Obama, que en la práctica nacionaliza a General Motors, dijo que la inversión, que colocara al gobierno como el accionista mayoritario de la nueva empresa que emergerá, es una medida forzada debido a las profundas implicaciones que habría tenido su colapso.
Horas antes, General Motors se declaró en bancarrota como estrategia para evitar su liquidación, siguiendo una acción similar adoptada un mes atrás por Chrysler.
Obama preciso que pese a esta intervención, el gobierno no tiene interés en el manejo diario de la automotriz, el cual estará a cargo de un consejo directivo, en cuya selección si intervendrá.
«Lo que no tenemos interés de hacer es manejar GM. Nuestro objetivo es poner a GM nuevamente en pie», dijo.
Empero Obama reconoció que GM requerirá más tiempo que Chrysler para salir de la bancarrota «porque GM es una empresas más grande y compleja».