De manera que es notorio el poder que detenta EEUU en Honduras, indiscutible y en ocasiones controlado tras bastidores.
En estos países de Centroamérica la mayoría de pobres han permanecido oprimidos y obedientes a un sistema semifeudal. El campesinado vive casi en miseria absoluta y en las urbes emerge una pobreza peligrosa, que en edades tempranas se expande en temibles bandas, las más connotadas “La Mara Salva Trucha”, conformadas en su mayoría por el liderazgo de jóvenes que han sido deportados de EEUU a sus países de origen.
En ese contexto, los ricos, la clase media acomodada de Centroamérica, vive de espaldas a esa pobreza degradante, que en los campos, en las regiones, implica tantos males, como la desatención en los necesidades más básicas, salud, educación, vivienda y se presencian hechos lamentables como el embarazo precoz, en donde no es extraño ver a niñas embarazadas desde los once años. Así, algunos países de esta región del continente aun viven en los anales de un feudalismo del siglo XXI, en donde el campesinado, además de trabajar la tierra, debe pagar al patrón hasta el rancho de bahareque donde habita.
La CIA y Noriega
Volviendo a las semejanzas del pasado y el presente, en relación a los Golpes de Estado e inherencia de EEUU en países del hemisferio, sirva referir la invasión a Panamá, (20 diciembre 1989), cuando se derrocó al general Manuel Antonio Noriega, quien fue asediado por soldados estadounidenses invasores y luego hecho prisionero. Fue despojado del poder cuando el general decidió voltearse y no ser más aliado de EEUU.
En esa ocasión Noriega fue esposado y sacado como un perro y mostrado al mundo en su peor condición, con un rostro sudoroso y mirada perdida, desvalido, derrotado, tal y como hicieron cuando presentaron ante el mundo al presidente de Irak, Sadam Hussein, una vez que fue capturado en un hueco, un túnel vertical en donde se escondía. La cara de loco del poco celebre presidente de Irak fue mostrada al mundo como un trofeo, le revisaban la cabeza y dientes como a un animal. Así se hace eco la CNN y las grandes corporaciones de medios ante el complot de los imperios, mostrando el rigor del poder bélico y comunicacional.
Noriega quedó ante la opinión pública como un pelele, aun cuando recibió formación militar en el Colegio Militar de Chorrillos, en Perú, graduándose como ingeniero. Luego ingresó a la Guardia Nacional (GN) de su país y posteriormente alcanzó el generalato en las Fuerzas de Defensa de Panamá, cuando tenías 22 años. Era considerado uno de los militares más destacados de la institución castrense panameña.
Noriega fue presidente de Panamá en el período 1983-1989. Fue juzgado en Estados Unidos y condenado a una pena de 40 años de reclusión, bajo la acusación de estar relacionado con el cártel de Medellín. La pena se rebajó posteriormente a 30 años y luego a 20 por «buena conducta». A principios de 2008 permanecía en una cárcel de Miami, a la espera que se defina su situación. Se dice que Francia ha solicitado su extradición, la cual ha sido ratificada por un juez norteamericano. Así cerraron el capítulo del llamado “hombre fuerte de Panamá”.
Refiero este acontecimiento porque Noriega, como el derrocado presidente Salvador Allende en Chile y otros tantos, fue víctima de un complot de la CIA, un plan orquestado con mucha antelación y promovido en toda Latinoamérica. El objetivo era desprestigiarlo, con verdades y mentiras, ante la opinión pública mundial.
Se dice que Noriega fue miembro y aliado de la CIA y cuando quiso apartarlos y comenzó a dar muestras de nacionalismo, retando a sus aliados extranjeros, quienes le dieron el ultimátum de finalizar su mandato. Su beligerante actitud y supuestos vínculos con el narcotráfico fueron causales de la represalia imperial.
En Venezuela se dio cabida a estas acciones clandestinas contra Noriega, (acá se editaba un boletín que se distribuía a nivel mundial), era encubierto sólo en Panamá. Ello se hizo con aprobación y complicidad del bipartidismo AD, Copei, al menos de algunos políticos, quienes sin participar en forma directa, líderes archiconocidos de la época, pusieron todo a disposición de agentes de la CIA, para propiciar acciones desestabilizadoras en Panamá y sobre todo, quebrar la imagen de Manuel Noriega. En ello participó también miembros de la élite política y burguesa panameña, que en ocasiones vinieron al país para respaldar ese proyecto editorial.
Esta actividad no fue desconocida por algún miembro del Colegio Nacional de Periodistas, (CNP) de ese entonces, que aunque se negó a proporcionar comunicadores para laborar, escribir en aquel panfleto de propaganda, que se editó por casi un año, hasta que cayó Noriega, ese CNP, ineficiente y complaciente, daba muestras de lo aliado y alineado que estaba con el sistema imperante. El que calla otorga.
En ese entonces, en 1989, cuando derrocan a Noriega, se estrenaba el gobierno de George Bush padre, (enero 1989 a enero 1993). Aquí el país estaba revuelto, fue precisamente el año del Caracazo. En ese período también el ex presidente Carlos Andrés Pérez estaba al filo de la navaja. Su propio partido le dio la última estocada. Fue sacado de la presidencia e impuesto el historiador Ramón J, Velásquez, para que concluyera el período de gobierno (1989-1993). Pérez, quien ejerció un primer mandato entre 1974-1979, cuando el país se conocía como “La Venezuela Saudí”, pasó al olvido, con más pena que gloria. En ese contexto, el gobierno panameño estaba en franca confrontación con el gobierno de EEUU.
Esta referencia, aunque histórica y quizás imprecisa, me anima a opinar sobre lo qué ha pasado en Honduras, con el Golpe de Estado al presidente Manuel Selaya, a sabiendas que quizás miles de compañeros dan luces sobre un hecho tan bochornoso. Y creo, como muchos, que tras este acontecimiento está la CIA, porque así trabaja esa organización cuando quiere desestabilizar gobiernos, utilizan a los medios de comunicación y se confabulan con factores de poder opositor. Y dan el asalto cuando y como les venga en gana, y en la mayoría de los casos a la fuerza, tal y como hicieron también con el presidente de Haití, (Jean-Bertrand Aristide) a quien dejaron bien lejos, luego de secuestrarlo y sacarlo del poder. Los militares norteamericanos lo montaron en un avión y lo dejaron en Sudáfrica. Lo mismo iban hacer con Hugo Chávez, el 12 de abril de 2002, pero con la suerte que la Divina Providencia estuvo de su lado. ¿Y qué decir de Evo Morales, a quien tienen en la mira y ha denunciado intentos de magnicidio?. Creo que todos los presidentes suramericanos deben redoblar su seguridad.
El atentado contra Manuel Selaya, presidente de Honduras, no fue inesperado, se veía venir, él mismo lo denunció días antes. El plan golpista estaba planificado, articulado con miembros de la derecha de países que se oponen con furor al chavismo, basta ver la cuña engañosa que promueve la televisión de Honduras, tan parecida a la de Cedice en Venezuela, la misma que recién el ministro Diosdado Cabello, ordena sacar del aire.
No es casual además que este señor Roberto Micheletti, quien se autoproclama Presidente de Honduras, luego de auspiciar, respaldar el Golpe de Estado contra Selaya, mantenga una posición tan firme y declararse con tal desparpajo como “el Presidente” de Honduras y además activar la conformación de su gobierno con tal prontitud, a riesgo de reprimir al pueblo en las calles, cerrar los medios de comunicación que no le son afectos, aunque amparado por medios de comunicación aliados, tanto dentro como fuera de su país. Tampoco es casual la similitud de ese suceso con los acontecimientos acaecidos en golpe de Estado contra el presidente Chávez en el abril de 2002.
Este usurpador Micheletti tiene que tener detrás a la CIA, a militares y funcionarios del gobierno de los EEUU, además de radicales de la derecha latinoamericana, incluyendo auto exiliados venezolanos y mayameros cubanos.
Este es un golpe tramado, concebido para salpicar a otros países del hemisferio, como dicen algunos, “es un ensayo” y en ese sentido pareciera que el objetivo es sitiar al presidente Hugo Chávez, quien es el líder indiscutible de un nuevo modelo de gobierno, de democracia participativa, para el pueblo y su dignificación, que ha trascendido en naciones hermanas para el bien de los más necesitados.
De manera que tenemos que aceptar que este episodio ha desatado y revelado una lucha contra el proceso bolivariano, contra el socialismo del siglo XXI-embrionario en la República Bolivariana de Venezuela.
Ahora el monstruo muestra sus colmillos y como no ha podido derrotar, detener, los procesos de cambios que avanzan en el Sur, la brújula de extrema derecha ahora marca hacia Centroamérica, en los países más vulnerables, aun colonizados por el Imperio y las elites burguesas y monopólicas.
De allí que el mayor reto lo tiene el presidente Hugo Chávez y los mandatarios aliados al proyecto bolivariano, porque ahora la premisa no es sólo mantener en evolución la integración de Sur, sino cuidarse de la alambrada que ha tendido EEUU en Centroamérica, allí donde los intereses imperiales son tangibles e intangibles (poder económico, político y militar) y la lucha puede ser encarnada por la defensa del sistema neoliberal, el capitalismo y la sociedad desigual.
No es nueva ni desconocida esta tendencia separatista que ampara EEUU en las subregiones de este hemisferio. La tarea de integración del Sur ha sido la más dura lucha de Chávez. Sirva referir que cuando su gobierno intentó colaborar con los salvadoreños, luego que esta nación sufriera un feroz terremoto a comienzos del año 2001, y se envió apoyo militar y voluntariado por algunos meses. En esa misión los venezolanos eran vigilados y cuestionados, hasta que casi se exigiera su salida. En esa ocasión EEUU rugió e hizo sentir su influencia en ese país.
El mismo presidente Chávez dijo recientemente que fue por primera vez a Honduras luego de diez años, por petición de Selaya. De manera que la señal es clara, EEUU quiere mantener lejos a Suramérica de Centroamérica, lejos del proyecto bolivariano, de los cambios y la renovación de constituciones. Para el Imperio el poder no es para el pueblo es para unos pocos.
El golpe a Honduras es una advertencia de guerra, es miedo al socialismo democrático, es terror al Chavismo y no depende en exclusiva a lo que quiera un gobernante, (Barack Obama), sino del resguardo al poderío económico, empresarial, militar y mediático que por siglos somete a Centroamérica.
El presidente usurpador, Micheletti, se presenta guapo y apoyao. Y .como dice el general Muller Rojas- en este momento tiene el control militar de su territorio y cuenta con el apoyo de los norteamericanos (complejo industrial militar) y posiblemente con otros grupos de poder.
Ahora lo importante es poner en la balanza las estrategias sobre ¿que hacer si Selaya no puede volver a la presidencia de su país? ¿Cuál es el plan para no dejar que se fortalezca esta acción golpista, vandálica y desestabilizadora de gobiernos?, que representa una amenaza a todas las democracias del mundo, pero en especial a las naciones del hemisferio.
Las cartas están echadas. Y Manuel Selaya es ahora abiertamente víctima del fascismo. Los caníbales aguardan y los medios de comunicación esperan armar el circo. Todo se debe a que es más fácil atentar contra un Presidente de un país vulnerable como Honduras que arremeter contra un líder como Hugo Chávez, pero la serpiente viene debajo de la mesa.
Por eso creo que tenemos que revisar, analizar, los hechos pasados, tomarlos en cuenta y evaluar los casos de intervencionismo, que por estos tiempos se han tecnificado, (con el amplio poder de cobertura de los medios, así como la compra de funcionarios y militares). Por ello no podemos esperar otro Golpe de Estado sorpresa ni arriesgar al presidente Chávez en la arenga que pretende Micheletti, quien busca afamarse en un careo con Chávez. Se parece al caso de los secuestrados colombianos, que por querer hacer un bien en ese país, a favor de la paz, casi lo crucifican.
Quizás el comandante Fidel Castro, líder de tantas décadas, superviviente de tantas emboscadas, de alguna de sus acertadas reflexiones.
Por ahora, acaba de despertar el León dormido, pero Latinoamérica estará alerta, despierta, porque los movimientos sociales han perdido el miedo y es el único tanque blindado confiable.
Basta ver y oír a uno y a otro (Selaya-Micheletti), para comprender quien es quien. Pero si se les ocurre buscar un mártir en nuestros líderes continentales, que comience a temblar esa derecha fascista porque despertarán a las anacondas del Sur y arreciará la lucha por la libertad y la justicia, la que claman los pueblos de la América. ¡Resiste Honduras que la lucha apenas comienza!.
leónjudi@gmail.com
Periodista