Reinaldo Bolívar
Ante la pregunta ¿Cuál es la mayor crisis que sacude al mundo? La mayoría de los habitantes del mundo capitalista no dudará en responder que es la crisis económica – financiera.
Los argumentos sobraran, comenzando por las penurias que sufre los ahorristas, desempleados, los que quedaron en la calle, allá en el otrora poderoso Estados Unidos. Sobraran las comparaciones con crisis económicas del pasado.
Los más informados nos llevaran a 1929, a la gran recepción de los años 20, que terminó con la gran guerra de Europa, a la que ingresó la maquinaria industrial estadounidense.
El capitalismo impuso a la mayoría del mundo su manera de encarar las relaciones internacionales. Estas se conciben sustancialmente en el intercambio comercial.
De allí que la mayoría de los economistas se hayan esforzado en demostrar que comercio es igual a economía y que lo más importantes para los países sea exportar.
Para el capitalismo exportar es la vida de las naciones.
En un primer momento, la doctrina era suavizada con algo lógico “se vende lo que sobra”, es decir, el excedente. Se satisface las necesidades internas de la población nacional, y luego se exporta o se intercambia con otros bienes que han sobrado en otros países.
Claro que el capitalismo al crear el dinero como forma de pago, y en particular dinero fuerte, de determinadas potencias mundiales, que impusieron sus monedas para regir el comercio mundial, eliminando toda posibilidad de trueque.
Exportar era la salvación para poder importar, para poder tener ingreso de divisas que permitiera comprar los productos que un país no tuviera. Aquí también obró magistralmente el capitalismo. Siglos atrás un país era capaz de producir en sus tierras todo o la mayoría de su consumo. Porque se consumía de acuerdo a la cultura y costumbre de los pueblos, y eso se conseguía en la tierra circundante.
El capitalismo le creó al mundo otros hábitos alimentarios, otras necesidades para vivir, que muchas veces no estaban en los territorios propios. Por tanto había que comprarlos en el exterior.
El mundo se especializó, a unos países les tocó sólo elaborar materia primas, a otros, bienes intermedios y a los más fuertes tecnologías, pero también la posibilidad de producir la mayoría de los bienes que consumían como textiles y alimentos.
Porque resulta que ellos se quedaron con las grandes opciones para exportar de todo, y la mayoría de los países condenados a la mono producción, a monocultivos, a vender una materia prima, todo obtener dinero para comprarle a los grandes, o para endeudarse para vivir. Ahora se exporta para acumular riquezas, ya no lo que sobra, sino todo lo que se pueda vender, sin importar las necesidades de consumo nacional.
El comercio desplazó a la producción. Así la actual crisis económica, metió al mundo por un callejón sin salida, porque el gran comprador y vendedor, EEUU, perdió de pronto esa capacidad, por lo inoperante del capitalismo.
Todos venden, compran o negocian con EEUU. El gran consumidor de energía ahorra y hace caer la demanda petrolera, y caen los precio, el gran promotor de los créditos, para hacer dinero del dinero, quiebra sus bancos globalizados y un efecto domino se extiende por la Europa Capitalista. El dinero fresco se aleja del mundo, las materias primas se abaratan, por tanto los países que las exportan ven temblar sus economías.
Una gran tragedia, que afectará mientras más capitalista se haya sido, mientras menos diversificada sea una economía, mientras más se hayan perdido las culturas y costumbres de los pueblo.
PERO ESA NO ES LA PRINCIPAL CRISIS MUNDIAL.
La gran crisis que sacude al mundo, también fue producida por el capitalismo. Es la crisis ambiental. El planeta tierra está siendo destruido a pasos agigantados. Cientos de miles de árboles caen por la tala indiscriminada, por el crecimiento no planificados de las ciudades, la fauna ve desaparecer su gran variedad de especies que antes garantizaban el ciclo de la vida.
Los períodos de lluvias se alteraron, ahora pueden caer y destruir al no tener la contención natural del bosque, o se precipitan sin producir los frutos del suelo, porque éste fue erosionado hasta dejarlo estéril o yace debajo del concreto de ciudades grises. Los mares y océanos pierden su equilibrio por el deshielo de los grandes glaciares.
Al contrario ahora las costas son azotadas por los tsunamis; la pesca por métodos industriales reduce las opciones alimentarias de grandes comunidades en todos los países costeros.
Suena apocalíptico, pero el mundo en el cual vivimos está siendo desmoronado por sus propios habitantes que lo ve tan sólo como un objeto para suplir sus avaricias capitalistas.
El cambio climático no es natural es provocado. Calores insoportables en donde no lo había, fríos y nevadas en lugares insospechados, biodirvesidad restringida, aguas contaminadas y ausentes, frutas casi artificiales llenas de químicos, una carrera a la desolación mundial.
NO HAY MEDIDAS contra esto, ni grandes inversiones para sanar las heridas del planeta tierra. Todavía hablar de ambiente parece romántico. Pero esta es la mayor crisis que sacude a la humanidad. La económica – financiera, ante ella, es una niña de pecho. VOY QUE CORTO.