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La Fuerza Aérea brasileña localizó ayer en sus aguas territoriales restos del avión desaparecido el lunes
El pasado 27 de mayo, es decir, escasos cuatro días antes de la desaparición del AF-447, las oficinas de Air France en Buenos Aires recibieron una amenaza de bomba contra el vuelo 415 que había aterrizado a las 8.30 en Ezeiza y debía partir nuevamente rumbo a París.
Desde un primer momento se aventuraron varias teorías exóticas como la del impacto de un rayo, la existencia de un misterioso campo magnético y hasta se invocaron paralelismos con la serie Lost. Sin embargo, las autoridades francesas que han balbuceado esas fantasiosas teorías para explicar la desaparición en vuelo del AF-447 omitieron un dato decisivo que abonaría la hipótesis de la que nadie parece querer hablar: la de un atentado.
El pasado 27 de mayo, es decir, escasos cuatro días antes de la desaparición del AF-447, las oficinas de Air France en Buenos Aires recibieron una amenaza de bomba contra el vuelo 415 que había aterrizado a las 8.30 en Ezeiza y debía partir nuevamente rumbo a París, según pudo corroborar Buenos Aires Económico.
La llamada fue recibida a las 9.59 en las oficinas de Air France en la calle San Martín 344 del centro porteño. Una voz masculina que hablaba el castellano con acento extranjero preguntó a qué hora partía el vuelo de la noche y cuando el empleado le recomendó llamar al call-center, la voz con acento extranjero lo interrumpió y en correcto español le dijo: “Hay una bomba en ese avión”. De inmediato colgó el auricular.
El pasado 27 de mayo, es decir, escasos cuatro días antes de la desaparición del AF-447, las oficinas de Air France en Buenos Aires recibieron una amenaza de bomba contra el vuelo 415 que había aterrizado a las 8.30 en Ezeiza y debía partir nuevamente rumbo a París, según pudo corroborar Buenos Aires Económico.
La llamada fue recibida a las 9.59 en las oficinas de Air France en la calle San Martín 344 del centro porteño. Una voz masculina que hablaba el castellano con acento extranjero preguntó a qué hora partía el vuelo de la noche y cuando el empleado le recomendó llamar al call-center, la voz con acento extranjero lo interrumpió y en correcto español le dijo: “Hay una bomba en ese avión”. De inmediato colgó el auricular.
El incidente involucró al vuelo AF-415 de Air France, que tenía programado despegar a las 17.05 hacia la capital francesa, según confirmaron a este cronista fuentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
La amenaza produjo un despliegue importante el pasado miércoles en el Aeropuerto de Ezeiza. Los vehículos del Grupo Gedex –especializado en explosivos– y las autobombas de la PSA rodearon la nave sospechosa, que estaba ubicada en la posición 46 del aeropuerto.
La aeronave fue revisada minuciosamente por expertos en explosivos que confirmaron que sólo se trataba de una falsa alarma y el vuelo pudo despegar por la tarde. Sin embargo, aquella amenaza de bomba registrada hace una semana contra el vuelo 415/418 de Air France en Buenos Aires cobra una nueva dimensión con la caída del vuelo 447 de la misma empresa que realizaba un trayecto equivalente desde un país vecino.
El hecho de que la amenaza se recibiera en las oficinas de Air France y no en el aeropuerto, y de que llegara poco después del aterrizaje, no es menor. Por el contrario, le confiere más verosimilitud.
La denuncia por la amenaza de bomba contra Air France está radicada en el Juzgado Criminal y Correccional Nº 11 a cargo del juez Claudio Bonadío y está caratulada como “Intimidación pública”.
Las investigaciones de los organismos de seguridad permitieron determinar que la llamada con la amenaza se consumó a las 9.59 y provino de un celular de la empresa Personal –presuntamente robado–, que pertenece a una mujer que vive en Pilar, según confirmaron a este diario fuentes cercanas a la investigación.
Tras la desaparición del AF-477 en el Atlántico y teniendo como telón de fondo las amenazas recibidas en Buenos Aires, funcionarios de la unidad antiterrorista de la PSA tomaron contacto con sus colegas de la embajada francesa para intercambiar informaciones en torno de la hipótesis de un atentado terrorista. Los franceses mantuvieron su tradicional sigilo.
La confirmación de la amenaza de bomba contra el vuelo de Air France Buenos Aires-París pone en tela de juicio la hipótesis sugerida hasta ahora por la empresa francesa que sostiene que el vuelo Río-París fue impactado por un rayo que provocó la caída.
Para contribuir con la investigación de lo ocurrido con el AF-447, las autoridades de Air France deberían blanquear las amenazas recibidas en Buenos Aires y cualquier otro antecedente relevante sobre el caso, ya que el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, dijo que no se podía excluir por definición un acto terrorista, pero indicó “no tener ningún elemento que permita corroborar que sea la causa del accidente”. En ese sentido, las amenazas recibidas en Buenos Aires pueden ser relevantes para cambiar el enfoque de la pesquisa.
El vuelo 447 hizo su último contacto con los controladores brasileños cuando se disponía a entrar en el espacio aéreo de Senegal. Se sabe que ninguna de las tres balizas de emergencia instaladas a bordo consiguió funcionar y que el sistema Acars que lleva el avión envió un mensaje automático que anunciaba problemas en los sistemas eléctrico y de presurización cuando ya se había perdido contacto de radio con la tripulación. Esto no excluye la hipótesis de una explosión accidental o un atentado.
En la edición digital del diario francés Le Figaro se sugiere que la falla eléctrica podría haber sido ocasionada por la explosión de un artefacto en el interior del avión. Un piloto de Air France descartó de plano las teorías del rayo y el campo magnético y aseguró que una bomba podría haber hecho explotar el avión.
El piloto sostiene que el corte de energía eléctrica podría ser una consecuencia del atentado. Según sus palabras, “podemos imaginarnos que una bomba provoque una despresurización del aparato y que el avión tarde un tiempo en romperse en pedazos. De la misma forma que puede ser que una gran bomba haya hecho explotar todo el avión. Esto explicaría que el aparato no haya tenido tiempo de enviar una señal de alerta”. Los expertos ponen en duda la teoría de que un avión tan sofisticado como el A330 haya podido ser derribado por un rayo o una fuerte turbulencia, porque esas naves están dotadas de múltiples mecanismos de protección y de reemplazo para evitar un colapso general y simultáneo de todos los sistemas.
En la historia de la aviación, afirman los especialistas, no se conocía hasta ahora el caso de un avión “derribado por un rayo”, como aventuraron algunos responsables comerciales de Air France y del gobierno francés. Los aviones que cubren las líneas transatlánticas son afectados por rayos por lo menos una vez cada tres años, según estadísticas de la seguridad aeronáutica, mientras que la frecuencia se reduce a una vez por año en los vuelos regionales.
La amenaza produjo un despliegue importante el pasado miércoles en el Aeropuerto de Ezeiza. Los vehículos del Grupo Gedex –especializado en explosivos– y las autobombas de la PSA rodearon la nave sospechosa, que estaba ubicada en la posición 46 del aeropuerto.
La aeronave fue revisada minuciosamente por expertos en explosivos que confirmaron que sólo se trataba de una falsa alarma y el vuelo pudo despegar por la tarde. Sin embargo, aquella amenaza de bomba registrada hace una semana contra el vuelo 415/418 de Air France en Buenos Aires cobra una nueva dimensión con la caída del vuelo 447 de la misma empresa que realizaba un trayecto equivalente desde un país vecino.
El hecho de que la amenaza se recibiera en las oficinas de Air France y no en el aeropuerto, y de que llegara poco después del aterrizaje, no es menor. Por el contrario, le confiere más verosimilitud.
La denuncia por la amenaza de bomba contra Air France está radicada en el Juzgado Criminal y Correccional Nº 11 a cargo del juez Claudio Bonadío y está caratulada como “Intimidación pública”.
Las investigaciones de los organismos de seguridad permitieron determinar que la llamada con la amenaza se consumó a las 9.59 y provino de un celular de la empresa Personal –presuntamente robado–, que pertenece a una mujer que vive en Pilar, según confirmaron a este diario fuentes cercanas a la investigación.
Tras la desaparición del AF-477 en el Atlántico y teniendo como telón de fondo las amenazas recibidas en Buenos Aires, funcionarios de la unidad antiterrorista de la PSA tomaron contacto con sus colegas de la embajada francesa para intercambiar informaciones en torno de la hipótesis de un atentado terrorista. Los franceses mantuvieron su tradicional sigilo.
La confirmación de la amenaza de bomba contra el vuelo de Air France Buenos Aires-París pone en tela de juicio la hipótesis sugerida hasta ahora por la empresa francesa que sostiene que el vuelo Río-París fue impactado por un rayo que provocó la caída.
Para contribuir con la investigación de lo ocurrido con el AF-447, las autoridades de Air France deberían blanquear las amenazas recibidas en Buenos Aires y cualquier otro antecedente relevante sobre el caso, ya que el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, dijo que no se podía excluir por definición un acto terrorista, pero indicó “no tener ningún elemento que permita corroborar que sea la causa del accidente”. En ese sentido, las amenazas recibidas en Buenos Aires pueden ser relevantes para cambiar el enfoque de la pesquisa.
El vuelo 447 hizo su último contacto con los controladores brasileños cuando se disponía a entrar en el espacio aéreo de Senegal. Se sabe que ninguna de las tres balizas de emergencia instaladas a bordo consiguió funcionar y que el sistema Acars que lleva el avión envió un mensaje automático que anunciaba problemas en los sistemas eléctrico y de presurización cuando ya se había perdido contacto de radio con la tripulación. Esto no excluye la hipótesis de una explosión accidental o un atentado.
En la edición digital del diario francés Le Figaro se sugiere que la falla eléctrica podría haber sido ocasionada por la explosión de un artefacto en el interior del avión. Un piloto de Air France descartó de plano las teorías del rayo y el campo magnético y aseguró que una bomba podría haber hecho explotar el avión.
El piloto sostiene que el corte de energía eléctrica podría ser una consecuencia del atentado. Según sus palabras, “podemos imaginarnos que una bomba provoque una despresurización del aparato y que el avión tarde un tiempo en romperse en pedazos. De la misma forma que puede ser que una gran bomba haya hecho explotar todo el avión. Esto explicaría que el aparato no haya tenido tiempo de enviar una señal de alerta”. Los expertos ponen en duda la teoría de que un avión tan sofisticado como el A330 haya podido ser derribado por un rayo o una fuerte turbulencia, porque esas naves están dotadas de múltiples mecanismos de protección y de reemplazo para evitar un colapso general y simultáneo de todos los sistemas.
En la historia de la aviación, afirman los especialistas, no se conocía hasta ahora el caso de un avión “derribado por un rayo”, como aventuraron algunos responsables comerciales de Air France y del gobierno francés. Los aviones que cubren las líneas transatlánticas son afectados por rayos por lo menos una vez cada tres años, según estadísticas de la seguridad aeronáutica, mientras que la frecuencia se reduce a una vez por año en los vuelos regionales.
Fuente original: http://www.elargentino.com/nota-43707-Air-France-recibio-una-amenaza-de-bomba-en-la-Argentina-antes-de-la-caida-del-avion.html