Prensa Presidencial


El líder de la revolución Libia, Muammar Al Gaddafi
El líder de la revolución Libia, Muammar Al Gaddafi, introdujo el tema de la seguridad del sur y los vacíos que tiene este lado del mundo en organismos internacionales para defender sus derechos, en su intervención en la plenaria de jefes de Estado de la II cumbre de América del Sur África.

Al respecto planteó crear una OTAN del sur. «Tenemos que hacer una OTAN para el Sur, y eso no es una acción terrorista. Nosotros tenemos el derecho a crear nuestras organizaciones para nuestro desarrollo, para garantizar nuestros servicios».

«Debemos tratar de disminuir este vacío que se ha creado en las representaciones de nuestros países en los organismos internacionales de nuestros continentes. Tenemos que ponerle fin a ese abismo».

Argumentó que América del Norte está vinculada desde todo punto de vista a través de las comunicaciones, sin embargo, en el Atlántico sur hay un gran vacío. En consecuencia, «tenemos que garantizar una acción estratégica para interconectar el sur, que redunde en beneficio de la comunicación marítima, aérea, gasoductos».

Gaddafi recordó que en el planeta hay dos partes, una que produce y otra que consume, el norte consume lo que produce el sur. «Nos convertimos en el patio que garantiza las riquezas que van hacia el norte».

«Tenemos que luchar por construir nuestras propias fuerzas y aprovechar nuestras potencialidades. Las riquezas más gigantescas las tenemos en nuestros países», agregó.

Existen muchas oportunidades
El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva comenzó su intervención hablando sobre la situación de Honduras. En este sentido, puntualizó: «tenemos que barrer al basurero de la historia las dictaduras militares. No podemos permitir retrocesos de este tipo en el continente».

Sobre el encuentro entre estos dos mundos del sur, resaltó que «existen muchas oportunidades entre los países de América del Sur y África» e invitó a buscar un trabajo permanente.

Acerca de los desafíos globales, reiteró que «no se puede ser complaciente con la especulación desenfrenada. Se necesita la mano del Estado para regular el mercado para enfrentar las crisis alimentarias y económicas».