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La mayoría de los mercenarios que trabajaban para la empresa privada estadounidense Blackwater posiblemente volverán a Iraq, a pesar de haber participado en una masacre.

Los mercenarios cambiarán de uniforme y trabajarán para Triple Canopy, otra empresa privada estadounidense, dado que las autoridades iraquíes han prohibido a Blackwater continuar sus actividades en la antigua Mesopotamia, reportó The New York Times.

Los mercenarios de Blackwater han estado involucrados en muchos incidentes violentos en los que civiles iraquíes fueron asesinados. En el 2007, la empresa de seguridad privada estuvo en los titulares, cuando sus empleados abrieron fuego contra civiles en Baghdad, asesinando a 17 personas.

La empresa de seguridad Triple Canopy obtuvo recientemente el contrato del Departamento de Estado estadounidense, para «proteger» al personal diplomático de ese país en Iraq.

Indignación:

La sola posibilidad de que los mercenarios de Blackwater regresen a Iraq ha provocado indignación. Sin embargo, las autoridades estadounidenses justifican su empleo en la falta de calificación de los guardias de Triple Canopy. La adopción de una medida como esta violaría las leyes iraquíes.

Voces críticas han dicho que los mercenarios pueden interpretar esta decisión (su retorno a Iraq, a pesar de las masacres) como una luz verde que se les otorga para hacer lo que deseen en Iraq, con total impunidad, siendo que ellos pueden violar la ley de ese país.

De acuerdo al Times, aún no está claro si Blackwater se beneficiará de este contrato. También se especula en torno a si Triple Canopy sería empleada como un subcontratista de Falcon Group.

Los abogados de los civiles asesinados durante la matanza del 2007 han entablado un pleito contra Falcon Group, ya que sostienen que esta compañía está afiliada a Blackwater. Entre tanto, Blackwater ha negado tener algún vínculo con Falcon Group.

El vocero de Triple Canopy, Jayanti Menches, ha evadido hacer comentarios sobre el tema de la subcontratación.

Los mercenarios de Blackwater han sido entrenados para obedecer las reglas de la compañía, que ordenan no tener compasión con los lugareños si estos interfieren en el tránsito de los vehículos y comboyes de Blackwater.

El contrato de Triple Canopy con el Departamente de Estado está valorado en 977 millones de dólares estadounidenses.