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Indígenas Awá velaron en la vía Panamericana a 12 víctimas asesinados el 26 de agosto. (Foto: Efe)

El alto comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Cristian Salazar, entregó este sábado un informe previo sobre las indagaciones que realiza junto a la comisión investigadora de la masacre de indígenas Awá cometida el pasado 26 de agosto y en la que siete niños fueron asesinados.

Salazar indicó que a las Naciones Unidas le impresiona el número de niños que fueron asesinados. Un total de siete y no cinco, como se indicó inicialmente lo que representa una nueva dimensión ataque contra la etnia Awá.

La seguridad de los sobrevivientes de la masacre y sus familiares es un punto de mucha preocupación para el alto comisionado, por lo que pidió protección por parte del Estado colombiano para evitar un mayor derramamiento de sangre.

El alto comisionado prometió que Naciones Unidas hará todo lo posible para apoyar a la Fiscalía colombiana en el trabajo de esclarecimiento de la masacre para que ésta no quede en la impunidad.

 

Los líderes Awá le han expresado a la comisión del Gobierno que la seguridad democrática no llega a la zona donde habitan y que por ello es necesario que se cree una unidad especial de fiscales para que investiguen la masacre en la que murieron sus miembros.

Masacre podría ser una venganza

Según un reportaje presentado por la revista colombiana Semana, una de las personas que perdieron la vida en la masacre de indígenas Awá fue Sixta Tulia quien había denunciado ante las autoridades que militares colombianos habían ajusticiado a su esposo, Gonzalo Rodríguez, y lo habían reportado como un muerto en combate.

Sixta afirmó que hombres encapuchados detuvieron a su esposo mientras caminaba junto a ella por un resguardo, se lo llevaron a 20 metros, y luego de escuchar unos disparos encontró a su esposo con varios disparos en la cabeza.

El diario colombiano afirma en su sitio web que tuvo acceso al reporte militar donde soldados explican que la muerte de Gonzalo Rodríguez fue en combate y le señalan de ser jefe guerrillero.

«El 23 de mayo de 2009 el Batallón Contraguerrilla Número 23 realizó una operación militar llamada «Mosquetero» en el Kilómetro 80 La Guayacana media hora hacía adentro. Junto con un guía llegan al lugar hacía las 3 horas. Esperaron que amaneciera luego el guía indicó a la persona llamada Gonzalo Rodríguez quien es cabecilla del frente 29 de las Farc. De inmediato se da la captura y este emprende la huida tirando el arma hacia la maraña. Los militares logran su captura de nuevo y le ponen en conocimiento los derechos del capturado, junto con la señora y luego los separan; ubican el arma que portaba y lo retienen. En un descuido de los militares el sujeto emprende la huida hacia el sitio donde se hallaba el arma tirada, la coge sale corriendo y empieza a disparar siendo dado de baja por la tropa», afirma presuntamente el reporte militar.

Por su parte, Sixta Tulia no se quedó callada y denunció su versión ante las autoridades, pero este miércoles 26 de agosto, a las 5 de la mañana, un grupo de hombres camuflados y encapuchados, llegaron a la casa donde ella dormía junto con otros parientes y dispararon a discreción.

Sixta Tulia perdió la vida al igual que seis niños, una niña y cuatro adultos más. La niña era Angie Jazmín Rodríguez, de 5 años, y los niños, Alexander Rodríguez, de 8 años; Yeison Ferney, de 6 meses; Laurencio García, de 5 años; Roberto Guanga Nastacuas, de 17 años, David García, de 12 años y Luis García, de 13 años.

Los adultos eran Laurencio García, de 38 años, Carmela Guanga, de 18 años; Amparo Nastacuas, de 21 años; Armando Alvaro Nastacuas, de 19 años, Y quedaron heridos Javier García, de 20 años y Yolanda Bisbicus, de 22 años.