En este sentido, el presidente estadounidense indicó que «cada día, en este país, los estadounidenses se enfrentan a primas de seguro de salud que aumentan a un ritmo tres veces mayor que los sueldos, y a compañías aseguradoras que limitan la cobertura e incrementan la porción que pagan los asegurados».
A pesar de lo revolucionario que pareciera ser la reforma sanitaria propuesta por el líder demócrata, el propio Obama afirmó que «los inmigrantes ilegales no tendrán cobertura», ya que «esa idea nunca se ha puesto sobre la mesa».
Durante su campaña electoral, el mandatario estadounidense resaltó la importancia de cambiar el sistema de sanitario de su país debido a que es el más caro del mundo pero que, a pesar de ello, 50 millones de habitantes no pueden acceder al mismo.
La oposición, y parte de su propio partido, tienen dudas sobre el impacto económico que puede tener dicho programa, sobre todo, señalan los detractores, ante el marco de crisis financiera mundial.