Esto, en momentos en que Washington y Bogotá negocian un polémico acuerdo militar.
Fraser llegó la noche anterior a Bogotá y este sábado sostendrá una reunión con el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Freddy Padilla, y luego con los jefes militares de varios países de la región.
La agenda del oficial estadounidense en Colombia se maneja con absoluta reserva, pero se espera que durante los días que permanezca se analicen los términos del acuerdo para que militares de EE.UU. puedan usar desde tres y hasta siete bases de las Fuerzas Armadas de Colombia.
En la III Reunión Ordinaria de jefes de Estado de Unasur, prevista para el 10 de agosto en Quito y a la cual no asistirá el presidente colombiano, Álvaro Uribe, está previsto que se reúna el Consejo de Defensa Suramericano para analizar el acuerdo que negocian Bogotá y Washington.
Pero además, desde el martes las relaciones comerciales colombo-venezolanas están congeladas por decisión del Gobierno de Caracas, que respondió así a una petición de explicaciones de Colombia ante el hallazgo en poder de las FARC de tres lanzacohetes vendidos por Suecia a las Fuerzas Armadas venezolanas en 1988.
El Gobierno venezolano ha vinculado su nueva crisis con Colombia con el acuerdo que ese país negocia con Washington para permitir a EE.UU. el uso de bases militares en su territorio, ya que lo considera una «amenaza».
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, y su colega de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresaron el jueves en Sao Paulo su preocupación por el acuerdo militar entre EE.UU. y Colombia, y pidieron una reunión del Consejo de Defensa Suramericano para analizar ese tema paralelo a la cumbre de Unasur.