Históricamente los organismos de integración en nuestra América y a nivel mundial han sido, mas que autenticas y francas formas de integración, imposiciones de modelos económicos con la intención de controlar “legal e integracionistamente” las políticas de los llamados países en “vías de desarrollo” y así obtener el mayor margen de ganancia económica para los “países desarrollados”.
La Alternativa Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América representa entonces una propuesta Bolivariana humanista que tiene el bienestar social de nuestros pueblos como premisa fundamental de su razón de ser, y por ello en su seno, los acuerdos y programas en materia económica deben estar enmarcados hacia tal fin.
Para el ALBA, la solidaridad, la hermandad, el beneficio y desarrollo social son principios básicos, en tal sentido, todos los países que la conforman tienen en ella una garantía de apoyo ante cualquier contingencia que pudiese presentarse en cualquiera de ellos.
Otro de los aspectos de mayor importancia y trascendencia dentro de nuestro alternativo órgano de integración lo constituye la inclusión sin condiciones de los diversos movimientos sociales latinoamericanos los cuales siempre fueron objeto de exclusión y cruentas represiones. Hoy día podemos observar como movimientos como los “sin tierra” del Brasil o movimientos campesinos del Salvador o Argentina tienen cabida en las diversas actividades promovidas por la Alternativa Bolivariana en pro de su emancipación y la consecución de sus genuinas y justas demandas.
Ahora, ¿hasta que punto el ALBA es capaz de competir con reales posibilidades de éxito frente al ALCA?
La reciente crisis financiera nos ha permitido ver, entre otras cosas, como los países que conforman el ALCA se han visto “indefensos” y duramente afectados por dicha crisis desde el principal propulsor de ese ente y responsable numero uno de la crisis como lo son los Estados Unidos, hasta Colombia y Méjico solo por nombrar tres de ellos; entre tanto, según datos de la CEPAL “la posición de Venezuela para enfrentar la crisis financiera internacional es privilegiada debido a sus ahorros y al petróleo” lo que nos permite inferir que si las acertadas políticas económicas y sociales implementadas por el gobierno de Venezuela son consideradas y evaluadas por los integrantes del ALBA (teniendo en cuenta y respetando por supuesto la particularidad social y económica de cada país) para diseñar políticas y planes en el ámbito económico y social, estaríamos sentando las bases para una autentica, sólida y saludable alianza estratégica, capaz de soportar los embates de futuras crisis y de brindar a nuestros históricamente deprimidos pueblos un porvenir de paz y bienestar social, que es, a fin de cuentas, el objetivo final de una humanista, incluyente y realista integración latinoamericana.
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