El Congreso Nacional de Bolivia celebra desde el miércoles una maratoniana sesión para intentar aprobar un régimen electoral transitorio establecido en la nueva Constitución, que la oposición ha tratado de obstaculizar por todos los medios y los mantiene enfrentados al oficialismo.
“Faltan 30 (congresistas) oradores y terminaremos el Congreso el viernes (10 de abril) a las 3 de la tarde, así que el que tenga procesión (por Semana Santa), debe postergarla”, enfatizó el también presidente nato del Congreso boliviano en declaraciones a los periodistas.
García Linera, que preside la sesión plenaria de más de 11 horas, se permitió unos instantes para comunicar su decisión de mantener en pie el Congreso hasta que, de acuerdo con el reglamento de debates, agote su agenda por tiempo y materia.
El Congreso, que debía entregar en un plazo de 120 días, que feneció el miércoles, la ley transitoria al nuevo régimen electoral, prosiguió sin sobresaltos los debates a despecho de la amenaza de algunos legisladores, tanto suplentes como titulares, dispuestos a renunciar a sus curules y colapsar el Legislativo boliviano.
Tal posibilidad fue barajada durante la tarde y noche del miércoles y algunos congresistas incluso exhibieron sus dimisiones escritas, a falta sólo de rúbrica.
La sesión del Congreso, la más importante del año, navegaba en aguas calmas, pese la virulencia de la diputada opositora Lourdes Millares que increpó agriamente y con duros epítetos a su colega oficialista Gustavo Torricos.
Los debates proseguían hacia las 2h00 locales del jueves, después que la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), afín al gobierno del MAS y autodeclarada en vigilia sobre las resoluciones congresales, resolvió alejar su influencia sobre el edificio del Legislativo por algunas horas “hasta las 7 de la mañana”, informó su líder Fidel Surco.
Poco antes, la Conalcam y la matriz sindical Central Obrera Boliviana (COB), se habían declarado en estado de emergencia, luego de reunirse con el presidente Morales en el presidencial Palacio Quemado.
El ente que aglutina a organizaciones sociales del país, y la entidad obrera se juntaron para decidir acciones, en vísperas de la fecha límite que otorga la Constitución para aprobar un régimen electoral transitorio que canalice las presidenciales.
Isaac Ávalos, secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) e integrante de la Conalcam, advirtió que si no se aprobaba la ley “entonces ya no hay ley ni hay Congreso”.
El secretario ejecutivo de la COB, Pedro Montes, declaró la emergencia de la clase obrera en todo el territorio nacional.
“Los parlamentarios no quieren cumplir con el sacrificio que costó la Constitución Política del Estado, con la gran marcha y con el voto del pueblo. Por este hecho, desde este momento, la COB se declara en emergencia. Si todavía dan buena lectura hacia el pueblo boliviano, van a tener la moral de seguir siendo legisladores. Si no hay nada de eso, nos obligarían a tomar decisiones no porque quieren los trabajadores sino porque los legisladores no cumplen con su pueblo”, sentenció.
García Linera y el presidente de la Cámara de Senadores, Oscar Ortiz se dijeron optimistas, por separado, en la perspectiva de que oposición y el MAS, alcancen un acuerdo sobre el tema del padrón electoral, nudo gordiano del embrollo boliviano.
El MAS en el Congreso defiende la confiabilidad del padrón electoral boliviano, basándose en informes y dictámenes de siete organismos internacionales, mientras que la oposición abomina el registro, al que tacha de contaminado e instalado ex profeso de acuerdo con supuestos propósitos reelectivos del presidente Morales.
Una mesa de concertación había allanado, durante las últimas 24 horas, varios puntos en discordia relativos a las circunscripciones especiales para minorías étnicas y el voto de bolivianos en el extranjero, principalmente.