió.