Robert Wallace

Sinpermiso


Robert Wallace, profesor y escritor sobre temas de salud y socio-ecológicos, entre los cuales su blog Farming Pathogens , explica como las ansias de tierra y trabajo baratos del sector agroindustrial han preparado el terreno a la rápida expansión de la fiebre porcina. Las precarias condiciones en el interior de las granjas industriales ofrecen un fértil caldo de cultivo para la enfermedad ( Compassion in World Farming ).

Actualmente se tiene noticia de casos de fiebre porcina en Honduras, Costa Rica, Brasil, Argentina, Austria, Tailandia, Israel, etc. A estas alturas, ya no podemos permanecer inactivos.

El H1N1 está avanzando por todo el mundo, propagándose de forma jerarquizada. A través de la red de transporte mundial está bajando en rebote por una jerarquía de ciudades definidas por su tamaño y su poder económico, así como su interconexión con Ciudad de Méjico, la ciudad internacional más cercana a su brote inicial. No es ninguna coincidencia que New York y San Diego se encontraran entre las primeras ciudades afectadas. El virus está también diseminándose por contagio, propagándose dentro de cada nuevo país afectado.

Excepto en México, en la mayoría de países solo se tiene noticia de unos pocos casos. Pero como, a diferencia del SARS [Síndrome de insuficiencia respiratoria aguda], la gripe puede transmitirse antes de que aparezcan los síntomas, puede que ya no haya manera de detener la dimanante del H1N1. Actualmente hay centenares de infectados en New York.

Lo que está claro es que cuantos más países infectados haya, más probabilidades hay de que el virus encuentre resquicios en el escudo epidemiológico mundial. La nueva cepa puede desarrollar el impulso epidemiológico decisivo en cuanto alcance a países en los que las infraestructuras de salud pública están subdesarrolladas o minadas por los programas de ajuste estructural. Por otra parte, esto puede haber ocurrido desde el comienzo. Desde principios de los 80, México, siguiendo las especificaciones del FMI, ha estado sujeto a truncamientos en la infraestructura ganadera y sanitaria.

Reclasificación: como jugadores de naipes en velada sabatina

La transmisión incontrolada en zonas vulnerables aumenta la variación genética con la que la nueva cepa del H1N1 puede desarrollar características que aceleran la transmisión y aumentan la virulencia. Con una expansión geográfica tan amplia, el H1N1, de rápido desarrollo, también entra en contacto con una creciente variedad de medios socio-ecológicos, que incluyen combinaciones locales específicas de anteriores infraestructuras de transporte (transmisión), cobertura de vacunas y antiviral y genética de huéspedes.

De este modo, a través de una especie de escalada de la selección démica, la nueva H1N1 puede explorar mejor sus opciones evolutivas. Series de sus variantes, cada una más transmisible que la próxima, puede evolucionar en respuesta a las condiciones locales y extenderse subsecuentemente.

Por lo que respecta al subtipo H5N1 – la gripe estrella hasta la semana pasada—, tanto el reclasificador Z, como las cepas tipo Qinghai y tipo Fujian compitieron para expulsar a otras cepas H5N1 locales y erigirse en dominantes regionales o, en el caso de la cepa Qinghai, continentales. Cuanto mayor es la variación genética y física producida en el espacio regional, más comprimido es el espacio de tiempo en que evoluciona la infección más transmisible. Es como si el H1N1 fuera refinándose a sí mismo a medida que se propaga.

Las variaciones en el H1N1 pueden acumularse a partir de mutaciones puntuales a lo largo de su genoma. Pero una variación genética solo puede darse a través de lo que se conoce como reclasificación.

El genoma de la gripe está segmentado. Como si de jugadores de naipes en animada velada sabatina se tratara, cuando dos cepas gripales infectan al mismo huésped, las cepas pueden intercambiar segmentos. La mayoría de las «manos» genómicas resultantes son muy débiles, pero, de vez en cuando, surge el equivalente virológico de un As, y gana todas las manos. Este virus desplaza a todos los demás.

Algunos informes tempranos identificaron los orígenes del nuevo genoma H1N1 como cepas que han infectado a poblaciones de humanos, pájaros y cerdos tanto en Norteamérica como en Europa. O sea, que el término «gripe porcina» es inadecuado. Esta gripe es un reclasificador «porcino-avícola-humano». Los orígenes extraordinariamente complejos de la nueva gripe – a través de tantos tipos de huéspedes y de tan diversas regiones geográficas— nos ilustra acerca de la capacidad actual de la gripe para traspasar especies de huéspedes y atravesar grandes territorios entre poblaciones pecuarias.

La agroindustria se desplaza al Sur Global

Para empezar, sabemos que la agroindustria está desplazando sus empresas hacia el Sur Global para aprovecharse del trabajo barato y de la tierra barata (volveremos sobre eso). Pero las empresas están entrando también en sofisticadas estrategias corporativas. La agroindustria está dispersando toda su línea de producción a través del mundo. Por ejemplo, el grupo tailandés CP Group, en la actualidad el cuarto productor avícola mundial, tiene instalaciones avícolas en Turquía, China, Malasia, Indonesia y USA. Tiene negocios alimentarios en India, China, Indonesia y Vietnam. El comercio de animales vivos también se extiende geográficamente.

Estas nuevas configuraciones actúan como un cojín contra la supuesta capacidad del mercado para corregir las ineficiencias empresariales.

Por ejemplo, el grupo CP gestiona instalaciones avícolas joint-venture en China, que producen 600 millones de pollos de los 2.200 millones que China vende anualmente. Cuando surgió un brote de gripe aviar en una granja gestionada por el grupo CP en la provincia de Heilongjiang, Japón prohibió el pollo procedente de China. Las factorías de CP en Tailandia pudieron llenar el vacío y aumentar las exportaciones al Japón. En resumen, el Grupo CP se aprovechó de un brote generado por ellos mismos. No sufrió consecuencia desagradable ninguna por sus propios errores.

Porcinópolis: los cerdos no vuelan

Hay también otra razón por la que el rótulo «gripe porcina» resulta inadecuado. Se deriva de un hecho obvio: los cerdos tienen muy poco que ver con la forma en que aparece la gripe.

Los cerdos no se organizaron en ciudades de miles de cerdos inmunodebilitados No estaban en condiciones de seleccionar artificialmente las variedades genéticas que podrían haber ayudado a reducir la velocidad de transmisión a que se propagan las cepas de gripe más virulentas. No se organizaron en ghettos de ganado junto a miles de aves de corral industriales. No se transportan a sí mismos a través de miles de kilómetros en camiones, trenes o aviones. Por naturaleza, los cerdos no vuelan.

El fallo radica en las decisiones que tomamos nosotros, los humanos, al organizarlos de esta forma. Cuando decimos «nosotros», seamos claros, estamos hablando de cómo la agroindustria ha organizado la producción porcícola y avícola.

Aunque se ha prestado, con razón, mucha atención al papel de una empresa concreta en el surgimiento de la nueva gripe, sería mejor que nos concentráramos en la desregulación que ha permitido que tales porcinópolis se expandieran hasta el punto de que enteras comunidades humanas son expulsadas de las tierras que ahora ocupan los cerdos.

Así que, si hay que asignar responsabilidades a quien corresponde, la nueva gripe norteamericana debería más bien llamarse gripe NAFTA.

Gripe NAFTA

El North American Free Trade Agreement (Tratado de Libre Comercio para la América del Norte), impulsado por Bill Clinton en 1993 y aprobado por un Congreso bipartidista, redujo las barreras comerciales entre USA, Canadá y México. Los productos pueden actualmente comercializarse en los tres países sin los aranceles que favorecían a las industrias nacionales.

El tratado también permitió a las compañías comprar y consolidar negocios en otros países miembros. Granjas Carroll, la compañía de Veracruz que está bajo escrutinio por el actual brote, es una subsidiaria de la norteamericana Smithfields Foods. El NAFTA tuvo una consecuencia fundamental para la agricultura de América del Norte, incluida la industria porcina de México. Como observaron Batre-Márquez y sus colegas en 2006:

«Uno de los cambios ocurridos a partir del NAFTA es que muchos pequeños productores comerciales han abandonado la industria debido a su incapacidad para producir animales de una forma más eficiente y cumplir al mismo tiempo los estándares de calidad requeridos por sus clientes. Como consecuencia del abandono de los pequeños productores, la escala de producción se ha incrementado y la industria ha pasado a estar más integrada. Esta reducción de la pequeña producción comercial y la expansión de la producción tecnológicamente avanzada han tenido lugar al mismo tiempo que continuaba la producción con métodos tradicionales clandestinos.»

Batres-Márquez y los demás apologistas del comercio siguen con el elogio de las condiciones sanitarias de las grandes instalaciones comerciales a expensas de las de los pequeños productores, pero su censura no tiene en cuenta un punto obvio. Los pequeños productores pueden ser individualmente menos capaces de controlar los brotes, pero para empezar ¿como surgen los brotes más virulentos? ¿Podemos culpar a los pequeños granjeros por no ser capaces de controlar los patógenos que empezaron a desarrollarse en las granjas industriales?

Resumiendo ¿por qué el verdadero zoo de las recientes gripes humano-específicas surgió precisamente con la desregulación y después de que la ganadería integrada verticalmente se extendiera por todo el globo? ¿Es solamente una coincidencia?

Como bien observó Mike Davis [La gripe porcina y el monstruoso poder de la gran industria pecuaria]:

«Hace seis años, la revista Science consagró un artículo importante [escrito por el admirable Bernice Wuehtrich] a poner en evidencia que, ‘tras años de estabilidad, el virus de la gripe porcina de la América del Norte ha dado un salto evolutivo vertiginoso’. Desde su identificación durante la Gran Depresión, el virus H1N1 de la gripe porcina sólo había experimentado una ligera deriva desde su genoma original. Luego, en 1998, una cepa muy patógena comenzó a diezmar puercas en una granja de Carolina del Norte, y empezaron a surgir nuevas y más virulentas versiones año tras año, incluida una variante del H1N1 que contenía los genes internos del H3N2 (causante de la otra gripe de tipo A que se contagia entre humanos).»

La porosidad de las nuevas fronteras planteaba otra pregunta. ¿Es posible que la nueva gripe se haya infiltrado primero en los Estados Unidos, antes de cruzar la frontera mexicana? El baile de las culpas ya ha empezado:

El Ministro de Sanidad mexicano, José Ángel Córdova, dijo el pasado lunes que nadie sabe donde empezó el brote, lo que implica que podría haber empezado en los USA. «Creo que es muy arriesgado decir, o querer decir, cual es su punto de origen o propagación, puesto que ya se había informado de casos en California del Sur y Texas», declaró Córdova en una conferencia de prensa.

Es fascinante que emerja de nuevo un éthos nacionalista, luego de que el libre comercio se vea implicado en una enfermedad que podría matar a millones de personas en todo el mundo. Los puñetazos fronterizos tienen el efecto adicional de desviarse de las causas centrales. ¿Se pedirá responsabilidades a la nomenclatura empresarial que impulsó el NAFTA en los tres países? Junto a la burbuja inmobiliaria y el colapso bancario, las secuelas características de la desregulación financiera, el H1N1 es solo uno de los varios patógenos que actualmente siguen la huella de los efectos del neoliberalismo en la salud global.

Robert Wallace , profesor y escritor sobre temas de salud y socio-ecológicos, mantiene un muy recomendable blog sobre patógenos en la producción pecuaria, Farming Pathogens .

Traducción para www.sinpermiso.info : Anna Garriga Tarrés
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2559