*Ariel Terrero

Zarandeada por la recesión global, la economía cubana ve alejarse la
meta de crecimiento del 6 por ciento que, a fines del año pasado, se
había propuesto el Gobierno para el 2009. Aunque las autoridades no
han divulgado todavía un ajuste oficial del plan, asoman señales y
tensiones –externas e internas– que anticipan, cuando menos, una
expansión mucho más moderada.

No parece posible otra predicción, cuando la tormenta agota a los
países del área comercial –incluido Estados Unidos– en que se
encuentra la Isla. La Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) pronostica un crecimiento negativo de 0,3% para la
región, a pesar de las fortalezas financieras de que disponían varios
países latinoamericanos cuando les sorprendió la crisis esta vez.

La secretaria ejecutiva de ese organismo regional de la ONU, Alicia
Bárcena, confirmó ese dato durante una reciente visita a La Habana. En
su opinión, el área no es inmune a los efectos de la crisis y achacó
el principal impacto a la caída del comercio. Según la Organización
Mundial del Comercio, el intercambio global se reduciría en un 9 por
ciento este año y eso lastra a economías del área, como la cubana,
atadas en lo fundamental a sus exportaciones de bienes y servicios.

Sin embargo, estudios de la CEPAL prevén que el producto interno bruto
(PIB) de Cuba podría crecer un 3 por ciento este año. Aunque bastante
menor al anunciado oficialmente por el Gobierno, se encontraría entre
las economías con mejor desempeño en el continente. Alicia Bárcena no
comentó públicamente esa cifra en su reciente visita, pero elogió el
sistema de estadísticas del país y los mecanismos de equidad social
que protegen al cubano común.

Más cautos, expertos del Centro de Estudios de la Economía Cubana
(CEEC), adjunto a la Universidad de La Habana, estiman un rango menor
de evolución del PIB en el 2009: entre una caída de 0,5 por ciento y
un crecimiento de 2,5 por ciento como máximo.

A pesar de las sombras que se tienden sobre su bolsillo y su mesa, ese
cubano común, precisamente por el amparo tradicional que le ofrece el
Estado, se muestra distante de las presiones cotidianas que plantean
los mercados mundiales a la economía en que vive. La prensa nacional
advierte sistemáticamente sobre el acontecer de la crisis económica
mundial, pero en la calle los precios y el empleo mantienen una
estabilidad contradictoria con los apuros en que se encuentra el país.

Una evidencia más clara de las amenazas que penden sobre la economía
son las medidas que adopta el Gobierno para sobrellevar la tormenta.
Desde un fuerte recorte a los gastos presupuestados en los gobiernos
territoriales, hasta alertas públicas de que podría volver la
temporada de los apagones si las entidades económicas siguen
consumiendo energía sin moderación, son a la par muestras del empeño
del presidente, Raúl Castro, por introducir modos más racionales de
manejar la economía y de los apremios que imponen ingresos externos
deprimidos.

A los precios desplomados del níquel, primer producto de exportación
cubano, se suma una fuerte caída en los aportes del turismo, el sector
que más dólares tributa en Cuba, después de los servicios
profesionales, médicos en primer lugar, que la Isla ofrece a países de
América Latina y de otros continentes.

La industria del ocio se expandió un 2 por ciento en el primer
trimestre, como ostentó el ministro de Turismo, Manuel Marrero, en la
Feria Internacional de Turismo de Cuba celebrada a inicios de mayo.
Pero lo cierto es que muestra una inquietante tendencia al
decrecimiento. Después de saltar un 7,9 por ciento en enero, el número
de visitantes avanzó un magro 1,2 por ciento en febrero y retrocedió
un 2,6 por ciento en marzo, de acuerdo con datos de la Oficina
Nacional de Estadísticas. A los visitantes extranjeros, además, les
cuesta más trabajo utilizar la tarjeta de crédito. Los ingresos del
turismo cayeron un 13,7 por ciento en el primer trimestre en relación
con similar etapa del año anterior.

Cientos de millones de dólares han dejado de entrar en las arcas del
Estado en estos primeros meses.

En medio de la tormenta, no falta quien se apura a encender velitas a
fin de que Obama devuelva a los estadounidenses la libertad para
viajar a Cuba, después que eliminó –más rápido de lo que yo
esperaba– las restricciones para hacerlo que el Gobierno de Bush les
impuso a los cubano-americanos.

Pero, con un sentido más práctico, las autoridades del turismo dejan
las conjeturas y vaticinios a los politólogos y analistas del mercado
y trabajan en la diversificación de mercados externos, una alternativa
más recomendable que la ilusión de mercados exclusivos. En la misma
cuerda, han puesto los ojos sobre el mercado interno.

Entidades como Viajes Cubanacán y Havanatur han desenfundado para los
cubanos de la Isla excursiones y otras ofertas turísticas en pesos
convertibles, a precios menores que los presentados a los turistas
extranjeros. La iniciativa, bien recibida en el patio a juzgar por la
demanda inicial, permitirá explotar capacidades hoteleras que solían
permanecer subutilizadas sobre todo en el verano.

Mientras busca vías para oxigenar el mercado interno y los ingresos en
moneda dura, el Gobierno cubano intenta mantener a capa y espada el
propósito de reanimar producciones como las agrícolas, para reducir el
alto volumen de importaciones, particularmente gravosas en el caso de
los alimentos. Alrededor del 80 por ciento de los alimentos consumidos
en el país traen sello de importación.

En el empeño por equilibrar las cuentas nacionales, el ejecutivo
emprende ajustes internos sin mucha publicidad, defiende inversiones
estratégicas en la agricultura y la industria y pospone o reduce otras
–por ejemplo, sociales– que pueden aguardar por momentos más benignos.
Ante una crisis global que inevitablemente frenará –ya lo está
haciendo– el avance de la economía cubana, el desafío explícito
planteado por el Gobierno al país es, más que emplear, aprender a
emplear de una vez los limitados recursos de que dispone.

*Periodista cubano,  director de información de la
famosa revista Bohemia. Integra el equipo de Progreso Semanal/Weekly