Observatorio Sudamericano de Patentes
El director del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial de Brasil (INPI), Jorge Ávila, entro en contradicciones con las políticas de su gobierno y con datos de la oficina mundial durante el 2do Encuentro Académico de Propiedad Intelectual, Innovación y desarrollo (Enapid), realizado en Río de Janeiro, los primeros días de septiembre.
Para el funcionario, en un mundo en que el conocimiento tiene cada vez más importancia para la economía y se vuelve transaccional, como propiedad valiosa, crece la necesidad de formalizarlo, o sea, «transformarlo en patentes». Estas afirmaciones contrastan, sin embargo, con la realidad de las patentes en el Brasil.
En relación al empleo de las patentes como promotor del desarrollo, un estudio reciente señala que a pesar de todas las inversiones en innovación implementadas desde los años 70s, no se ha producido un incremento en el número de patentes de origen nacional en territorio brasileño, aumentando solamente las solicitudes de patentes de empresas extranjeras. Este hecho había producido la “perplejidad” del Ministro de Desarrollo y Comercio Exterior del Brasil, Miguel Jorge.
Contrariamente a lo que la realidad indica tras la crisis del capitalismo, Ávila afirmó que el número de solicitudes de patentes está en aumento, cuando la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) ha señalado con sus estadísticas, que en el primer semestre de 2009 las presentaciones de patentes experimentaron una abrupta caída del 18% a escala mundial, producto de la debacle económica generada en los países desarrollados con repercusión en el resto de las economías en desarrollo.
Siguiendo la línea trazada por el neoliberalismo en materia de estudios académicos, el director de la oficina de propiedad industrial de Brasil sostuvo que los derechos de patentes que convierten el trabajo intelectual en invenciones “contribuye” al desarrollo de los países.
La posición de Ávila contrasta además con el ministerio de salud del propio gobierno brasileño quien ha considerado a las patentes como un obstáculo al acceso a bienes esenciales como los medicamentos para el HIV/SIDA: Brasil ha sido el único país que “quebró” una patente de empresas farmacéuticas transnacionales, como en el caso del medicamento «Efavirenz» al aplicar una “Licencia Obligatoria” prevista en los acuerdos de la OMC.
Las patentes promocionadas por el director del INPI-BR contradicen además la política de medicamentos genéricos, férreamente defendida por el gobierno Lula quien recientemente ha reclamado a la OMC por la detención de cargamentos de medicinas de origen indio retenidas ilegalmente por el gobierno holandés, que tenían como destino la elaboración de medicamentos genéricos más baratos que los fármacos protegidos por patentes y elaborados por laboratorios de Estados Unidos y Europa. .
Para el funcionario, en un mundo en que el conocimiento tiene cada vez más importancia para la economía y se vuelve transaccional, como propiedad valiosa, crece la necesidad de formalizarlo, o sea, «transformarlo en patentes». Estas afirmaciones contrastan, sin embargo, con la realidad de las patentes en el Brasil.
En relación al empleo de las patentes como promotor del desarrollo, un estudio reciente señala que a pesar de todas las inversiones en innovación implementadas desde los años 70s, no se ha producido un incremento en el número de patentes de origen nacional en territorio brasileño, aumentando solamente las solicitudes de patentes de empresas extranjeras. Este hecho había producido la “perplejidad” del Ministro de Desarrollo y Comercio Exterior del Brasil, Miguel Jorge.
Contrariamente a lo que la realidad indica tras la crisis del capitalismo, Ávila afirmó que el número de solicitudes de patentes está en aumento, cuando la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) ha señalado con sus estadísticas, que en el primer semestre de 2009 las presentaciones de patentes experimentaron una abrupta caída del 18% a escala mundial, producto de la debacle económica generada en los países desarrollados con repercusión en el resto de las economías en desarrollo.
Siguiendo la línea trazada por el neoliberalismo en materia de estudios académicos, el director de la oficina de propiedad industrial de Brasil sostuvo que los derechos de patentes que convierten el trabajo intelectual en invenciones “contribuye” al desarrollo de los países.
La posición de Ávila contrasta además con el ministerio de salud del propio gobierno brasileño quien ha considerado a las patentes como un obstáculo al acceso a bienes esenciales como los medicamentos para el HIV/SIDA: Brasil ha sido el único país que “quebró” una patente de empresas farmacéuticas transnacionales, como en el caso del medicamento «Efavirenz» al aplicar una “Licencia Obligatoria” prevista en los acuerdos de la OMC.
Las patentes promocionadas por el director del INPI-BR contradicen además la política de medicamentos genéricos, férreamente defendida por el gobierno Lula quien recientemente ha reclamado a la OMC por la detención de cargamentos de medicinas de origen indio retenidas ilegalmente por el gobierno holandés, que tenían como destino la elaboración de medicamentos genéricos más baratos que los fármacos protegidos por patentes y elaborados por laboratorios de Estados Unidos y Europa. .