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La Alianza por el Cambio surgió en 2008, en una reunión celebrada en la residencia de la embajadora de Estados Unidos en Panamá, Bárbara Stephenson. La coalición fue asegurada porque el candidato del antiguo Partido Panameñista, Juan Carlos Varela, representante de la próspera industria licorera, aceptó ser el vicepresidente y compañero de fórmula en la nómina de Martinelli (DPA).
Los aspirantes a ocupar el sillón presidencial panameño son el magnate Ricardo Martinelli, de la derechista Alianza por el Cambio; Balbina Herrera, del oficialista y socialdemócrata Partido Revolucionario Democrático (PRD), y el ex presidente Guillermo Endara, de la opositora Vanguardia Moral de la Patria. Los planes presentados al electorado por Martinelli, apodado el “loco” debido a su hiperactividad, y por Herrera, conocida popularmente como la “chola” por su origen mestizo, superan los 6.000 millones de dólares.

Martinelli concentra el respaldo del gran capital y predijo que sepultará al PRD con un “tsunami” de votos a favor del “cambio”. Si gana los comicios, sería el primer millonario en acceder al poder sin pasar por el tamiz de los partidos políticos tradicionales, pero si Herrera triunfa, equivaldría a la derrota de un megaproyecto con aparentes vínculos multinacionales.

El director del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA), Marco Gandásegui, adujo que “el colapso de las propuestas neoliberales que atentan contra los programas sociales ha puesto en peligro el futuro del canal de Panamá, promete más pobreza y hace que la gente busque una figura de cambio (aun cuando la “medicina” conservadora probablemente resulte peor que la “enfermedad” neoliberal)”.

Martinelli, dueño de una cadena de 35 supermercados, con inversiones en la industria de alimentos, la banca y el comercio importador, encabezó la última encuesta de abril, con un 55 por ciento de las preferencias electorales, unos 14 puntos porcentuales sobre Herrera, quien ha recortado la ventaja de su adversario.

Los asesores de imagen de Martinelli lo convirtieron en una especie de ícono del trabajo, apoyado en eslóganes o frases cortas, y con la aptitud de caminar con los calzados de la gente pobre y vivir su sufrimiento. A partir de allí, los publicistas utilizaron como logotipo una zapatilla, en un intento dirigido a conectarlo sentimentalmente con el electorado.

En el sótano de las preferencias figura Endara, con un cuatro por ciento de aceptación. Su oferta electoral “independiente” busca captar el voto de la sociedad civil y de los indecisos. Endara exhortó a la población a resistirse a la compra del poder, en una alusión al líder de la Alianza por el Cambio, con quien no pudo armonizar desde una perspectiva opositora.

La Alianza por el Cambio surgió en 2008, en una reunión celebrada en la residencia de la embajadora de Estados Unidos en Panamá, Bárbara Stephenson. La coalición fue asegurada porque el candidato del antiguo Partido Panameñista, Juan Carlos Varela, representante de la próspera industria licorera, aceptó ser el vicepresidente y compañero de fórmula en la nómina de Martinelli (DPA).

Rubén Blades le cantó a la chola

El cantautor y todavía ministro de Turismo Rubén Blades sostuvo que cuando el cambio implica retroceso, “no conviene a los intereses de la Patria”. Blades pidió el pleno apoyo a favor de Balbina Herrera, a quien calificó de luchadora social. Ésta había cerrado el martes su campaña en la Panamá City con una concentración de más de 150 mil personas.