Pedro Echeverría V
1. La lucha de los pueblos contra la explotación, la miseria y por la igualdad son batallas absolutamente justas, nunca podrán ponerse en duda y de manera automática deben ser apoyadas. Las invasiones, los golpes de Estado, las agresiones, practicados siempre por países imperiales, por militares y por burguesías empresariales y derechistas deben ser condenados y combatidos por los pueblos y debe pedirse la solidaridad mundial para enfrentarlos. Pero, ¿qué pensar y qué hacer cuando los mismos imperios, gobiernos, personajes, que han impulsado las agresiones, que han apoyado la explotación y la miseria, de pronto los vemos des lado de los pueblos? Me parece que siempre es justo preguntarnos lo que quieren conseguir con su nueva actitud.
2. La realidad es que casi todo el mundo hemos apoyado automáticamente, como si fuera “natural”, la condena contra el golpe de Estado en Honduras. Sin embargo, a partir de observar que Obama, el principal representante del imperio y de la guerra que EEUU ejerce en el mundo, de ver el comportamiento de Calderón –el jefe del ejército que llena las calles del país en nombre del “combate del narcotráfico-, de saber del apoyo de la OEA –organismo siempre al servicio de los intereses yanquis-, incluso después de escuchar la adelantada condena de Zapatero, el presidente español al servicio del rey y perseguidor del Herri Batasuna y de la ETA, me he puesto a pensar en que hay algo que se esconde por debajo de ese golpe de Estado que también el pueblo condena en las calles.
3. En las últimas tres décadas he preferido “estar sólo que mal acompañado”; distinto a los políticos que siempre quieren estar con las mayorías para obtener sus apoyos o sus votos. Un dirigente y filósofo chino me enseñó que en los grandes problemas una vez definido correctamente al enemigo de los trabajadores y de los pueblos, “siempre hay que estar contra lo que el enemigo apoya y apoyar lo que el enemigo combate”. ¿Por qué entonces ahora estoy coincidiendo con Obama, Calderón, la OEA y Zapatero? Hasta hace 15 días quienes históricamente han encabezado y organizado los golpes de Estado han sido los gobiernos yanquis; Calderón ha sido un presidente, además de facto, extremadamente autoritario y la OEA el ministerio de colonias yanquis. ¿Qué pasa?
4. La Clinton del gobierno de Obama, ha sido muy enérgica en la condena del golpe de Estado; al mismo tiempo en estos días se ha difundido que los 133.000 soldados estadounidenses serán retirados totalmente de Irak en 2011 y que en las ciudades se limitarán desde ahora a la formación y a prestar apoyo a las fuerzas iraquíes. Serán 500.000 policías y 250.000 militares iraquíes los que se hagan cargo de mantener la seguridad en las ciudades y los pueblos. Parecería que Obama tiene la voluntad de cambiar las cosas, pero, ¿acaso no ha seguido ordenando masacres en Afganistan y al mismo tiempo no ha seguido saqueando el petróleo de la región donde compiten 35 firmas entre las que cuentan los poderosos trust Exxon Mobil, Royal Dutch Shell y Total?
5. Calderón, aunque encabronado en la reunión de Grupo del Río, tuvo que leer –presionado por los discursos de repudio- la condena al golpe de Estado. ¿De dónde puede venir a Calderón – que no sea de Obama- una condena al golpe de Estado por el ejército hondureño si en México mantiene al ejército en las calles, como si fuera un golpe Estado, con el pretexto del combate al narcotráfico después de más de 12 mil muertos? ¿De dónde le puede nacer a Calderón esa condena de “caiga quien caiga”, de “nadie podrá frenarme” si no del carácter autoritario y despótico de su gobierno y del miedo desesperado al desarrollo de una gran oposición? ¿O acaso quiere “rebasar a López Obrador por la izquierda ganándose negociar con el PRI y el PRD?
6. ¿Qué ha sido la OEA en los últimos 50 años para que hoy quiera limpiar su cara condenando el golpe de Estado? Después de la expulsión de Cuba por más de 25 países de la OEA, en enero te 1962, este organismo con sede en Washington, casi desapareció para convertirse objetivamente en un ministerio de colonias manejadas desde la Casa Blanca. Durante esas cinco décadas –bajo las presidencias de personajes escogidos por el presidente de EEUU en turno, la OEA sirvió para condenas cualquier lucha social en América y para legitimar las decenas de golpes de Estado encabezados por la CIA o el Pentágono yanqui. Por eso, la posición de Cuba actual de decir que no regresará a la OEA a pesar de que ahora se lo piden, es totalmente correcta, a pesar de sus amigos.
7. ¿Será que la nueva estrategia política de Obama en Iberoamérica, con el objetivo de recuperar confianza y poder para EEUU, consista en establecer “buenas relaciones” con sus líderes aflojando sus políticas? ¿No es acaso una vieja táctica, muy conocida, del sanguinario lobo de vestirse con piel de oveja? De todas maneras en América, sobre todo del Sur, se ha ido fortaleciendo un gran movimiento de los pueblos ahora encabezados por Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua, al que poco a poco se le han sumados –aunque aún con mucha tibieza- algunos países más. Lo importante es que las batallas clasistas tienden a radicalizar esos movimientos y las acciones de los gobiernos de la burguesía de hacer uso del ejército para reprimir están bien localizadas.
8. No deberemos descansar en nuestras luchas sociales liberadoras, pero siempre debemos estar muy atentos de los movimientos de nuestros enemigos de clase. Estas batallas no son lineales, mucho menos ciegas, en este mundo en que las burguesías explotadoras quieren ponerse la piel de oveja. ¿Pretende acaso Obama y sus lacayos: Calderón, Uribe, Alan García, con su condena al golpe de Estado en Honduras, pasar como buenos gobiernos cuando han demostrado que son enemigos de los pueblos? ¿Pretende Obama por lo menos mediatizar más a Lula, a los Kirchner, a Tabaré, tal como lo ha hecho Bachelet? Batallemos en las calles exigiendo el retorno de Zelaya al gobierno de Honduras, pero no dejemos de observar lo que suceda después.