La CIA prosiguió su campaña en Panamá, donde aprovecharon las inconsecuencias de Martín Torrijos y todo su gobierno, cuyo convencimiento estaba en alinearse incondicionalmente con el Imperio para quitarse de encima el “sambenito” de izquierdista o nacionalista que había heredado de su padre, el general Omar Torrijos. Una vez más se demostró que no basta parecerse a la derecha, hay que ser realmente de derecha y nuestros enemigos lo saben. Gracias a la hábil campaña de una derecha que prometía “cambios” un multimillonario le puso las manos al gobierno de un país cuya importancia estratégica es incuestionable. Para ello sólo gastaron algún dinerillo sobrante, y la jugada les salió relativamente barata, dado lo que estaba en juego.
Lo de El Salvador era una derrota que estaba marcada. Después de 20 años de latrocinios, asesinatos atroces como los del monseñor Oscar Arnulfo Romero, sacerdotes, monjas y miles de obreros y campesinos, Mauricio Funes ganó las elecciones presidenciales, con un costoso fardo a cuestas que deberá arrastrar. Su excesiva tibieza para asegurarse el triunfo electoral, lo aventó a transitar caminos muy peligrosos para su propio gobierno recién comenzado. En efecto, para tratar de no despertar las iras imperiales asumió actitudes, a las que me referí en mi trabajo publicado en Aporrea, y titulado “¿Qué está pasando con Mauricio Funes?”, al cual me remito. De aceptarse, de no revertirse la situación de Honduras, Funes será un candidato para seguir el camino que ya trazaron los gringos con el secuestro y expulsión de Jean-Bertrand Aristide, como presidente de Haití y que quieren reeditar con Manuel Zelaya.
En Guatemala, el presidente Álvaro Colom a duras penas está sorteando una crisis que lo puso al borde del abismo, cuando un personaje denunció mediante un video pregrabado antes de ser asesinado que quienes habían cometido el crimen habían sido sicarios que obedecían ordenes del presidente y de su esposa. Lentamente esa burda maniobra se ha ido desmontando, pero subsiste la amenaza. Sin ser un hombre de izquierda, tuvo la osadía de acercarse tímidamente al presidente Chávez, para recibir el trato preferencial que dispensa nuestro país a quienes están afiliados al sistema PetroCaribe, mediante el cual reciben el petróleo y derivados que necesitan, a precios convenientes y con facilidades de pago. Nunca se ha hablado de regalar el petróleo.
La situación económica y política de Honduras
Lo de Honduras es mucho más grave, porque siendo Manuel Zelaya un hombre proveniente de un partido del sistema que en Honduras ha dominado la política alternándose con el partido Nacional de derecha, fue tomando posiciones que resultaron incómodas. No se trataba de medidas revolucionarias ni nada que se le parezca, sino eminentemente prácticas y necesarias para no seguir hundiendo al pueblo hondureño en la indigencia, tales como: a) Regularizar el suministro de petróleo y derivados en Honduras a precios lo más cercano a lo justo, no especulativos; b) comenzar a permitir mediante la Ley de Participación Ciudadana, el acceso de los hondureños al derecho de ser consultados en aquellos asuntos de interés nacional, y no solo para elegir a sus “representantes”; c) la toma de drásticas medidas para restringir la importación de artículos suntuarios; d) establecimiento en este año de un salario mínimo justo que pasó de 157 a 289 dólares, aumentándose en un 60%, al cual inmediatamente los empresarios descalificaron por sus “efectos negativos”, por la pérdida de competitividad frente a mano de obra de países vecinos; e) adhesión al ALBA, hecho que se produjo el 10-10-2008 y aprobado por el Congreso hondureño, del cual era presidente el señor Roberto Micheletti.
La oligarquía hondureña durante todo el transcurso del corriente año, clamó para que Zelaya firmara un acuerdo con el FMI y que hiciera “ajustes” en la aplicación del nuevo salario mínimo. Por otra parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), estima que Honduras creció 3.8% en el 2008, y que se proyectaba un crecimiento del 2% para el 2009, en contraste con el 6.3% que se registró en el 2006, año en que asumió Zelaya como presidente. Tales cifras no son malas comparadas con la debacle a escala mundial del capitalismo, que tiene sus “mejores” cifras en Europa y EEUU, que han entrado en franca recesión.
Ninguna de las medidas económicas y políticas fue arbitraria y siempre fueron consensuadas. Pero resultaba obvio que Manuel Zelaya resultaba demasiado díscolo para el gusto de las élites hondureña e imperial. El resto ya es historia conocida, pero lo desconocido, lo que subyace, han sido los enormes esfuerzos de los EEUU por sacar del medio a Manuel Zelaya, que ya es un pueblo, utilizando los más pérfidos mecanismos e instrumentos de la guerra asimétrica, del cual han servido, una vez más en primera línea, los medios de comunicación, utilizando como siempre como principal arma de combate a la mentira: que Zelaya buscaba perpetuarse en el poder; que quería imponer una Constitución comunista; que había violado la constitución, que había firmado una carta de renuncia a la presidencia “por motivos de salud”. Últimamente es un “fugitivo” al que no quieren apresar, que Nicaragua y Venezuela van a invadir a Honduras.
TeleSur
Gracias que tenemos a TeleSur, que con la verdad y la transparencia se ha convertido en un arma letal contra los tiranos, a la que ahora tenemos que cuidarla mucho más.
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