Agencias / Aporrea.org

El Gobierno iraní acusó a los medios de comunicación extranjeros de exagerar la situación en el país para crear disturbios y de lanzar una «guerra cibernética» para manchar la imagen del país.

La prensa extranjera «ha elegido lanzar ataques contra las páginas iraníes de noticias en internet para crear una grave brecha entre el Gobierno y el pueblo», afirmó el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Hasan Qashqavi, en su rueda de prensa semanal.

«En las elecciones participaron 40 millones de personas. No permitiremos que convirtáis este diamante en una piedra en manos de personas que quieren lanzarla para romper las ventanas de su propio país», advirtió.

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Al menos una veintena de personas han muerto en los enfrentamientos entre manifestantes que protestan por los resultados electorales, que consideran fraudulentos, y las fuerzas de seguridad, que sacuden Irán en la última semana.

Las imágenes de la muerte el pasado sábado de una de ellas, Neda, grabadas en un teléfono móvil y colgadas posteriormente en internet, han dado la vuelta al mundo y han convertido a la joven en un símbolo de la revuelta reformista.

Irán ordenó este domingo la expulsión del corresponsal de la cadena pública británica BBC, John Leyne, y detuvo al corresponsal de la revista norteamericana «Newsweek», Maziar Bahari, que tiene nacionalidad canadiense.

Además, Reporteros Sin Fronteras ha denunciado el arresto de casi una treintena de periodistas iraníes en los últimos días.

En Irán, apenas quedan ya los corresponsales con residencia permanente en el país después de que las autoridades no extendieran los permisos para las decenas de enviados especiales llegados para cubrir los polémicos comicios.