El encargado de Negocios de Brasil en Tegucigalpa abandonó este sábado su embajada, donde el derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, está refugiado desde el lunes, y denunció que su representación está sitiada, una situación «única en el mundo».
«Es el único sitio que yo sé en todo el mundo donde hay una embajada sitiada», declaró Francisco Catumda al salir de la embajada, vigilada por varios cientos de soldados y policías.
Catumda no había abandonado la sede de la embajada desde que llegó Zelaya el lunes.
Este sábado fue reemplazado por otro diplomático brasileño, ministro consejero de Brasil ante la OEA, Lineu Pupo de Paula.
Catumda declaró en general las personas que están dentro de la embajada están en buen estado de salud, y confirmó que otro diplomático brasileño había sentido «olor a gas», como denunció la víspera Zelaya, quien atribuyó los malestares de sus allegados a esa sustancia, lanzada, según el presidente derrocado, por el Ejército.