Antonio Gutierrez Laborit

«Si lo que están en las cimas del Estado tocan el violín, ¿qué cosa mas natural sino, que los que están abajo bailen?»

Carlos Marx
En el transcurso de las sociedades antagónicas todas las clases en el poder no solo han dependido de las bayonetas, de la violencia física, para preservar su estatus de clase dominante. La burguesía, detentadora del poder económico, político y militar, enrola también con este fin a otras instituciones como la iglesia, la escuela, los medios de comunicación e incluso el entretenimiento.

No caben dudas de que la oligarquía financiera transnacional necesita para la consolidación de su hegemonía como grupo dominante, de un sistema de dominación imperialista transnacional que consolide una verdadera dictadura espiritual. Pero para la consolidación de esta dictadura no solo se necesita de un fuerte aparato represivo, sino un conjunto articulado de superestructuras o mecanismos de producción de imágenes, representaciones, creencias, valores, convicciones y concepciones del mundo, que condicionen y establezcan un determinado modo de apropiación de la realidad acorde al estatus quo existente.

Es innegable el gigantesco control que ejerce la burguesía transnacional sobre el aparato escolar, editorial, comunicacional, religioso y la fusión de todos ellos en una gigantesca industria cultural provista de casas disqueras, estudios de cine y TV, imprentas, casas editoriales y emisoras de radio, que a su vez emiten por cientos de miles películas, series televisivas, periódicos, revistas, libros, discos compactos, videojuegos, DVD y videocasetes que de manera creciente invaden la sociedad civil con mensajes legitimadores del sistema capitalista, apoyados en lo que el gran revolucionario italiano Antonio Gramsci llamó sentido común[1], aceptación acrítica de las normas sociales que conducen a la unílateralización de la cultura y el pensamiento que se reafirma en el sistema de educación y los medios de comunicación, pilares fundamentales de la construcción de la hegemonía imperialista.

Esta sofisticada maquinaria de producción ideológica posee en la televisión una importante arma en tanto su programación llega diariamente a todas las horas del día a cientos de millones de hogares en todo el planeta. La producción de programas televisivos de alta audiencia toma forma hoy entre otras, en las series, las cuales cuentan con poderosos aparatos publicitarios y compañías productoras, dominantes en el mercado audiovisual [2].

I. Una serie en tiempo real. Realidad o ficción, la lucha contra el terror.

Entre las series televisivas que dominan la pantalla del mercado norteamericano y que invaden la de los países europeos y latinoamericanos se encuentra la multipremiada 24 Horas [3], Una serie trasmitida por la cadena Fox [4] y producida por Imagine Television, creada por Robert Cochran y que vio la luz en el 2001 la cual recrea las acciones del agente federal Jack Bauer, interpretado por el actor Kiefer Sutherland, de la Unidad de CTU [Counter Terrorist Unit] o UAT [Unidad Antiterrorista] de Los Ángeles.

En una forma novedosa, en la cual se observa la acción en tiempo real: cada temporada está compuesta por 24 capítulos de una hora de duración que conforman un único día, con cada episodio de una hora representando una hora continua de acción. La serie también enfoca las actividades de otros agentes de la UAT, las acciones de los terroristas y las reacciones en la Casa Blanca. [5]

La serie se emitió por primera vez como una producción de trece capítulos, y no fue hasta que su protagonista ganó el Globo de Oro por su interpretación en los primeros diez capítulos, cuando la audiencia subió y la Fox ordenó rodar el resto de la serie. La serie ha mantenido un buen nivel de audiencia a lo largo de sus temporadas. La sexta temporada se estrenó en Estados Unidos el 14 de enero de 2007 en Fox, y finalizó en mayo. En estos momentos la séptima temporada está al aire y el rodaje de la octava temporada ya está asegurado.

La saga de 24 Horas se entrelaza con otras series que ya estaban en producción para cuando los ataques del 11 de septiembre al World Trade Center de Nueva York como Alias, una serie de espionaje y acción distribuida por la cadena ABC que no logró la aceptación de 24. La cual a pesar de poseer un público selecto si cuenta con un solido aparato publicitario y es extendida a otros medios como los videojuegos [6].

Las siete temporadas de la serie televisiva conjugan un selecto grupo de enemigos que intentan destruir el poderío de Estados Unidos y ponen en peligro las vidas de cientos de miles de sus ciudadanos. Por lo que Jack Bauer se enfrentará continuamente a ex agentes de la KGB enrolados en el ejército serbio y colaboradores de Milosevic, grupos fundamentalistas de origen árabe, células terroristas dentro del territorio norteamericano, multimillonarios y magnates del petróleo y del tráfico de armas en Rusia, reconocidos líderes terroristas del Medio Oriente y jefes de grupos opositores de países africanos, los que pondrán al presidente de turno en el dilema de salvar a sus conciudadanos y no ceder ante las presiones de los grupos terroristas, lo cual quedará resuelto como de costumbre con la ayuda de Jack, un súper héroe de nuevo tipo que en sus disimiles enfrentamientos aunque logre el triunfo del «Bien» siempre tendrá algunos daños colaterales, reforzando el criterio del importante papel que juegan los Estados Unidos en la defensa de los intereses de la región y el mundo, por designios casi divinos, contra los nuevos enemigos que emergen de 60 o más oscuros lugares del planeta.

Estos ganchos mediáticos han convertido a la serie en una de las más atractivas para el público norteamericano, tanto es así que en el quinto capitulo de la cuarta temporada cuando en pantalla se coloca un número telefónico (310-597-3781) automáticamente este recibe las llamadas de cincuenta mil telespectadores, según información ofrecida por la Fox, al mismo tiempo cabe destacar que 24: Redemption, la tv-movie que sirve de puente entre la sexta y séptima temporada de 24 Horas, fue el programa guionizado más visto el domingo 28 de noviembre de 2008, fecha de su estreno, en Estados Unidos. 12 millones de espectadores siguieron las andanzas de Jack Bauer durante las dos horas que duró la película.

Ninguno de estos hechos de popularidad, trama y agilidad con que es tratado el argumento de la serie se puede despegar de la manipulación política que entraña, de hecho ya Theodor White, estudioso de las campañas presidenciales, nos alertaba sobre que en los Estados Unidos, la política y la televisión están tan entrelazadas que es imposible hablar de una sin hablar de la otra. [7] Se afirma incluso que la televisión ha sustituido a los partidos en la selección de sus candidatos, y toda campaña se hace en torno a la televisión y a los medios de comunicación incluso para una elección local. [8]

Por lo que no es de extrañar que existan ciertos paralelismos entre los sucesos ocurridos en la serie y la realidad política de los Estados Unidos, particularmente desde la segunda temporada cada una de ellas pareciera tratar muy de cerca temas sensibles para la administración estadounidense. Escándalos presidenciales, guerra contra el terrorismo, intervencionismo en tierras extranjeras, uso de la tortura, el separatismo ruso y el dilema checheno, son algunos de los temas abordados en cada capitulo y que harán de la serie un termómetro social.

En concordancia con lo dicho, la serie en cuestión es parte de una producción cultural que conjuga de manera clara la hegemonía y la contra-hegemonía para lograr el equilibrio de la sociedad norteamericana, es lo que por algunos autores se ha dado en llamar el dirigismo cultural.

En la actualidad, después de las elecciones presidenciales del 4 de noviembre de 2008 y la toma de posición del presidente Barack Obama una idea recorre los foros de discusión sobre 24 Horas, como esta firmada por Víctor Rogers en: http://www.cooperativa.cl

«Es por lejos, una de las mejores series de todos los tiempos y lo más «increíble» o impactante es como se han adelantado al futuro en la realidad Norteamericana, como los atentados terroristas o el hecho de tener un presidente negro, esto pasó en la serie antes que en la vida real lo que hace que esta serie de ficción sea tan atrayente y sus historias no dejen de encantar hasta el día de hoy y la trama argumental siga siendo potente»

Al parecer el modelaje de la realidad y el estudio de la reacción ciudadana ante acontecimientos políticos trascendentales para la vida del país es también uno de los métodos usados por la televisión y puesto en práctica en esta serie.

II. Vidas paralelas de un presidente, moldeando la opinión pública.

«Juro solemnemente que desempeñaré con fidelidad el cargo de presidente de los Estados Unidos y haré todo lo que esté en mi poder para preservar, proteger y defender la constitución de Estados Unidos. Que Dios me ayude.» Con estas palabras terminaba la extensa y lucrativa campaña por la presidencia del imperio norteamericano, un afro americano decía por primera vez este fragmento del juramento del presidente al tomar posesión del cargo.

La victoria en esta campaña sobre todo lo dio la imagen de un candidato diferente, esa fue la esencia del equipo de trabajo que acompañó a Obama, esto tenia que ser definitivamente lo que distinguiría al joven candidato presidencial y así lo definiría también el redactor político del Washington Post E. J. Dionne: «El cambio, no la experiencia, era el orden del día. Arrasar, no exhibir un control de los detalles, era la virtud más valorada en la oratoria de la campaña. Romper claramente con el pasado, no solo volver a tiempos mejores, era la promesa más preciada.»

El atasco de la anterior administración en Afganistán e Irak, el aumento del rechazo internacional a sus políticas guerreristas, los escándalos en empresas asociadas al equipo presidencial, acompañados por los exabruptos en el discurso de Bush y la creciente crisis financiera global iniciada por la crisis hipotecaria en el sector de los vienes raíces en los Estados Unidos, hacían necesario que los grupos de poder buscaran desesperadamente la forma de lograr la tranquilidad entre los ciudadanos norteamericanos y con ella el «orden» mundial. Las elecciones presidenciales dieron el marco ideal para el aparente cambio en las formas de asumir la política, la economía y el desarrollo social por una nueva administración.

Pero al parecer las necesidades del cambio y la búsqueda de formulas para realizarlo, así como de personajes para que fueran la cara de esa transformación ya estaba en camino, y sin dudas los medios de comunicación serian un aliado estratégico. Si ya estaba definido la necesidad de modificar las figuras y las políticas del poder, que mejor opción que modelar a través de los medios a personajes que se desempeñaran como tal y que además fuera posible medir su nivel de aceptación por el publico a la hora de tomar decisiones que pudieran afectar a los norteamericanos.

Desde mucho antes del 2001, año en que toma posesión el 43 presidente de los Estados Unidos George Walker Bush, series televisivas comenzaban a trasmitir ideas sobre como debía el nuevo elegido para administrar el poder. El ala oeste de la Casa Blanca [9] era una de ellas. Producida por Warner Bros, emitida por primera vez en la NBC en 1999, y transmitida por muchas otras cadenas en docenas de países. La serie terminó su séptimo año de emisión el 14 de mayo del 2006. Hoy cientos de personas juzgan el parecido en el accionar del presidente de ficción y el actual morador de la Casa Blanca.

Barack Obama, al igual que Matthew Santos, protagonista de esta serie, son dos jóvenes demócratas casi desconocidos en el partido, ambos pertenecientes a minorías étnicas, Obama es afro americano y Santos es latino, casados con mujeres guapas e inteligentes y con dos hijos pequeños. Siendo ambos los candidatos menos predecible para la victoria final, sus personalidades no sólo intrigan enormemente al público, si no que le ofrecen la posibilidad de un cambio. Tanto Santos como Obama fueron aconsejados de simplificar sus campañas y vender a los votantes un concepto. Obama, al igual que Santos lo hizo en la televisión, cautivó al público no tanto por sus ideas políticas si no por la idea de quién es él.

Tanto a Obama como a Santos, inexpertos en las estructuras internas del partido, les ponen como candidatos a Vice-Presidente a viejas glorias del partido demócrata, que les puedan aconsejar y conferir una imagen de seguridad. Joe Biden ha sido el elegido en el caso de Obama y el inconmensurable Leo McGarry fue el designado para ayudar a Santos en su carrera hacia la presidencia. [10]

Así las cosas, la publicitada serie 24 Horas no se quedo detrás. Desde la primera temporada, Bauer tratará de salvar la vida del senador demócrata, convertido luego en presidente, David Palmer, el primer Afro Americano en tomar el poder en E.E. U.U.

David Palmer, interpretado por el actor Dennis Haysbert, es el cuarto personaje de la serie en alcanzar más apariciones después de Chloe O´Brian, Tony Almeida y el propio Jack Bauer con 80 apariciones en cinco temporadas, donde asciende en la vida política de su país desde senador hasta presidente.

Examinar la hoja de vida del presidente Palmer [lo que se puede hacer a través del sitio oficial de la serie http://www.fox.com/24/characters/season2/#bio:president-david-palmer ] nos mostrará a un ser humano con excelentes cualidades intelectuales y morales digno de imitar y seguir por la mayoría de los norteamericanos que clamaban por un cambio, que lo contraponían con el equipo de gobiernos del ex presidente Bush.

Palmer es doctor en leyes de la University of Maryland School of Law y licenciado en Economía Política de la Universidad de Georgetown. Antes de dedicarse a la política trabajo en la compañía Fidley, Barrow & Bain, Attorney at Law En sus tiempos de estudiantes obtuvo varios premios como deportista como el NCAA All-American, por su desempeño en el básquetbol, el Big East Conference, por ser el Jugador Defensivo del año y el Sporting News, por ser el mejor jugador universitario del año.

Al mismo tiempo su carrera política fue en ascenso y se desempeñó como miembro del Congreso del Estado de Maryland y Diputado por Baltimore, miembro del Subcomité de Seguridad Nacional de la Cámara, Senador por el Estado de Maryland, miembro de la Comisión de Asignaciones del Senado, miembro de la Subcomisión de Comercio del Senado, miembro del Congreso de los Estados Unidos, Diputado por Maryland, integró la Comisión de Ética de la Cámara y fue Presidente de la Comisión de Medios y Árbitros de la Cámara.

El liderazgo del presidente Palmer aglutina a un equipo de trabajo centrado en la atención de los problemas de su país, marcado por el honor y un alto nivel moral, en fin un presidente listo, carismático, informado y juicioso. Así sucedió hasta el primer capitulo de la quinta temporada donde Palmer es asesinado, este capitulo que fue estrenado en la televisión norteamericana el 15 de enero del 2006, fue uno de los más vistos de toda la zaga.

Por su parte el Presidente Obama, hijo de un becario Kenyano de la Universidad de Hawái, musulmán y negro y una norteamericana de Kansas, blanca y cristiana, se licencio en Filosofía y Letras por la Universidad de Columbia en 1983, trabajó como escritor financiero de consultores internacionales y como organizador comunitario, trabajos que lo llevaron a estudiar leyes en la Facultad de Derecho de Harvard, donde obtuvo la distinción de ser elegido como el primer presidente negro de la prestigiosa Harvard Law Review y finalmente se graduó con honores magna cum laude en 1991, y más tarde se desempeñó como catedrático de derecho de la Universidad de Chicago.

La carrera política de Barack comenzó por un escaño en el Senado por el Estado de Illinois, donde sirvió por ocho años y fue presidente del Comité de Salud y Servicios Humanos en enero de 2003. En 2004, llegó a ser el tercer afroamericano, desde la época de la reconstrucción, electo al senado de los Estados Unidos. En el senado Barack se centró en abordar los desafíos en un mundo globalizado con nuevas ideas y una política que no se conforma con lo mínimo. Su primera ley propuesta con el republicano Tom Coburn, intentó devolver la confianza en el gobierno, permitiendo que cada estadounidense pueda investigar por Internet cómo y dónde se gasta cada centavo de sus impuestos. Él también unió su voz en la defensa de la reforma de ética para acabar con la corrupción. Al mismo tiempo se desempeñó como miembro del Comité de Asuntos de Veteranos del Senado. [11]

En definitiva, alejándonos de cualquier paralelismo moral y curricular entre el candidato de la ficción y el de la realidad, nadie puede dudar que la aparición en pantalla durante casi cinco años de un afro-americano y su hermano en el rol de presidente de los Estados Unidos tiene importantes elementos condicionadores de la opinión publica, de hecho convencida, de que los Estados Unidos no podían seguir el rumbo por el cual los llevaba la administración republicana, que al parecer actuó tardíamente colocando al frente del partido a un afro-americano.

Otra ventaja ofrecía el presidente ficticio, o el llamado Efecto Palmer, [12] su enfrentamiento a un sin número de situaciones políticas internas y de defensa a la seguridad nacional permitirían evaluar por parte de especialistas el nivel de aceptación por el publico de la reacciones y soluciones dadas por el presidente, por lo que se podría generar un patrón de posibles toma de decisiones y reacciones de la opinión publica determinando de ante mano estrategias para la solución de crisis u otros fenómenos sociales, económicos y políticos. 24 horas pudo ser un laboratorio de prueba para encontrar un candidato perfecto a la presidencia de los Estados Unidos.

Finalmente, como Palmer, la administración Obama ha dado la imagen de que el trabajo estará centrado en modificar el modo en que se han conducido tradicionalmente los asuntos del país y convocar a los estadounidenses a unirse para el bien común, sin dejar de lado por supuesto la defensa del país y su papel de gendarme mundial, como expresaría el propio Bush en sus declaraciones dadas a conocer por la Oficina del Secretario de Prensa el 5 de noviembre de 2008. «[…] El gobierno de los Estados Unidos permanecerá alerta para cumplir con su más importante responsabilidad: proteger al pueblo estadounidense. Y el mundo puede tener la certeza de que nuestro próximo Comandante en Jefe asumirá este inquebrantable compromiso.»

Y de nuevo aparecen los enemigos a los que David Palmer se enfrentó junto al fiel Bauer y que Obama también enuncia: «En el mundo globalizado de hoy, la seguridad del pueblo estadounidense está inextricablemente ligada a la seguridad de toda la humanidad. Cuando el narcotráfico y la corrupción amenazan la democracia en América Latina, eso también es un problema para los Estados Unidos. Cuando los aldeanos pobres de Indonesia no tienen más remedio que enviar al mercado pollos infectados con la gripe aviar, eso no lo podemos juzgar como un asunto lejano. Cuando las escuelas religiosas de Pakistán inculcan el odio en los niños, también nuestros niños están amenazados.

Ya sea que se trate de terrorismo mundial o de una enfermedad pandémica, del ingente cambio climático o de la proliferación de armas de destrucción masiva, las amenazas que enfrentamos en la alborada del Siglo XXI ya no pueden ser contenidas por límites y fronteras.

[…]

Debemos comenzar la construcción de cuerpos militares propios del Siglo XXI que garanticen la seguridad de nuestro pueblo y favorezcan la seguridad de los pueblos.» [13]

El cuarto poder ha vuelto a jugar en temas políticos, series, noticieros, películas, videos musicales, todos influyen en la conformación de nuestra opinión y en nuestra toma de decisiones. Es tanto el caudal de imágenes prediseñadas a la que asistimos que el ciudadano del Siglo XXI no tiene herramientas para delimitar entre la realidad y la ficción. La ficción se ha realizado y lo verdadero se vuelve ficticio. El dirigismo ideológico ha tomado forma a través de personajes de ficción que modelan la realidad y parecen acompañarnos en la vida cotidiana.

Encontrar las brechas, las limitaciones y contradicciones de este engranaje al parecer insuperable que es la dictadura espiritual impuesta por el capital transnacional es la tarea central y común a todos los intelectuales revolucionarios. En esta acción deben acumularse todos los esfuerzos de la inteligencia.

Notas

[*] El presente trabajo es fruto de un debate con los estudiantes de un grupo de cuarto año de Ingeniería en Ciencias Informáticas de la Facultad 8 [8401] de la Universidad de las Ciencias Informáticas, en la Habana, Cuba.

[**] Antonio Gutiérrez Laborit. Holguín (1979), Licenciado en Filosofía Marxista Leninista de la Universidad de la Habana (2004), Profesor de Ética Informática y Filosofía y Sociedad en la Facultad 8 de la Universidad de las Ciencias Informáticas, La Habana, Cuba.

[1] Sentido común es el esfuerzo que realiza la clase en el poder para crear un marco común de categorías de interpretación acorde con las relaciones de producción. Se trata de hacer compartir por toda la población este determinado marco categorial de interpretación de hechos donde la dimensión mítica tiene un papel extraordinariamente decisivo afirmando en su validez y legitimidad las relaciones sociales de producción. La producción del sentido común es un problema vinculado al poder político, es el problema de promover la legitimidad social. Ver: Hiinkelammert, Franz, Democracia, estructura económico social y formación de un sentido común legitimador, en: Hiinkelammert, Franz, Ensayos, Editorial Caminos, La Habana, 1999, pp. 111-113.

[2] El 85% de los contenidos a los que tiene acceso la población del planeta está en manos del complejo financiero de EEUU. Y la mayoría de productos nacionales repiten las mismas fórmulas, amplifican los valores capitalistas y consumistas y repiten sus posiciones ideológicas.

Veamos algunos otros datos contundentes: Los 8 estudios cinematográficos más grandes de Hollywood se reparten el 85% del mercado mundial de cine (ocupan 98% de la oferta en América Latina). 4 corporaciones estadounidenses se reparten el 85% del mercado mundial de la edición de discos. De los 10 escritores más traducidos en el mundo, 9 son de habla inglesa. A su vez, EEUU tiene un sofisticado sistema de protección en materia cultural: apenas importa en este sector un 2% de su consumo total. Ver: Pimentel, Yuri, Hay que construir un nuevo orden socialista mundial de la comunicación y la información, Intervención en las Jornadas Internacionales «El derecho ciudadano a informar y estar informados». Caracas 18 al 20 de mayo de 2007, en: http://lists.indymedia.org/pipermail/cmi-peru-noticias/2007-May/0607-6a.html

[3] En su primera temporada Kiefer Sutherland (actor protagónico de la serie) ganó un Globo de Oro, y ambos creadores de la serie ganaron un premio Emmy. Además Kiefer, junto a Dennis Haysbert, apareció en la portada de la revista TV Guide, bajo el título «La serie del año». Desde entonces, Kiefer ha sido nominado anualmente al premio de Mejor actor dramático para los premios Emmy. Para la temporada 2005-2006, la serie estaba nominada a 12 Premios Emmy, la cantidad más alta de nominaciones en el año entre todos los programas postulantes. Después de 5 años, el 27 de agosto de 2006, Kiefer Sutherland se alzó con el Emmy a Mejor actor principal dramático. En esa ocasión la serie obtuvo otros 5 premios: mejor serie dramática, mejor actor principal en una serie dramática (Kiefer Sutherland), mejor dirección en una serie dramática (John Cassar, temporada 5, episodio 1), mejor composición musical para televisión (Sean Callery), mejor edición de trabajo de cámara (David Latham). El show además fue nominado a otras 4 categorías: mejor actor secundario en una serie dramática (Gregory Itzin), mejor actriz secundaria en una serie dramática (Jean Smart), mejor coordinación de dobles (temporada 5, episodio 15), mejor edición de sonido (William Dotson, y otros).

[4] News Corporation, cuyo dueño más importante es el australiano-estadounidense-británico Rupert Murdoch controla la cadena de televisión Fox Broadcasting Company, con subsidiarias prácticamente en todo EEUU. Posee además el canal de noticias Fox News y otras como Fox Sports, y otros negocios que se llaman distinto, por ejemplo el National Geographic Channel, Sky-Directv, etcétera. El conglomerado posee una división de revistas y magazines que pública TV Guide, The Weekly Standard e Inside Out, entre otros. Para hacer cine posee a la 20th Century Fox, Fox Television Studios y Fox Searchlight Pictures. En el mundo del libro posee empresas como Harper Collins y otras 40 editoriales. Sus diarios incluyen al New York Post de EEUU; el News of the World, News International, Sun, Sunday Times y The Times, en el Reino Unido y más de 20 diarios de Australia.

[5] Gaete B, Roberto, El fenómeno «24», en:

http://www.gaymagazine.cl/miscelaneo/?contenido=2332

[6] Cascajosa Virino, Concepción Carmen, A través del espejo: El mundo después del 11-S en «24». Revista Latina de Comunicación Social, 56. en: http://www.ull.es/publicaciones/latina/20035632cascajosa.htm

[7] H. White, Theodor, America in Search of Itsef: The Making of President, 1956-1980, Nueva York, Warner, 1982, p. 165

[8] Jean Bertrand, Claude, La televisión en Estados Unidos: ¿Qué nos puede enseñar?, Ediciones Rialp, 1992, en:

http://books.google.com/books?id=FjprMF5LkbwC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_summary_r&cad=0#PPA193,M2

[9] El ala oeste, título original: The West Wing, es una serie de televisión estadounidense muy popular y ampliamente aclamada por la crítica. Fue creada por Aaron Sorkin y se emitió desde 1999 al 2006. Fue producida y, en sus últimos años, co-escrita por John Wells después de que Sorkin dejase la serie tras su cuarta temporada. La serie está ambientada en el ala oeste de la Casa Blanca, donde se ubica la Oficina Oval y los despachos de los principales miembros del equipo del presidente, durante la ficticia administración demócrata de Josiah Bartlet.

La serie recibió una valoración muy positiva de críticos, profesores de ciencias políticas, y antiguos empleados de la Casa Blanca. En total, El ala oeste de la Casa Blanca ganó tres Globos de Oro y 26 Premios Emmy, empatando con Hill Street Blues como la mayor ganadora de la historia de los premios Emmy. La popularidad de la serie decayó en los últimos años, pero siguió siendo popular entre los espectadores de mayores ganancias, un grupo clave para la serie y sus anunciantes.

[10] Para acceder a más coincidencias entre esta serie y el equipo presidencial de Obama ver: En el Ala Oeste sucedió antes, en: http://www.bytheway.tv/?p=1912

[11] Oficina de Programas de Información Internacional, Departamento de Estado de Estados Unidos, Barack Obama, 44 presidente de los Estados Unidos, en: http://www.america.gov/media/pdf/books/obamasp.pdf#popup

[12] Bozzola, Lucia, The Palmer effect. 24 Made the U.S. safe for president Obama, 2007, en:

http://www.thesimon.com/magazine/articles/canon_fodder/01316_the_palmer_effect_24_made_us_safe_president_obama.html

[13] Obama, Barack, The American Moment, Comentarios ante el Consejo de Chicago sobre Asuntos Mundiales, 23 de abril de 2007.