José Justiniano Lijerón*

La historia de la lucha de los pueblos esta llena de ejemplos de cómo transcurre la humanidad en busca de defenderse de la opresión y de las injusticias en las diferentes etapas de las sociedades, es decir durante la esclavitud, luego el feudalismo para rematar en la sociedad capitalista contemporánea, hasta llegar a la revolución francesa donde se inventó el sistema de democracia burguesa, las luchas eran permanentes y por diferentes medios para defender cada estamento sus intereses de clase, unos por explotar y oprimir y los más, por liberarse de los menos.

Una vez instituida la democracia burguesa, los más interesados por perfeccionarla fueron las clases dominantes, que durante todo su desarrollo y existencia, se dedicaron a utilizar a su gusto y sabor, interpretándola a su manera lo que es la democracia para que eternamente les sirva a sus intereses de grupo.

En el siglo XX , cuando todos o casi todos los pueblos gracias a sus rebeliones y sus luchas en las calles, lograron el “voto universal”, las burguesías tuvieron que ir perfeccionando más su sistema de democracia burguesa, pues ahora grandes mayorías terciarían para “elegir” a sus gobernantes, con todo su aparato de difusión sus académicos, sus institutos y todo su poder económico, metieron un disco duro al cerebro de los pueblos haciéndonos creer que la esencia de la democracia consiste simple y llanamente en ir a elecciones y votar y además pregonaron hasta el cansancio que ese sistema es “lo mejor que se ha inventado en el mundo como gobierno de los pueblos”.

Con esa cantaleta difundida durante tanto tiempo gobernaron y gobiernan aun hasta hoy día, con leyes y códigos que ellos mismo crearon para preservar el sistema que les ha permitido tener todo a su favor, tribunales, jueces y quien ose tocar ese monumento a las injusticias y el saqueo llamado democracia burguesa, antes lo llamaban comunista o anarquista, y hoy en este tiempo lo llaman “terrorista”.

En esta época y cuando los pueblos más conscientes arrecian sus luchas por liberarse de toda la lacra que significó el sistema capitalista y la democracia burguesa que no es otra cosa que la democracia para las elites y grupos de poder y dictadura para los de abajo, nuevamente como en el pasado ante tanto saqueo desvergonzado de la riquezas naturales, violación de los derechos humanos y el entreguismo a los intereses de las transnacionales, han optado por cambiar este sistema y su parapeto la democracia burguesa por una verdadera democracia revolucionaria, donde no solo el pueblo se exprese en las urnas, sino además participe y que haga respetar su mayoría con la fuerza popular cuando la situación lo requiera.

Esta búsqueda de una verdadera democracia donde los proyectos de transición que se desarrollan en Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua son productos de la acumulación, luchas y rebeliones de nuestros pueblos que se cristalizaron en los gobiernos que hoy están al frente con el apoyo mayoritario popular, se esfuerzan con dificultad por transitar de esa democracia burguesa hacia la democracia revolucionaria como principio básico hacia una verdadera revolución social.

Aquellos que más se jactan de su democracia considerándola “el poder de las mayorías”, son los países donde sus gobiernos son electos con menos de la mitad de sus ciudadanos, ya que la abstención no es signo de apoyo, todo lo contrario es de rechazo. Así surgen esos gobiernos de EE.UU., varios otros de la Europa y algunos por casa .es decir sin el apoyo de la mayoría de los ciudadanos.

La democracia revolucionaria en Cuba tan criticada por sus detractores, es sin duda alguna el mejor ejemplo de una verdadera democracia revolucionaria, la prueba mas fehaciente es preguntarse ¿Por que el valeroso pueblo cubano soporta tanta agresión, terrorismo, bloqueo criminal? Por la conciencia de sus ciudadanos, por su participación masiva en las cuestiones nacionales, ya sean en elecciones como en el trabajo solidario, por su apoyo a su gobierno y por que no quieren volver al pasado, y recordando al gran c. Mao que dijo “donde hay opresión hay resistencia” y en Cuba existen libertades plenas ¿o es que aun quedan estupidos que creen que detrás de cada compañero cubano hay un policía vigilando?

La declaración universal de los derechos humanos, aprobada el 10 de diciembre de 1948 a la que recurren los fascistas cuando les conviene, en el preámbulo, en su acápite No. 3 reza textualmente lo siguiente: “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.

Más claro agua, como dice dicha declaración de la ONU, que todos decimos respetar, estipula el “supremo recurso de la rebelión”, no de unos cuantos disociados de la realidad, se trata de la rebelión de los pueblos de las mayorías, que han decidido escribir esta nueva historia, contra el sistema capitalista y todos sus sirvientes, en esta guerra por sobrevivir y avanzar, vale todo. Apoyemos sin remilgos las luchas de los pueblos, que se rebelaron y seguirán insurrectos, hasta conseguir ser considerado ciudadanos dueños de sus pueblos y de su futuro.

*Es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

josejustinianol@hotmail.com