Eugenio García Gascón
Estados Unidos e Israel rechazaron el martes los dos informes que el lunes publicaron dos representantes de la ONU, Richard Falk y Radhika Coomaraswamy, sobre la invasión israelí de Gaza que en enero último costó la vida a al menos 1.434 palestinos, de los que 960 eran civiles.
El Gobierno israelí considera que se trata de informes «unilaterales». Israel no permitió en diciembre la entrada en el país de Falk y lo expulsó nada más poner los pies en el aeropuerto de Tel Aviv. En consecuencia, Falk no pudo visitar Gaza y ha confeccionado el informe con declaraciones de palestinos y de organizaciones humanitarias que sí han estado en la Franja.
El informe subraya que todo ataque es ilegal
Falk cree que hay motivos para considerar la invasión en su conjunto como un «crimen de guerra», basándose en que antes de iniciar una operación debe determinarse si se puede diferenciar entre objetivos civiles y militares. «Si no es posible diferenciarlos, lanzar los ataques es en sí mismo ilegal, y parecería que constituye un crimen de guerra de la mayor magnitud bajo la ley internacional», afirma el informe.
El profesor Falk, que es judío y uno de los mayores expertos en legislación internacional, ha sido siempre muy crítico con el comportamiento de Israel hacia los palestinos. En diciembre pasado denunció «crímenes contra la humanidad» y en enero dijo que las operaciones militares en Gaza suscitan un «espectro de crímenes de guerra sistemáticos» que deben investigarse.
El Departamento de Estado de EEUU criticó el informe de Falk alegando que sus opiniones son «sesgadas» e «injustas». Washington veta siempre todos los proyectos de resolución que se presentan en el Consejo de Seguridad de la ONU y que son contrarios a los intereses de Israel. La nueva Administración de Barack Obama ha decidido mantener esa política para proteger a los dirigentes israelíes frente a las evidencias de que cometieron crímenes de guerra en Gaza.
Washington califica de «sesgadas» e «injustificadas» las opiniones de Falk
Los informes denuncian casos concretos, como el ocurrido el 15 de enero, cuando los soldados utilizaron a un niño palestino de 11 años como escudo humano. Los militares le forzaron a abrir paquetes sospechosos de contener explosivos y a caminar delante de ellos mientras avanzaban por zonas con fuego cruzado.
Los informes indican que los milicianos palestinos también utilizaron a civiles como escudos humanos, aunque añaden que este comportamiento estuvo más generalizado en las filas del Ejército israelí.
En las 43 páginas que ha escrito Falk se mencionan otros casos específicos, como el ocurrido el 3 de enero, cuando un tanque disparó un obús en una zona residencial. Cuando un hombre y sus dos hijos, ambos menores de 10 años, salieron para examinar los desperfectos, los soldados los mataron a los tres en la puerta de su casa.
En otro incidente, ocurrido en el barrio Zaytun de la ciudad de Gaza, los soldados llamaron a una casa y pidieron que saliera el responsable. Un hombre salió con las manos en alto y con la documentación en una mano, pero inmediatamente fue abatido por los soldados, que luego abrieron fuego a discreción en el interior de la casa, donde había varios niños.
Falk también denuncia los ataques «indiscriminados» contra hospitales, instalaciones de agua, edificios gubernamentales y todo tipo de objetivos civiles. Los ataques alcanzaron 200 escuelas y dejaron sin hogar a más de 70.000 palestinos.
«Existen informes sólidos y creíbles de crímenes de guerra y de otras violaciones de las normas internacionales», afirma Falk. El relator de la ONU subraya que hay que investigar esos indicios puesto que «la alternativa es la impunidad de hecho».
El informe termina exigiendo el fin del bloqueo de Gaza y el libre tráfico de alimentos, medicinas, combustible y materiales de construcción.