Según el catedrático, uno de los más escuchados en el orbe por sus criterios sobre la actual crisis financiera global, la estrategia de la Casa Blanca difícilmente funcione mientras la economía siga débil.
El plan Geithner es muy defectuoso, sostuvo. Francamente, esto es equivalente a un robo al pueblo estadounidense, acotó.
No creo que funcione porque habrá mucho enfado de que se pongan tantas pérdidas sobre los hombros de los habitantes, agregó en declaraciones a la prensa.
Dos problemas rodean este plan, además de ser un desfalco según Stiglitz, porque aún si limpiara las masivas deudas tóxicas de los bancos, las preocupaciones sobre el panorama económico harán que las entidades monetarias todavía puedan no tener disposición para conceder nuevos préstamos.
Mientras, la perspectiva de una mayor carga impositiva para financiar planes de estímulo del Gobierno debilitará más a los consumidores, consideró el economista, conocido por su visión crítica de la globalización y el neoliberalismo.
Pero no solo el analista más leído en el mundo se opone a la estrategia que lanzara el secretario del Tesoro, Timothy Geithner.
Algunos legisladores republicanos también han expresado sus preocupaciones acerca de los incentivos ofrecidos por el Gobierno, que pueden terminar otorgando a los inversores privados más del 90 por ciento de los fondos para comprar los activos problemáticos.
La Oficina Oval confirmó ayer un programa de entre 500 mil y un billón de dólares (un millón de millones), apoyado por capitales privados y federales, con el fin de remover los llamados activos bancarios tóxicos relacionados sobre todo con hipotecas.