Declaraciones un poco inoportunas en momentos que están saliendo a la luz los documentos que implican al gobierno de Estados Unidos en torturas a los prisioneros de la cárcel de Guántanamo. Algo que la comunidad internacional ya sabía, pero que ahora aparecen las pruebas que ni ellos mismos logran ocultar.
«Cualquier esfuerzo para admitir a Cuba en la OEA está en la práctica en manos de Cuba. Tiene que estar dispuesta a dar pasos concretos necesarios para cumplir esos principios», afirmó Clinton.
«Si Cuba no desea atenerse a los mandatos [de la Carta de la OEA] no veo cómo podría ser entonces parte de la OEA, y yo ciertamente no estaría apoyando de ninguna manera un intento de esa naturaleza para admitirla», dijo hablando ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
A propuesta del secretario general José Miguel Insulza, los cancilleres de la OEA esperan aprobar la anulación de la resolución que suspendió a Cuba en 1962 por su régimen marxista-leninista considerado entonces «incompatible» con los principios del sistema interamericano.
La revocación no significaría, sin embargo, que Cuba tendría su retorno listo a la OEA. El gobierno de La Habana reiteradamente ha dicho no sólo que no desea retornar sino que la propia OEA debe desaparecer, ya que su rol en la arena internacional es un papel muerto.
«Esperamos que los miembros de la OEA cumplan los mandatos de la propia carta», dijo Clinton.