De acuerdo con el directivo del centro dedicado a la armonización del Derecho Comercial y estudio de los tratados de libre comercio, los demócratas, quienes se han opuesto a la firma del tratado comercial con Colombia, mantienen aún dudas sobre los beneficios que traería para las dos naciones a pesar del acuerdo para instalar siete bases militares en territorio colombiano.
El especialista norteamericano subrayó que el convenio militar entre las dos naciones “ha ayudado mucho a alcanzar este objetivo, aunque no lo es todo”.
El anuncio de Kozolchyk fue hecho en el marco del simposio internacional organizado por la Superintendencia de Sociedades, y todo apunta a que en menos de año y medio el tratado comercial sea una realidad dependiendo de algunos temas pendientes, no del todo especificados.
Colombia busca que el Congreso de Estados Unidos certifique la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) y se ponga fin a las ayudas comerciales temporales que da el gobierno estadounidense a varios países suramericanos como el caso del Atpdea, reclamo de la burguesía colombiana desde hace varios años.
El imperio quiere más
En este sentido, el Secretario de Comercio estadounidense, Gary Locke, ha sostenido que la negociación actual con Colombia para lograr la aprobación de un TLC quizás necesite acuerdos adicionales para reforzar el aspecto de los derechos sindicales.
“Subsisten algunas preocupaciones sobre el tema de la violencia contra los sindicalistas, así que estamos desarrollando un plan de acción, quizás acuerdos adicionales que podrían ser incorporados y presentados ante los miembros del Congreso” para que aprueben definitivamente el TLC, declaró Locke en agosto pasado.
El TLC fue negociado y firmado por los presidentes de Estados Unidos y Colombia en 2007, pero sigue congelado desde entonces, a falta de una ratificación del Congreso estadounidense.
Actualmente, las negociaciones son conducidas por el Representante de Comercio, Ron Kirk, que ha llevado a cabo varios encuentros con miembros del Gobierno colombiano.