A nivel nacional, el déficit presupuestario de Estados Unidos aumentó en marzo hasta 192.273 millones de dólares, y el acumulado del ejercicio que comenzó en octubre alcanzó un nuevo récord, al situarse en 956.799 millones de dólares, más del doble que un año atrás, según el Departamento del Tesoro. Medios de prensa indicaron que la Casa Blanca prevé un déficit presupuestario récord de 1,752 billones (millón de millones) de dólares en todo el ejercicio 2008-2009 (o 12,3% del Producto Interno Bruto), pero la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estimó en marzo que sería más bien del orden de los 1,845 billones, equivalente a 13,1% del. PIB.
Por efecto de la crisis, que reduce los beneficios de las empresas, incrementa el desempleo y disminuye los impuestos recaudados, los ingresos del Estado cayeron cerca de 28% en marzo en relación a un año atrás, a 128.957 millones de dólares.
Otro índice negativo resultó la desocupación. El Departamento de Trabajo informó que la tasa de desempleo subió al 8,5% en marzo, su nivel más alto en 25 años, con 12,5 millones de norteamericanos sin trabajo.
La pobreza ya afecta a 37 millones de estadounidenses, mientras más de 48 millones de personas no disponen de seguro médico y por tanto se les está prohibido enfermarse, por carecer de dinero para pagar esos servicios.
Unos 30 estados del país enfrentan la misma situación, alimentada por la caída de las ganancias en el marco de una economía en problemas. Sin embargo, California es de lejos el que más problemas tiene en sus arcas.
Graves afectaciones padece California, el estado más populoso e industrial de la Unión con 11,9 % de desempleo cuya cifra continuará aumentando, a la vez que sufre caída en la venta de viviendas, crisis presupuestarias, baja del consumo, y contracción en el sector manufacturero.
Como una solución dentro del sistema capitalista, el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, ordenó el despido de 22 000 trabajadores estatales y recortó el salario de otros 200 000 debido al déficit presupuestario del Estado que asciende a 42 000 millones de dólares.
El denominado Golden State (Estado de oro) un emblema del propagandizado sueños americano se esta convirtiendo en pesadilla para muchos de sus habitantes y hasta en su capital, Los Ángeles, el 20 % de la población (más de dos millones) reciben algún subsidio, subsisten 73 000 indigentes en las calles, numerosos desahucios ocurren diariamente y el valor de las casas ha caído 27 % en comparación con el pasado año.
Recientes reportajes divulgados por los periódicos Daily News y Público, recogen la incidencia de la crisis en ese estado donde muchas personas duermen dentro de vehículos al no poder pagar los alquileres.
Esa modalidad se denomina autocaravana y una de sus integrantes es Terry Mahoney quien tras ser despedida de una fábrica de armas de la General Dinamics, pernocta todas las noches con sus dos hijos adolescentes (Brandon y Jennifer) en una calle de la playa Venice, en Los Ángeles.
El despido, la hipoteca y las deudas acumuladas la obligaron a refugiarse en Venice donde también hacen autocaravana una bibliotecaria, una profesora docente, un empleado del supermercado , un mensajero que labora con bajo salario en la FEDEX y un entrenador deportivo, entre otros.
Su hijo Brandon asiste regularmente a la escuela en otro barrio de Los Ángeles donde nadie conoce que no tiene donde vivir y Jennifer ha podido mantener su empleo como cajera en una tienda de licores.
Pero Venice no ha resultado ser segura como creía Terry pues en la playa se vende (con fines terapéuticos) marihuana en máquinas expendedoras y por las noches se llena de hippies y residentes ricos de la zona que están atacando a los caravanistas pues no desean pobres por la zona.
Hasta los policías los persiguen y en varios casos los envían a la cárcel bajo cualquier argumento. Hace poco el consejo municipal prohibió el estacionamiento nocturno en las calles de Venice y las autoridades los están enviando hacia enormes campos de refugiados donde deben pagar por el parqueo y no se les permite salir de noche.
Según el Daily News, “en todo California están surgiendo tent cities, campamentos de tiendas de campaña, al límite de los núcleos urbanos, que cada día acogen a más personas que se han quedado sin techo.
“Son imágenes de la Gran Depresión que se repiten en Sacramento la capital, en Santa Bárbara, en la costa, o en Ontario, una localidad al extremo este de Los Ángeles, donde a finales del año pasado la policía tuvo que desalojar a cientos de sin hogar que se habían instalado cerca de la pista de aterrizaje de su aeropuerto”.
Para Joel John Roberts, director de Path Partners, organización que colabora en resolver problemas habitaciones de los desahuciados, “Los Angeles es la capital de los sin techo en Estados Unidos con más de 73 000 que duermen en las calles”.
Otra ciudad que marcha muy cercana a Los Ángeles es Miami donde en los dos últimos años se ha disparado el índice de pobreza. El banco de comidas Daily Bread, que distribuye a 800 agencias con más de 200,000 clientes de West Palm Beach a los Cayos, estima que existen unas 800,000 personas con necesidades de alimentos en los cuatro condados de Miami.
Largas filas de personas se observan cada día frente a los bancos de comida y comedores populares, que han visto el número de clientes duplicarse y hasta triplicarse este año. Patricia Robbins, fundadora de Farm Share, en Homestead significó que «en 17 años, jamás había visto una escasez de comida como esta y cada vez las personas reciben menos”.
Los medios de comunicación han señalado que a diferencia con África donde se ven a niños y mayores raquíticos y desnutridos, en Miami las personas más hambrientas no se muestran públicamente por orgullo, pues el individualismo estadounidense ha exaltado la idea de la autosuficiencia económica.
En el 2007, las personas de 55 años y mayores sufrieron grandes afectaciones al no poder pagar con sus pequeños ingresos del retiro y los ahorros, los costos de la atención médica, la electricidad, el agua y el alquiler. De los más de un millón de personas que se declararon en bancarrota en 2008 en Miami, el 23 % es mayor de 55 años. La vejez se les presenta completamente incierta al no poder resolver sus necesidades perentorias.
«La situación es mala», dijo Bárbara Prager, directora ejecutiva de Coast to Coast Legal Aid of South Florida, que presta servicios a personas mayores de 60 años en Broward. «Vemos a muchas personas mayores con deudas médicas y sin ingresos para pagarlas. Y estos sucede en momentos en que es más difícil encontrar soluciones».
Mientras el gobierno federal dedica millonarios paquetes de dinero para salvar a los bancos en bancarrota, los habitantes estadounidense están sufriendo cada día en mayor grado la profunda crisis padece el sistema. El propagandizado sueño se ha convertido en pesadilla americana.