«El imperio está vivo, ¿alguien quiere comprobarlo? Está en Honduras (…) La mano cruda y bestial del imperio yanqui, tratando de revertir no sólo la democracia en Honduras, sino que luego vendrán por todos los que estamos tratando, junto a nuestro pueblo, impulsando procesos de cambios democráticos».
Continuó diciendo que las burguesías de este continente, cuando se dan cuenta de que los pueblos promueven cambios verdaderos, comienzan a buscar «gorilas» como ocurrió en Honduras, poniendo como ejemplo a los órganos de esa nación, que se encargaron de arremeter contra la voluntad del pueblo al derrocar al presidente legitimo, Manuel Zelaya.
«Vendrán luego por Evo, vendrán luego por Correa, por Lugo, vendrán por Chávez, vendrán por nosotros».
«Los que le cierran el paso a las revoluciones pacificas, le abren al mismo tiempo el paso a las revoluciones violentas», dijo, refiriéndose a las extremas derechas, que apoyados por el imperio no quieren cambios y se aferran a los viejos esquemas de dominación.
Por ello, pidió a los gobiernos progresistas de Latinoamérica prestarle toda la atención a la situación que se vive en Honduras, porque considera que el escenario político y social del país centroamericano tiende a complicarse y ponerse más tenso, lo que prevé podría convertirse en una guerra civil «que puede desparramarse sobre Centroamérica».
«Acompañemos a Zelaya en su dignidad y en su batalla y en su lucha», apuntó, a la vez que indicó que por el futuro y la paz las naciones de Suramérica y Latinoamérica deberían exigir el retorno de la democracia en Honduras.
Todo esto lo dijo en el almuerzo oficial del Bicentenario de Bolivia, donde el mandatario nacional agradeció al pueblo boliviano por la invitación, rememorando las batallas de nuestro Libertador Simón Bolívar.
Afirmó «nosotros estamos llamados a no permitir que se repita aquel ciclo perverso de hacer todo, para que termine en nada», al tiempo que indicó que los países de Latinoamérica están obligados a concluir la independencia definitiva de nuestros pueblos.