Eduardo Rothe
Los Estados Unidos son el único país industrializado con la asistencia médica totalmente privatizada, con una cifra de 50 millones de personas carentes de cualquier acceso al sistema de salud
Por: Eduardo Rothe
Como pudimos ver en el galardonado documental «SICKO» de Michael Moore, los Estados Unidos son el único país industrializado con la asistencia médica totalmente privatizada, con una cifra (en rápido aumento) de 50 millones de personas carentes de cualquier acceso al sistema de salud (mueren de mengua unas 20 mil al año) y una mayoría de millones de «afortunados» asegurados, víctimas de la estafa permanente de la codicia criminal de las compañías aseguradoras.
El clamor por una ley de reforma del sistema asistencial que ponga límites al «libre mercado» de la muerte y sufrimiento de asegurados y desamparados, se refleja en el documental de Michael Moore y en toda clase de encuestas a lo largo de los 50 estados de la Unión. Sin embargo, dicha ley ha sido repelida por el Congreso durante décadas (desde Nixon para ser exactos) por la presión mediática de la mafia de la salud y su control sobre los legisladores. La actual Vicepresidenta Hillary Clinton fracasó en su intento de hacer aprobar dicha ley cuando era Primera Dama, y al Presidente Barack Obama no le va mejor en el mismo intento.
¿CUÁNTO VALE UN SENADOR?
La tesis de los congresistas que se oponen a la nueva ley es muy simple, a juzgar por las declaraciones del Senador John Thune, republicano de South Dakota, el pasado 1ero de Agosto.
La ley «(…) forzaría a millones de americanos que actualmente gozan de cobertura pagada por sus patronos, a ir hacia un nuevo plan de atención médica dirigido por burócratas del gobierno.»
Lo que no dice el Senador Thune es que él está cubierto por el excelente seguro del Congreso, dirigido «por burócratas del gobierno», ni dice que la industria médica y farmacéutica contribuyó con 1.206,176 dólares para su campaña.
La Representante republicana de Florida, Ginny Brown-White que, el 21 de Julio pasado, declaró que aprobar esa ley «…sería, en esencia, decirle a las personas mayores ¡muéranse!», recibió para su campaña 369.265 dólares de la mafia de la salud. Y como ella muchos otros legisladores republicanos. Pero los demócratas no se quedan atrás e integran, junto con sus colegas republicanos, el bloque de los «Blue Dogs» (perros azules) que se oponen a la ley. De hecho, el líder de los «Blue Dogs» es el demócrata de Arkansas Mike Ross, dueño de una farmacia y beneficiario de un apoyo electoral de la mafia de la salud por 921.000 dólares. Junto a él cierra filas el Representante Bart Gordon, demócrata de Tennesse, beneficiado con 1.173.000 dólares.
¿QUIÉNES PAGAN?
Para ver cómo llega el dinero a los legisladores corruptos (perdonen el pleonasmo) basta con ver cómo le llegó el dinero al Senador demócrata de Montana May Baucus. Clínicas: 414.000 dólares; Aseguradoras: 667.000 dólares; Industria Farmacéutica: 1.100.000 dólares; Colegios Médicos: 1.300.000; Casas de Reposo: 237.000 dólares, para un jugoso total de 3.718.000 dólares. Se entiende que para el Senador Baucus y otros «perros azules» la salud de la mafia sea más importante que la salud del pueblo, y que para ellos democracia sea el gobierno de las empresas, por las empresas, para las empresas. El mismo Barack Obama recibió de este sector 14 millones de dólares para su campaña presidencial.
¿DE DONDE SALE EL DINERO?
Actualmente la mafia de la salud gasta casi un millón y medio de dólares ¡diarios! en campañas contra la reforma de la ley de asistencia médica en los Estados Unidos. Eso nos da una idea de los inmensos beneficios que «la libre empresa», «la iniciativa privada», es decir el capitalismo, extrae del sufrimiento de miles de hombres, mujeres, niños y ancianos de los Estados Unidos. Se comprende que la idea de la salud garantizada para todos (como en Canadá, Francia, Inglaterra, Escandinavia y la Venezuela bolivariana) les parezca una «amenaza comunista» que debe ser combatida. Y se comprende por qué la idea burguesa de ver el mundo está en terapia intensiva, …en una clínica cara, por supuesto.