El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, asumirá la presidencia pro témpore de la Unasur de manos de su colega chilena, Michelle Bachelet, en una ceremonia que se celebrará en un convento agustino, en el centro colonial de Quito.
A ese acto asistirán los presidentes de los países miembros de la Unasur, que son doce, excepto el de Colombia, por las tensiones que esa nación tiene con otros miembros del grupo.
La Unasur está formada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Uruguay, Surinam y Venezuela.
La Unasur llega a la dirección de Ecuador con un saldo positivo en sus dos años y medio de vida, porque «ha dado identidad a la región», opinó hoy el analista Mauro Cerbino, catedrático de la sede en Quito de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Además, la Unión ha logrado consolidar, hasta el momento, dos de sus instituciones pilares, como son los consejos de ministros de Defensa y de Salud, y en la cita de Quito se analizará la creación de otras cuatro instancias sobre narcotráfico, infraestructuras, cultura y educación y desarrollo social.
La edificación de esta institución «dará continuidad y seguimiento a los procesos de integración» y permitirán que la Unasur «no se quede sólo en el papel», dijo a Efe el catedrático.
Según él, «no se trata de crear una burocracia, pero sí instancias idóneas que logren dar continuidad y seguimiento a la integración».
Cerbino apostilló que la «Unasur es una puerta de salida para lograr el desarrollo de la región» y puede convertirse en el futuro en un mecanismo para extender la integración a otros países latinoamericanos.
Ecuador asumirá la dirección del grupo con varias propuestas para consolidar la integración y planteará la creación de un mecanismo de resolución de diferencias comerciales sobre inversiones extranjeras directas, para afrontar eventuales demandas de empresas de terceros países, que suelen dilucidarse en cortes internacionales.
Correa también propondrá la creación de una Agencia regional de acreditación universitaria, que busque mejorar la calidad de la educación en la región.
También presentará su propuesta para entrar en un proceso de eliminación de patentes de los medicamentos más importantes y la promoción de medicamentos genéricos.
Esta proposición se presentará en el Consejo de ministros suramericanos de Salud, que se reunirá mañana mismo en Quito, en el que también se analizarán aspectos relacionados con la cooperación regional para enfrentar eventuales epidemias, como la gripe A, que afecta actualmente al mundo.
Sin embargo, la Unasur, con la presidencia de Ecuador, debe formular estrategias para intentar zanjar varias diferencias que existen entre sus miembros.
Sobre todo, el conflicto entre Ecuador y Colombia, que mantiene rotas sus relaciones diplomáticas desde agosto de 2008, así como por la preocupación que ha despertado en la región los acuerdos militares que Bogotá negocia con Washington.
«La diplomacia ecuatoriana debe hacer un trabajo importante» para construir la integración regional, en medio de las tensiones, agregó Cerbino, aunque dudó que las diferencias puedan derivar en una ruptura en la Unasur.
La Unasur también prevé, en la cita de Quito, condenar los golpes de Estado en la región, en referencia a la crisis en Honduras, tras el derrocamiento del poder del presidente Manuel Zelaya.