Gastón Pardo
Argenpress
En su Informe Ejecutivo de septiembre de 1997, la revista EIR produjo dos estudios estupendos sobre el poder diabólico del Imperio Británico; estudios respaldados por una documentación muy amplia, que ha sido el auxiliar para describir los diferentes frentes de la batalla que se libra entre el sistema imperial inglés y el sistema del Estado nacional.
En la cumbre de las formaciones de ofensiva imperial está la monarquía británica y el Consejo de la Corona, primus inter pares de varios miles de familias que forman el núcleo del Club de las Islas. De manera que, mientras la reina y su familia, en contra de la creencia común, ejercen su poder real sobre las naciones de la Mancomunidad y una red de empresas, el resto de los núcleos familiares de la élite cumple una función complementaria dirigiendo ahora, con la contribución de los anglosajones estadounidenses, los cárteles calcados del modelo de la Compañía Británica de las Indias Orientales.
La Compañía, fue fundada en 1600, seis años antes del fallecimiento de Isabel I, que fue la proyectista del Imperio; tuvo una gran actividad en los 250 años siguientes y fue el instrumento principal de la expansión británica que llevaba en su vanguardia a representantes de la nobleza y de la nueva burguesía presbiteriana.
De acuerdo a EIR, ese “imperio invisible británico” es ahora encabezado obviamente por la Casa de Windsor, el verdadero centro de control de la ONU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional; del Club de las Islas; del Consejo Real; de la Mancomunidad; de la Iglesia anglicana; y del Consejo Mundial de Iglesias, cuya sede está ahora en Ginebra.
El modelo establecido por la Compañía de Indias Orientales ha permitido a la Corona que los cárteles apoyados en la práctica del genocidio se apoderen de las materias primas, como ha sido el caso de Asia en el eje de la India a China y luego en Africa para seguir en América Latina. En estas zonas del mundo y a lo largo del gobierno Bush han proliferado los movimientos instrumentales espurios y las bandas que actúan a los lados de las líneas fronterizas, como fue han sido la Mara Salvatrucha, los cholos y otros ocupantes de los denominados territorios celestiales en el centro de las zonas limítrofes de Argentina con Bolivia, de Venezuela con Colombia, de México con América Central; son territorios que se han sustraido por la acción de los ONGs de la soberanía estatal y que se han propuesto anular las demarcaciones entre los estados. Es decir, han puesto en marcha la consigna de la soberanía relativa con la que cuentan los imperialistas anglosajones para apoderarse de los terrirtorios productivo de los estados nacionales.
Mención aparte merece el pentecostalismo en este proecto imperislista, conductor de masas marginadas enraizadas doctrinalmente en la predestinación paulina, la lectura de la Biblia sin desviaciones a la interpretación teológica; la aceptación de un orden interno jerárquico sobre la base de ciertos dones como el de profecía, de sanación, de lenguas; y portador de una vocación ácrata desconocedora de toda autoridad institucional. El pentecostalismo, de acuerdo a estudios de inteligencia, surgió de las olas de población marginada con las que del anglicanismo-episcopalismo fermentaría en el socio anglosajón estadounidense de la City,en la California del principio del siglo XX.
Aquí se dio un caso evidente de la expansión de proyectos religiosos que han emanado de la Iglesia de Inglaterra denominada Episcopal en EU. Y con los nuevos proyectos religiosos que remiten a la conjunción del cristianismo fundamentalista cristiano, basado en los documentos denominados Los fundamentales difundidos por miles de ejemplares entre la población protestante del norte de EU en 1911, y en el mismo año del integrismo católico fundado en Francia por Charles Maurras, cuyos seguidores eran llamados cristianos integrales. Ambas corrientes tomadas de la mano llegan al nuevo paganismo pro sionista del siglo XX, donde unen sus convicciones los creyentes en que la riqueza es un don de dios concedido a los virtuosos. Calvinismo puro, como el adoptado por el Partido Accion Nacional en el México moderno.
En el reinado de Enrique VIII autodesignado Pontifex Maximus de esa Iglesia reformada anglicana, y desde que el relevo lo tomó su hija Isabel quien emplazó en la India a la burguesía presbiteriana y a la masonería con la encomienda de cancelar la significación operativa de los complicados estamentos de la jerarquía social colonial, donde los ingleses tenían que encontrar a sus futuros socios, los instrumentos neoliberales y presbiteriano fueron la punta de lanza imperial. Para el proyecto de modernización de la India primero y más tarde de las demás colonias, Inglaterra propuso en lugar de los estamentos la creación de una sociedad igualitaria y cristiana basada en la masonería y el presbiterianismo burgués.
La proliferación de los nuevos movimientos religiosos que tanto fascinan a los antropólogos del continente americano, han penetrado en las tierras conquistadas para transmitir entre sus moradores mensajes prefabricados. En este sentido funcionaron instrumentos imperiales como la Church Missionary Society con la posición dominante del metodismo, cuyo origen está en la cabeza de la estructura anglicana; el metodismo encabezó en el Consejo Mundial de Iglesias, el reconocimiento devoto de la élite británica, que se convirtió en instrumento fundamental de la estrategia de tensión, es decir, del terrorismo lanzado contra los pueblos del sur del planeta. Veamos como funcionan las estructuras anglosajonas de control social.
El sincretismo
El libro Syncretism, publicado en 1993 por John Cotter (The Angelus Books of Barrie, Canadá), concibe el sincretismo como una tentativa de unión y reconciliación de diversas prácticas especialmente de carácter religioso o filosófico. Esa tentativa o aspiración particular a lograr esa reconciliación parece chocar con la clasificación del ilustre etnólogo belga Claude Levy Strauss que separa a las sociedades frías de las sociedades calientes.
Las sociedades frías producen muy poco desorden, eso que los físicos denominan entropía, y tienden a guardar su estado original, lo que explica que las veamos como sociedades sin historia y sin progreso. Esto a diferencia de nuestras sociedades, sigue Levy-Strauss, que no sólo emplean máquinas de vapor sino que ellas mismas, desde el punto de vista de su estructura, son máquinas de vapor; sociedades que establecen, para funcionar, una diferencia de potenciales que se ve realizada por las distintas formas jerárquicas como la esclavitud y la servidumbre, o bien la división de clases. Estas sociedades generan en su seno un desequilibrio que utilizan para producir, al mismo tiempo que segmentos de orden, muchísimo desorden, incluso en el plano de las relaciones humanas.
Esto significa que así John Cotter como el etnólogo belga coinciden precisamente por sus diferencias, porque siendo la lengua, la raza, la pertenencia étnica, la religión los elementos estáticos y distintivos de cada comunidad fría, sólo la alta temperatura de las sociedades jerarquizadas puede servir a la mediatización de las esferas privadas de las sociedades frías, con la imposición a ellas de valores supuestamente igualitarios que desordenan la linealidad de su propia escala de valores.
Por ello, es contrario al derecho natural que las sociedades calientes emprendan la tarea de mediatizar las creencias y los valores en que las sociedades frías han fincado sus normas de vida. Y una de las tentativas de la mediatización consiste precisamente en imponer el sincretismo, o síntesis dialéctica de una creencia ocupada de grado o por fuerza por la creencia del ocupante. Este sincretismo es inadmisible cuando están en juego los intereses de las sociedades jerarquizadas modernas.
El Consejo Mundial de Iglesias, fundado en Ámsterdam en 1948 comenzó a ser un movimiento sincretista cuando llegó a la edad de retiro el doctor W.A. Visser, su primer Secretario General, en 1966. De entonces a la fecha el CMI se ha convertido no sólo en una tendencia precursora de sincretismo, sino del panteísmo bajo la dirección de Lawrence Adams, procedente del Instituto de Religión y Democracia, de Washington, D.C. Bernard Smith, laico anglicano expresó en Approaches magazine, de Escocia, agosto de 1974: “La universalización del significado de hermandad obliga al Consejo Mundial de Iglesias a ponerse fuera del alcance de las presiones de una sola identidad cristiana”. El objetivo del Consejo, al menos desde la década de los años sesentas, ya había sido señalado por el doctor Edward Norman, decano del Colegio Peterhouse, de la Universidad de Cambridge: “llevar el nuevo significado del concepto ecumenismoque para el CMI no sólo significa fraternidad en el interior de los diferentes credos cristianos, sino de todo el género humano”.
La mafia verde, libro del Movimiento de Solidaridad Iberoamericana La economista Marivilia Carrasco, que acaba de ser recibida como miembro de número en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, dirigió las investigaciones que condujeron a editar el libro La mafia verde, que ha sido impreso en portugués en Brasil y en castellano en México. La edición es de 2007. Se trata de una denuncia del “bien armado ejército de ONGs internacionales”, con programa y recursos financieros en abundancia, que les han sido proporcionados por instituciones privadas, opulentas fundaciones y agencias de ayuda internacional. Sobre todo de Estados Unidos, Inglaterra, Holanda y Canadá.
El comentario de ese libro es necesario dada la composición de la plana mayor del equipo que acompañará a Barack Obama en el curso de su actividad presidencial. Destaca George Soros, quien ha dicho que la globalización es el libre movimiento de capitales y creciente dominio por parte de los mercados financieros globales y las empresas transnacionales, de las economías nacionales. El mega-especulador Soros aún no ha revisado su concepción mundializadora de acuerdo a las expectativas de la crisis sistémica en curso, por lo que suponemos que al frente de su correduría Quantum aún confiere a la globalización el atributo de la eternidad.
Otro integrante del inner circle de Obama será el veterano mega estratega Zbigniew Brzezinski, quien llega de la mano del sionista Emanuel Rahm, por ser autor de diversos estudios sobre las nuevas confrontaciones del imperialismo anglosajón. Brzezinski ha asegurado que la globalización ha de echar mano de una geopolítica globalizadota en su libro El gran tablero de ajedrez. Esta geopolítica ya ha sido realizada sobre los escombros de la URSS y, dice ese autor, ha configurado la cartografía del nuevo orden en la primera guerra contra Irak en 1991, la de los Balcanes, la de Afganistán y la segunda guerra contra Irak.
Habiendo estos personajes configurado sus aspiraciones neo imperialistas, es previsible un nuevo entrelazamiento de la expansión de las transnacionales y la dinámica de una nueva Guerra fría, en el que los centros de poder oligárquico anglosajones se preparan para reorientar las tendencias globales y las aspiraciones internacionales a un mundo multipolar, de acuerdo con sus intereses elitistas. En este contexto de expansión imperial La mafia verde dice que el movimiento ambientalista que se reactivará en los próximos meses, emergió del ambiente artificialmente creado por los ingenieros sociales del establishment oligárquico de Estados Unidos e Inglaterra con la idea falaz y motora de una supuesta imposibilidadfísica de todas las naciones de acceder a lo beneficios de la sociedad industrial. Plena y disfrutar de elevados niveles de desarrollo.
Al mismo tiempo que se manifestaba un intenso optimismo cultural, motivado en gran medida por una serie de avances en la técnica, conocidos con el nombre de Revolución verde, que era el registro de las conquistas en medicina y salud pública que redujeron los índices de mortalidad gracias al uso del DDT. Pero la perspectiva del uso pacífico de la energía nuclear; la carrera espacial; y muchas otras, se vieron de pronto detenidos. La razón fue que todo fermento a favor del desarrollo ponía en jaque al control oligárquico colonial sobre las materias primas del sur del planeta.
La primera víctima del ambientalismo fue el DDT, uno de los más versátiles, eficaces y baratos pesticidas, cuya introducción masiva en campañas de salud inmediatamente después de la Segunda guerra mundial, evitó que muchos millones de seres humanos engrosaran las estadísticas de víctimas de enfermedades infecciosas. Al comenzar la década de los años sesenta, con la publicación del libro Primavera silenciosa, de Rachel Carson, se desató una abierta campaña publicitaria para prohibir el uso masivo del DDT, al que se le atribuyeron los mayores daños conocidos. En esa campaña contribuyeron los primeros organismos no gubernamentales (ONGs) para presionar al gobierno de EU a prohibir el DDT, lo cual ocurrió en la década siguiente.
El DDT fue pronto sustituido por pesticidas más caros y tóxicos. Para eso sirvieron las campañas apocalípticas como las que ahora acompañan a la pugna contra la industrialización so pretexto de los daños en la capa de ozono y la alteración del ambiente, que siempre ha tenido variaciones cíclicas.
Los ONGs han creado un ambiente incontrolable dentro de los territorios nacionales donde la instauración de estados de nuevo soberanos está en proceso de renegociación, y algunos especialistas denominan a su intervención guerra de cuarta generación habida cuenta de que los Organismos no gubernamentales tienen ya una presencia agresiva en docenas de países donde asumen papeles decisivos, por ejemplo en Europa Oriental, en el Extremo oriente, Africa y América Latina. Es decir, los ONGs aparecen donde el estado nacional sufre el hostigamiento de agentes no-estatales, que suelen estar al servicio de potencias extranjeras como ocurre con Green Peace.
Estamos en cierto sentido en presencia de un nuevo tipo de piratería con la que intereses externos, impedidos para actuar ostensiblemente, imponen sus políticas por medio de patentes de corso ejecutadas por un ejército de onGs internacionales.
James Carter en el entorno de Obama
Quien dio el primer paso en el asedio de los ONGs en los países del sur del planeta fue James Carter, que al principio de su mandato llamó a las escasas ONGs entonces actuantes bajo el auspicio de la ONU, para que en adelante sirvieran a la expansión imperial por caminos distantes del orden jurídico y político local de los estados tocados con su presencia.
Pero veamos una consecuencia inmediata de los engranajes entonces creados: el narcotráfico en América Latina, como dice el libro Dope Inc, llegó a su máximo florecimiento casi en el mismo momento en el que James Carter tomó posesión de la presidencia estadounidense (1977-1981). Dos años después había transformado en un caos la adjudicación de fondos por el sistema de la Reserva Federal. Cuando cumplió Carter sus dos primeros años de gobierno Florida se había ya convertido en la industria más importante de Florida. Entre otras consecuencias desastrosas de ese gobierno demócrata, mientras Billy Carter, el hermano del presidente recibía sobornos del gobierno libio por la mano mediadora de Charter Oil company, propiedad de Armand Hammer, el presidente se alió a los solicitantes de la “despenalización de la droga”.
Mediante el Departamento de finanzas de G. W Millar y la Reserva federal presidida por Paul Volcker, el gobierno Carter respaldó la cínica campaña del Fondo monetario Internacional para promover la producción de estupefacientes. Este es el antecedente del intervencionismo del Centro Carter que desde su base en Atlanta promovió la democracia en Colombia y Perú para hacer de ellos productores de cocaína (60 por ciento Colombia, 25 por ciento Perú y 15 por ciento Bolivia). Venezuela y Ecuador no son países productores de estupefacientes. Pero habrá que esperar a los resultados de los onGs a partir de 2009.
El compromiso de los científicos. Los jasones
En 1971, el libro Los Papeles del pentágono de Daniel Elsberg pusieron al descubierto las maquinaciones del gobierno de EU hacia la época de la guerra del Vietnam y la existencia de un equipo secreto de científicos, que colaboraron con varios gobiernos de EU, llamado Jasón. Este recurso de preceptiva literaria en el que se echa mano de Jasón, salvo por el hecho de que los científicos suelen ser indentificados con los trovadores nada tiene que ver con el verdadero Jasón, con el descubridor del vellocino de oro pendiendo de la rama de un árbol en Dodona, en el sitio denominado Hiperbórea en el Polo Norte.
Salvador López Arnal tuvo a bien comentar el libro Los jasones. La historia secreta de la guerra fría, merced al cual nos enteramos de que hace 37 años, en 1971, el documento Los papeles del pentágono puso al descubierto las maquinaciones del gobierno estadounidense a propósito de la guerra del Vietnam y la existencia de un equipo secreto de científicos, colaboradores de diversos gobiernos estadounidenses llamado JASON. No aclara López Arnal si, como se indica en la contraportada, este ensayo es el resultado de la primera investigación sobre los componentes y actividades de este grupo.
Pero no hay duda que vale la pena reparar en su contenido y en el neto compromiso político de un grupo de científicos que incluye a primeras plumas del ámbito de las ciencias físicas y biológicas, algunos de ellos Premios Nobel de su disciplina. Los jasones son científicos de punta del mundo académico norteamericano que, al mismo tiempo, asesoran nada más ni nada menos que al Departamento de Defensa. Si después de esto, alguien teoriza en torno a la separación radical entre ciencia y política en la sociedad contemporánea, se le recomienda sosiego y estudio.
Es probable que la autora del libro analizado, Ann Finkbeiner, escritora, redactora científica y directora del programa de posgrado en redacción científica de la Universidad Johns Hopkins, no se haya distanciado suficientemente de su «objeto» de estudio; es clara su admiración conferida a muchos de componentes del grupo («…Freeman Dyson sigue peinando su cabello (de color gris, aunque aún mantiene un cierto tono moreno) a lo duque de Windsor…» (p. 271)); es cuanto menos sesgada la información que usa, basada en una parte no desdeñable en las declaraciones de los propios jasones, algunos de los cuales, curiosamente, han objetado que su nombre aparezca públicamente.
Los jasones está estructurado con una introducción, nueve capítulos –Las bombas; Nace Jasón; Los años de gloria; Héroes; Villanos; Cambios; Correspondencias; Cuellos azules, cuellos blancos, ¿Quo vadis Jasón? Y un epílogo, más las fuentes y un útil índice analítico y nominal. Vale la pena nombrar algunos de los grandes científicos que han colaborado en Jason: Eugene Wigner, Charles Townes, Hans Bethe, Luis Álvarez, Murray Gell-Mann, Steven Weinberg, Val Fitch, Leon Lederman, y Henry Kendall. Obtuvieron el premio Nobel en 1963, 1964, 1967, 1969, 1970, 1980, 1988 y 1990 respectivamente. Cuatro miembros más, que la autora no cita por su nombre, miembros durante un período breve de Jasón, también alcanzaron el premio. La relación señala un punto esencial del grupo: su independencia…
Steven Weinberg, por ejemplo, abandonó Jasón a principios de la década de 1970 tras los estudios que se realizaron sobe Vietnam en estado de guerra. No sabía si lo que hacía servía para algo positivo ha declarado, sin especificar por otra parte qué entendía por positivo y, además, tenía ganas de escribir libros tan excelentescomo Los tres primeros minutos del universo. Empero, a finales de la década de los ochenta, Weinberg volvió a Jason como asesor senior.
Eduard Frieman, uno de los jasones que había trabajado con armas nucleares, declaró en una entrevista de 2002 que en su opinión todo había ido bien en el grupo hasta el asunto de Vietnam, «que provocó un tremendo desbarajuste interno en Jason». ¿Jasón y Vietnam? ¿Qué es eso? Un breve relato de lo ocurrido sería el siguiente (No es el guión de alguna película de terror en ciernes).
En 1964, en La Jolla, William Nierenberg, un físico que había colaborado en el proyecto Manhattan y que se había unido a Jason en 1962, dirigió un estudio sobre Vietnam probablemente centrado en los métodos de la guerra de guerrillas de los combatientes vietnamitas. Aquel verano fue un verano de nuevas ideas y de charlas informativas, algunas de las cuales estuvieron promovidas por el gran físico Muray Gell-Mann, el inventor de los quarks. Algunas de ellas, en opinión del propio Nierenberg, repugnantes y estúpidas. Elaboraron dos informes: «Visión nocturna para contrainsurgentes» y «Documento de trabajo sobre guerra interna»
La posición política de la autora queda reflejada en los compases finales de su estudio. […] En materia de política científica, confiaría ciegamente en ellos. «Me fiaría de los jasones porque me darían su criterio científico honesto aunque éste implicase políticas que entrasen en contradicción directa con el fervor pro – tratados climáticos, anti-defensa antimisiles o pro-prohibiciones de pruebas nucleares de muchos de ellos».
Pero también en las comunidades científicas hay voces críticas que se niegan a arrodillarse y a seguir sendas cientificistas de disparate político y social. Charles Schwartz fue nombrado profesor titular de Berkeley y a partir de 1970 empezó a exigir a sus alumnos la firma de una promesa hipocrática por el que se comprometían a no utilizar la física que él les enseñara para hacer daño a alguien. Tuvo que desistir. El departamento de una Universidad puntera, no una institución gubernamental ni una corporación armamentística, le amenazó con retirarle la plaza.
Schwartz dejó de enseñar física. Creía que no hacía más que suministrar carne fresca y cultivada a los contratistas de defensa. Empezó a impartir asignaturas sobre la relación entre la ciencia, el gobierno y la sociedad. Dejó de recibir incentivos y aumentos de sueldo porque casi no se dedicaba a la investigación científica. Se convirtió en un activista. En 1987, declaro a la Radio Pública Nacional que aunque los jasones presumen de decirles a los generales cuándo no funcionan sus armas, en realidad sólo sirven para hacer que el Pentágono sea más eficiente (Puede versesu opúsculo Science Against the People: The Story of Jasón –La ciencia contra el pueblo: la historia de Jasón- en la red).
Non serviam: ésta es la norma ética esencial de Charles Schwartz, el principio que acompañaba y acompaña a su compromiso ético y científico: la búsqueda de verdades que no estuvieran al servicio de los destructores y dominadores privilegiados de la Tierra. No todos los jasones compartían ni comparten su punto de vista.
Ann Finkbeiner, Los jasones. La historia secreta de los científicos de la guerra fría. Paidos, Barcelona, 2007, 295 páginas (traducción de Albino Santos Mosquera).Nota: una versión de esta reseña apareció en la revista El Viejo topo, abril de 2008.
El caso de agro-jasones analizado por Armas contra la guerra Alfredo Embid, el respetable médico español encargado de la edición de Armas contra la guerra, a quien el mundo tanto debe, y para quien no parece haber secreto alguno que pueda ser ocultado en los sótanos de la inteligencia anglosajona, publicó en diciembre de 2008 uno de sus siempre esperados boletines. El que se titula El hongo asesino del trigo beneficia a las multinacionales de los OMG es particularmente interesante desde el punto de vista del ejercicio de la ciencia puesta al servicio de la manipulación genética y del hambre como mecanismo de control social de la periferia del planeta. Veamos ese vivo ejemplo.
El hongo Ug99
La alarma sobre la propagación del hongo Ug99 es utilizada por Monsanto y otras empresas de la agroindustria transgénica como argumento para conseguir que se cancele la actual prohibición de los Organismos Modificados Genéticamente y conseguir la propagación de ciertos OMG patentados, supuestamente resistentes al hongo Ug99.
Ese hongo es conocido desde 1999 con esa denominación, y ha sido singularizado por la ciencia genética por su particularidad de que mata el trigo, y porque en su contra aparentemente no existe el pesticida eficaz. El Ug99 ya se ha extendido a Pakistán desde África de acuerdo a los informes en la revista británica New Scientist.
Las primeras cepas de Ug99 se encontraron en 1999 en Uganda, de donde siguió su propagación en Kenia en 2001, a Etiopía en 2003 y al Yemen en 2007. Ahora se ha encontrado curiosamente en Irán y puede alcanzar, a través de Pakistán, a la India y China. No deja de ser curioso que el hongo se haya localizado precisamente en Irán, que es el primer país en la agenda de intervenciones militares estadounidenses y que según los expertos se dirija a China que es uno de los países enemigos a largo plazo, como lo reconoce el Proyecto para una nueva centuria americana, Project for the New American Century (PNAC), del Hudson Institute de Washington, y el American Enterprise Institute for Public Policy Research (1).
Como siempre es necesario hacerse la pregunta clave: ¿quién gana con la propagación del hongo?
Engdahl William y Norman Borlaug
El agrónomo William Engdahl señala que una de las consecuencias de la propagación del Ug99 es ya evidente. Un incremento de la campaña de las multinacionales como Monsanto Corporation y otros grandes productores de semillas de plantas genéticamente manipuladas para promover mayor introducción de variedades de trigo OMG supuestamente será resistente a los hongos Ug99.Se ha informado de que biólogos de Monsanto y en los diversos laboratorios OMG de todo el mundo, el centro de México, CIMMYT y el ICARDA en Kenya, están trabajando para patentar esas cepas.
A la cabeza de ellos está Norman Borlaug, de la Fundación Rockefeller, el agrónomo a cargo de la Revolución Verde. También trabaja el USDA del Servicio de Investigación Agrícola (ARS), la misma agencia que creó con Monsanto la criminal tecnología de semillas Terminator.
Recuérdese que en la década de los cincuentas, la Fundación Rockefeller introdujo la denominada Revolución Verde que, entre otros, tuvo como resultado una reducción de las variedades de trigo que pudiera resistir este nuevo brote de hongos.
En 1946 Nelson Rockefeller y Henry Wallace, antiguo secretario de agricultura y fundador de la compañía Pioneer Hi-Bred Seed sentaron en México las bases de la Revolución Verde con el pretendido propósito de acabar con el hambre. Lo que en opinión del doctor Alfredo Embid el objetivo real era desarrollar una industria agro-alimenticia mundializada dependiente de la industria petroquímica y de las inversiones financieras. Sectores bien manejados por los Rockefeller, lo que facilitó la monopolización agrícola en cada vez menos manos. El resultado era previsible: la revolución agronómica, que al mismo tiempo que aumentaban las desigualdades entre ricos y pobres, lejos de acabar con el hambre contribuyó a extenderla. El aumento del hambre y la desnutrición naturalmente produjeron un aumento de la mortalidad.
Cita Embid el libro Las semillas de la destrucción, y William Engdahl, investigador asociado del Centro de Investigaciones sobre la Globalización de Canadá, documenta extensamente el papel de Borlaug, que obtuvo el Premio Nobel, y la Fundación Rockefeller en la promoción de las patentes sobre semillas de los alimentos para reducir la población mundial.
La noticia de la propagación del hongo beneficia a las multinacionales de EU en su estrategia de extender los OGM. La consecuencia de la propagación efectiva del hongo será producir más hambre aun, dice el doctor Alfredo Embid, y una reducción de la población que es el objetivo de los poderosos desde hace décadas.
Los estragos y la desmoralización causada por este pillaje y los que están aún en periodo de experimentación han llegado acompañados por la incitación al fraude resultante de la inusitada expansión del crédito caro y especulativo. Esto tiene que producir los efectos perversos que las empresas transnacionales y el crimen organizado, provistos cartas de naturalidad para sobrevivir a la crisis, necesitan para permanecer en el escenario.