Chávez tomó la decisión de revisar los lazos con Bogotá luego de que el Gobierno de Alvaro Uribe aceptara la instalación de bases militares de Estados Unidos en Colombia.
«Las cosas que nosotros compramos de Colombia habrá que comprarlas en otra parte porque no podemos (…). Lo lamento mucho pero eso es una realidad», dijo el gobernante en un acto de graduación de oficiales militares.
El primer mandatario se quejó de que Colombia y Estados Unidos pretenden culpar al país por el tema del narcotráfico siendo el país caribeño una «víctima» al estar ubicado al lado del mayor productor de cocaína del mundo.
Además calificó a su segundo socio comercial -luego de Estados Unidos- de «mal vecino» por haber tenido choques con todos los países con los que colinda.
«¿No va a tener? Una actitud agresiva, un Estado agresivo, el paramilitarismo sigue vivo aunque ellos dicen que lo eliminaron, los yanquis ahí metidos», denunció.
Chávez también anunció que planea al menos duplicar el potencial militar de su país sin importarle la opinión de los vecinos, en alusión a Colombia, porque alegó que es necesario para responder a amenazas imperiales en contra de la revolución socialista.
«No le voy a hacer caso a lo que digan aquí al lado los vecinos o allá en el norte los yanquis. Necesitamos seguir fortaleciendo el poder militar de tierra, de mar y de aire y lo vamos a seguir haciendo», apuntó.
Chávez agregó que ya había anunciado la decisión al Gobierno ruso, desde donde Venezuela ha hecho importantes compras de armamento y equipo militar.
«Estamos adelantando todos los contactos, varios nuevos batallones de tanques para tener una fuerza blindada, el doble por lo menos de la que hoy tenemos», dijo.
Además explicó que se ampliará la dotación de infantería, artillería y equipos antiaéreos, «todo hasta donde nos alcancen las posibilidades».