PL

Los 12 Cancilleres y ministros de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) enfrentan hoy el mismo reto que sus Mandatarios supieron sortear tras fuertes enfrentamientos en la reciente Cumbre de Bariloche, Argentina.

La autorización a Estados Unidos para utilizar siete bases militares en territorio colombiano es el plato principal en el encuentro de este martes, pues una de ellas en particular, la base de Palanquero, permitiría al Pentágono incursionar en cualquier país de la región y espiarlo con sofisticados medios.

Dignatarios de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y Venezuela, bajo la presidencia pro témpore de Ecuador, confirmaron su participación en esta reunión extraordinaria acordada por sus mandatarios en la Cumbre de Bariloche, Argentina, el 28 de agosto.

Difícil tarea enfrentan hoy los jefes de la diplomacia y las carteras de la defensa al intentar no sólo poner sobre la mesa toda la información de acuerdos bilaterales, bases militares, armamento y presupuesto, sino también comprometerse con un Código de Ética común basado en principios.

Es obvio que los primeros principios que aspiran reafirmar en esta reunión de Quito los representantes de los gobiernos del sur americano, serán el de la independencia, la autodeterminación, la no agresión y el respeto irrestricto al territorio de cada país, considerando el precedente de Angostura.

Una de las tareas encargadas en Bariloche a los ministros de Defensa y Cancilleres es el diseño de medidas de confianza mutua, incluyendo mecanismos concretos de implementación y garantía para todos los países, así como mecanismos de verificación y transparencia en el plano militar.

Para el canciller ecuatoriano, Fander Falconí, UNASUR es un proyecto de integración regional ambicioso, capaz de resolver sus propios problemas en materia de seguridad y ese proceso debe iniciarse hoy en esta reunión, aunque su culminación todos coinciden será un proceso lleno de escollos a sortear.